Miércoles 9 de julio
Señor Soberano Jehová, por favor, acuérdate de mí y dame fuerzas (Juec. 16:28).
¿Qué es lo primero que le viene a la mente cuando escucha hablar de Sansón? Seguramente su fuerza extraordinaria. Es cierto que era un hombre muy fuerte. Pero cometió un error que le salió muy caro. A pesar de todo, Jehová se concentró en la gran fe que demostró a lo largo de su vida y decidió incluir su ejemplo en la Biblia para que aprendamos de él. Jehová utilizó a Sansón para lograr cosas impresionantes a favor de su pueblo, Israel. Siglos después de su muerte, Jehová inspiró al apóstol Pablo para que incluyera el nombre de Sansón en una lista de ejemplos extraordinarios de fe (Heb. 11:32-34). Sansón se apoyó en Jehová hasta en las peores circunstancias. Su ejemplo nos anima muchísimo y nos enseña lecciones prácticas. w23.09 37:1, 2
Jueves 10 de julio
Háganle saber a Dios sus peticiones (Filip. 4:6).
Algo que nos dará más aguante es desahogarnos con Jehová frecuentemente (1 Tes. 5:17). Puede que usted no esté pasando por una prueba difícil en estos momentos. ¿Pero qué hace cuando se siente disgustado, confundido o agobiado? ¿Busca la guía de Jehová? Si tiene la costumbre de acudir a Jehová para afrontar los problemas del día a día, también lo hará en el futuro cuando las cosas se pongan peor. Estará convencido de que él sabe exactamente cuándo y cómo ayudarlo (Sal. 27:1, 3). Hay más posibilidades de que aguantemos la gran tribulación si aguantamos las pruebas que tenemos ahora (Rom. 5:3). ¿Por qué podemos decir esto? Muchos hermanos sienten que, con cada prueba que aguantan, se hacen más fuertes para afrontar la siguiente. Cuando aguantan una prueba con la ayuda de Jehová, aumenta su fe en que él quiere ayudarlos. Y, gracias a esa fe, logran aguantar la siguiente prueba (Sant. 1:2-4). w23.07 29:7, 8
Viernes 11 de julio
Volveré a mostrarte consideración (Gén. 19:21).
Jehová es razonable porque es humilde y compasivo. Por ejemplo, demostró su humildad cuando estaba a punto de destruir a los malvados habitantes de Sodoma. Mediante unos ángeles le dijo a su siervo Lot que huyera a la región montañosa. Pero a Lot le daba miedo ir allí. Por eso rogó que a él y a su familia se les permitiera ir a Zóar, una ciudad pequeña que Dios también tenía pensado destruir. Jehová podía haber insistido en que Lot obedeciera sus instrucciones al pie de la letra, pero no lo hizo. Aceptó su petición, aunque eso significara no destruir Zóar (Gén. 19:18-22). Siglos después, Jehová les mostró compasión a los habitantes de Nínive. Envió al profeta Jonás para decirles que tanto ellos como su ciudad iban a ser destruidos debido a su maldad. Pero, cuando los ninivitas se arrepintieron, Jehová sintió lástima por ellos y perdonó a la ciudad (Jon. 3:1, 10; 4:10, 11). w23.07 32:5