BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
lengua de señas costarricense
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • nwt Génesis 1:1-50:26
  • Génesis

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Génesis
  • La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo
La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo
Génesis

GÉNESIS

1 En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.+

2 Ahora bien, la tierra no tenía forma y estaba vacía.* La oscuridad cubría la superficie de las aguas profundas,*+ y la fuerza activa* de Dios+ se movía de un lado a otro por encima de las aguas.+

3 Y Dios dijo: “Que haya luz”. Así que hubo luz.+ 4 Después de eso, Dios vio que la luz era algo bueno, y empezó a separar la luz de la oscuridad. 5 Dios llamó a la luz Día, y a la oscuridad, Noche.+ Y hubo tarde y hubo mañana. Ese fue el primer día.

6 Entonces Dios dijo: “Que haya una expansión*+ en medio de las aguas, que haya una separación entre las aguas y las aguas”.+ 7 Y Dios pasó a hacer la expansión y separó las aguas que estaban debajo de la expansión de las aguas que estaban encima.+ Eso fue lo que ocurrió. 8 Dios llamó a la expansión Cielo. Y hubo tarde y hubo mañana. Ese fue el segundo día.

9 Entonces Dios dijo: “Que las aguas que están debajo de los cielos se junten en un mismo lugar y aparezca el suelo seco”.+ Y así ocurrió. 10 Dios llamó al suelo seco Tierra,+ y al conjunto de aguas, Mares.+ Y Dios vio que esto era bueno.+ 11 Entonces Dios dijo: “Que la tierra produzca hierba, plantas con semilla y árboles frutales según sus géneros, y que den fruto y semilla”. Y así ocurrió. 12 La tierra empezó a producir hierba, plantas con semilla+ y árboles que dan fruto y semilla, todos según sus géneros. Y Dios vio que esto era bueno. 13 Y hubo tarde y hubo mañana. Ese fue el tercer día.

14 Entonces Dios dijo: “Que haya lumbreras*+ en la expansión de los cielos para separar el día de la noche,+ y servirán de señal para marcar las estaciones, los días y los años.+ 15 Servirán de lumbreras en la expansión de los cielos para iluminar la tierra”. Y así ocurrió. 16 Dios pasó a hacer las dos grandes lumbreras: la más grande para gobernar el día+ y la más pequeña para gobernar la noche. También hizo las estrellas.+ 17 Así que Dios las puso a todas en la expansión de los cielos para iluminar la tierra, 18 para gobernar el día y la noche, y para separar la luz de la oscuridad.+ Y Dios vio que esto era bueno. 19 Y hubo tarde y hubo mañana. Ese fue el cuarto día.

20 Entonces Dios dijo: “Que las aguas se llenen de seres vivos* y que los animales voladores vuelen por encima de la tierra a través de la expansión de los cielos”.+ 21 Así que Dios creó los grandes animales* marinos y todos los seres vivos* que se mueven y enjambran en las aguas según sus géneros, y todos los animales con alas que vuelan según sus géneros. Y Dios vio que esto era bueno. 22 Luego Dios los bendijo así: “Reprodúzcanse, sean muchos y llenen los mares.+ Y que los animales voladores se multipliquen en la tierra”. 23 Y hubo tarde y hubo mañana. Ese fue el quinto día.

24 Entonces Dios dijo: “Que la tierra produzca seres vivos* según sus géneros: animales domésticos, animales que se arrastran* y animales salvajes de la tierra según sus géneros”.+ Y así ocurrió. 25 Dios pasó a hacer a los animales salvajes de la tierra según sus géneros, a los animales domésticos según sus géneros y a los animales que se arrastran según sus géneros. Y Dios vio que esto era bueno.

26 Entonces Dios dijo: “Hagamos+ al ser humano a nuestra imagen+ y semejanza,+ y que tenga autoridad sobre los peces del mar, los animales voladores de los cielos y los animales domésticos, sobre toda la tierra y sobre los animales que se arrastran sobre la tierra”.+ 27 Así que Dios pasó a crear al ser humano a su imagen. A la imagen de Dios lo creó. Hombre y mujer los creó.+ 28 Además, Dios los bendijo y les dijo: “Tengan muchos hijos, multiplíquense, llenen la tierra+ y tomen control de ella,+ y tengan autoridad sobre+ los peces del mar, los animales voladores de los cielos y todos los seres vivos que se mueven sobre la tierra”.

29 Luego Dios dijo: “Vean, les doy todas las plantas de la tierra que dan semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla. Esto será su alimento.+ 30 Y a todos los animales salvajes de la tierra, a todos los animales voladores de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra y tiene vida* les doy toda la vegetación verde como alimento”.+ Y así ocurrió.

31 Después de eso, Dios vio todo lo que había hecho y, ¡mire!,* todo era muy bueno.+ Y hubo tarde y hubo mañana. Ese fue el sexto día.

2 Así quedaron terminados los cielos, la tierra y todo lo que hay en ellos.*+ 2 Para el séptimo día, Dios ya había terminado su obra.* Y, el séptimo día, Dios se puso a descansar de toda la obra que había estado haciendo.+ 3 Dios pasó a bendecir el séptimo día y a declararlo sagrado, porque en él Dios está descansando de toda la obra que ha creado, de todo lo que se propuso hacer.

4 Esta es la historia de los cielos y la tierra en el tiempo en que fueron creados, en el día en que Jehová* Dios hizo el cielo y la tierra.+

5 Todavía no había arbustos en la tierra ni habían brotado otras plantas, porque Jehová Dios no había hecho llover en la tierra ni había nadie en ella que cultivara el suelo. 6 Pero una neblina subía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo.

7 Y Jehová Dios pasó a formar al hombre del polvo+ del suelo y a soplarle el aliento de vida en la nariz.+ Y el hombre se convirtió en un ser vivo.*+ 8 Además, Jehová Dios preparó un jardín en Edén,+ hacia el este, y allí puso al hombre que había formado.+ 9 Así que Jehová Dios hizo crecer del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y con frutos buenos para comer. También hizo crecer el árbol de la vida+ en medio del jardín y el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo.+

10 De Edén salía un río que regaba el jardín y desde allí se dividía en cuatro ríos.* 11 El primer río se llama Pisón. Es el río que rodea toda la tierra de Havilá, donde hay oro. 12 El oro de esa tierra es de muy buena calidad. Allí también hay bedelio y ónice. 13 El segundo río se llama Guihon. Es el río que rodea toda la tierra de Cus. 14 El tercer río se llama Hidequel.*+ Es el río que va hacia el este de Asiria.+ Y el cuarto río es el Éufrates.+

15 Pues bien, Jehová Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara.+ 16 Además, Jehová Dios le dio este mandato al hombre: “Puedes comer de todos los árboles del jardín hasta quedar satisfecho.+ 17 Pero no debes comer del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, porque el día en que comas de él sin falta morirás”.+

18 Entonces Jehová Dios dijo: “No es bueno que el hombre siga solo. Voy a hacerle una ayudante que lo complemente”.+ 19 Ahora bien, Jehová Dios había estado formando del suelo a todos los animales salvajes del campo y los animales voladores de los cielos. Y se los fue llevando al hombre para ver cómo llamaba a cada uno, y cada ser vivo* se llamó como el hombre dijo.+ 20 Así que el hombre les puso nombre a los animales domésticos, a los animales voladores de los cielos y a los animales salvajes del campo. Pero él no tenía ninguna ayudante que lo complementara. 21 Por lo tanto, Jehová Dios hizo que el hombre se durmiera profundamente y, mientras dormía, le sacó una costilla y luego le cerró la carne. 22 Y, de la costilla que le había sacado, Jehová Dios hizo una mujer y se la llevó al hombre.+

23 Entonces el hombre dijo:

“Por fin alguien que es hueso de mis huesos

y carne de mi carne.

Será llamada Mujer,

porque del hombre fue sacada”.+

24 Por esa razón, el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a* su esposa y ellos serán una sola carne.*+ 25 Pues bien, el hombre y su esposa continuaban desnudos.+ Aun así, no les daba vergüenza.

3 Ahora bien, de todos los animales salvajes del campo que Jehová Dios había hecho, la serpiente+ era el más cauteloso.* Ella le preguntó a la mujer: “¿De veras les dijo Dios que no pueden comer de todos los árboles del jardín?”.+ 2 La mujer le respondió: “Podemos comer del fruto de los árboles del jardín.+ 3 Pero, del fruto del árbol que está en medio del jardín,+ Dios dijo: ‘No deben comer de él; no, no deben tocarlo. Si lo hacen, morirán’”. 4 Ante esto, la serpiente le dijo a la mujer: “De ningún modo morirán.+ 5 De hecho, Dios sabe que el mismo día en que coman de él se les abrirán los ojos y serán como Dios: conocerán lo bueno y lo malo”.+

6 Así que la mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer y que era deseable a los ojos. Así es, el árbol era agradable a la vista. De modo que ella agarró de su fruto y empezó a comer.+ Después, estando ya con su esposo, le dio a él del fruto y él se puso a comerlo.+ 7 Entonces se les abrieron los ojos y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Por lo tanto, cosieron hojas de higuera y se hicieron coberturas para taparse.*+

8 Más tarde, como a la hora del día en que soplaba la brisa, el hombre y su esposa oyeron la voz de Jehová Dios cuando él andaba por el jardín. Entonces se escondieron de la vista* de Jehová Dios entre los árboles del jardín. 9 Y Jehová Dios estuvo llamando al hombre una y otra vez, y diciéndole: “¿Dónde estás?”. 10 Por fin, el hombre respondió: “Oí tu voz en el jardín, pero, como estaba desnudo, tuve miedo y me escondí”. 11 A lo que Dios preguntó: “¿Quién te dijo que estabas desnudo?+ ¿Has comido del árbol del que te prohibí comer?”.+ 12 El hombre contestó: “La mujer que me diste me dio del fruto del árbol y yo comí de él”. 13 Así que Jehová Dios le dijo a la mujer: “¿Qué es lo que has hecho?”. Ella respondió: “La serpiente me engañó. Por eso comí”.+

14 Entonces Jehová Dios le dijo a la serpiente:+ “Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales domésticos y todos los animales salvajes del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. 15 Y haré que haya enemistad*+ entre tú+ y la mujer,+ y entre tu descendencia*+ y la descendencia de ella.+ Él te aplastará* la cabeza,+ y tú le herirás* el talón”.+

16 A la mujer le dijo: “Aumentaré mucho tus sufrimientos durante los embarazos y darás a luz con dolor. Tú desearás intensamente estar con tu esposo, y él te dominará”.

17 Y a Adán* le dijo: “Como le hiciste caso a tu esposa y comiste del árbol del que te ordené+ ‘No debes comer de él’, el suelo está maldito por tu culpa.+ Te costará muchísimo trabajo sacar alimento de él* todos los días de tu vida.+ 18 El suelo te dará espinos y cardos, y tú tendrás que comer la vegetación del campo. 19 Con el sudor de tu frente* comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste formado.+ Porque polvo eres y al polvo volverás”.+

20 Después de esto, Adán llamó Eva* a su esposa, porque ella sería la madre de toda la humanidad.*+ 21 Y Jehová Dios les hizo largas ropas de piel a Adán y a su esposa para que se vistieran.+ 22 Luego Jehová Dios dijo: “El hombre ahora es como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo.+ Así que, para que no extienda la mano y agarre también del fruto del árbol de la vida,+ coma de él y viva para siempre...”.* 23 Entonces Jehová Dios lo expulsó del jardín de Edén+ para que cultivara el suelo del que había sido formado.+ 24 De modo que echó al hombre, y al este del jardín de Edén puso querubines+ y la hoja llameante de una espada que giraba sin parar. Así se bloqueó el camino que llevaba al árbol de la vida.

4 Y Adán tuvo relaciones sexuales con su esposa Eva, y ella quedó embarazada.+ Cuando dio a luz a Caín,+ ella dijo: “He dado a luz* un hijo con la ayuda de Jehová”. 2 Más tarde, ella volvió a dar a luz y tuvo a Abel, el hermano de Caín.+

Abel se hizo pastor de ovejas y Caín se hizo agricultor. 3 Pasó el tiempo, y Caín presentó algunos productos de la tierra como ofrenda para Jehová. 4 Pero Abel ofreció algunos primogénitos de su rebaño,+ incluida su grasa. Ahora bien, Jehová aprobó a Abel y su ofrenda,+ 5 pero no aprobó a Caín ni su ofrenda. Por eso, Caín se enfureció y se sintió muy decepcionado.* 6 Entonces Jehová le dijo a Caín: “¿Por qué estás tan enojado y decepcionado? 7 Si cambias y haces lo que está bien, ¿no crees que volverás a tener mi aprobación?* Pero, si no cambias y no haces lo que está bien, el pecado te seguirá acechando a la puerta porque desea dominarte. ¿Y tú serás capaz de controlarlo?”.

8 Después de eso, Caín le dijo a su hermano Abel: “Vamos al campo”. Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo mató.+ 9 Más tarde, Jehová le preguntó a Caín: “¿Dónde está tu hermano Abel?”. Él le contestó: “No sé. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”. 10 Así que Dios le dijo: “¿Qué has hecho? ¡Escucha! La sangre de tu hermano me está gritando desde el suelo.+ 11 Y ahora se te maldice y se te destierra del suelo que ha abierto la boca para beber la sangre de tu hermano, la cual tú derramaste.+ 12 Cuando cultives el suelo, este no te dará su producto.* Serás un fugitivo y estarás yendo de un lado a otro por la tierra”. 13 Entonces Caín le dijo a Jehová: “El castigo por mi error es mayor de lo que puedo soportar. 14 Hoy estás echándome de la región,* y estaré fuera de tu vista.* Seré un fugitivo y estaré yendo de un lado a otro por la tierra, y cualquiera que me encuentre de seguro me matará”. 15 Por eso, Jehová le dijo: “En ese caso, cualquiera que mate a Caín sufrirá la venganza siete veces”.

Y Jehová estableció una señal para Caín, para que nadie que lo encontrara lo matara. 16 Luego Caín salió de la presencia de Jehová y se fue a vivir a la región del Destierro,* que estaba al este de Edén.+

17 Entonces Caín tuvo relaciones sexuales con su esposa,+ y ella quedó embarazada y dio a luz a Enoc. Luego Caín se puso a construir una ciudad y le puso el nombre de su hijo Enoc. 18 Más tarde, Enoc fue padre de Irad; Irad fue padre de Mehujael; Mehujael fue padre de Metusael, y Metusael fue padre de Lamec.

19 Lamec se casó con dos mujeres. La primera se llamaba Adá, y la segunda se llamaba Zilá. 20 Adá dio a luz a Jabal. Él fue el primero de los que vivían en tiendas de campaña y criaban ganado. 21 Su hermano se llamaba Jubal. Él fue el primero de los que tocaban el arpa y la flauta.* 22 Por su parte, Zilá dio a luz a Tubal-Caín, que forjaba toda clase de herramientas de cobre y de hierro. Y la hermana de Tubal-Caín se llamaba Naamá. 23 Entonces Lamec compuso estos versos para sus esposas Adá y Zilá:

“Oigan mi voz, esposas de Lamec.

Escuchen mis palabras:

he matado a un hombre que me hirió,

sí, a un joven que me golpeó.

24 Si a Caín hay que vengarlo siete veces,+

a Lamec hay que vengarlo setenta y siete veces”.

25 Pues bien, Adán volvió a tener relaciones sexuales con su esposa, y ella dio a luz un hijo. Ella lo llamó Set,*+ porque dijo: “Dios me ha dado* otro descendiente para reemplazar a Abel, porque Caín lo mató”.+ 26 Set también tuvo un hijo, y lo llamó Enós.+ En aquel tiempo, la gente empezó a invocar el nombre de Jehová.

5 Este es el libro de la historia de Adán. El día en que Dios creó a Adán, lo hizo a la semejanza de Dios.+ 2 Hombre y mujer los creó.+ El día en que fueron creados,+ él los bendijo y los llamó Hombre.*

3 Cuando Adán tenía 130 años, tuvo un hijo a su imagen y semejanza, y lo llamó Set.+ 4 Después de tener a Set, Adán vivió 800 años más. Y fue padre de hijos e hijas. 5 Así que Adán vivió 930 años en total. Entonces murió.+

6 Cuando Set tenía 105 años, fue padre de Enós.+ 7 Después de tener a Enós, Set vivió 807 años más. Y fue padre de hijos e hijas. 8 Así que Set vivió 912 años en total. Entonces murió.

9 Cuando Enós tenía 90 años, fue padre de Quenán. 10 Después de tener a Quenán, Enós vivió 815 años más. Y fue padre de hijos e hijas. 11 Así que Enós vivió 905 años en total. Entonces murió.

12 Cuando Quenán tenía 70 años, fue padre de Mahalalel.+ 13 Después de tener a Mahalalel, Quenán vivió 840 años más. Y fue padre de hijos e hijas. 14 Así que Quenán vivió 910 años en total. Entonces murió.

15 Cuando Mahalalel tenía 65 años, fue padre de Jared.+ 16 Después de tener a Jared, Mahalalel vivió 830 años más. Y fue padre de hijos e hijas. 17 Así que Mahalalel vivió 895 años en total. Entonces murió.

18 Cuando Jared tenía 162 años, fue padre de Enoc.+ 19 Después de tener a Enoc, Jared vivió 800 años más. Y fue padre de hijos e hijas. 20 Así que Jared vivió 962 años en total. Entonces murió.

21 Cuando Enoc tenía 65 años, fue padre de Matusalén.+ 22 Después de tener a Matusalén, Enoc vivió 300 años más y siguió andando con el Dios verdadero.* Además, fue padre de hijos e hijas. 23 Así que Enoc vivió 365 años en total. 24 Enoc siguió andando con el Dios verdadero.+ Entonces nadie lo volvió a ver, porque Dios lo tomó.+

25 Cuando Matusalén tenía 187 años, fue padre de Lamec.+ 26 Después de tener a Lamec, Matusalén vivió 782 años más. Y fue padre de hijos e hijas. 27 Así que Matusalén vivió 969 años en total. Entonces murió.

28 Cuando Lamec tenía 182 años, tuvo un hijo. 29 Lo llamó Noé,*+ pues dijo: “Este hijo nos aliviará* del trabajo y del esfuerzo doloroso de nuestras manos a causa del suelo que Jehová ha maldecido”.+ 30 Después de tener a Noé, Lamec vivió 595 años más. Y fue padre de hijos e hijas. 31 Así que Lamec vivió 777 años en total. Entonces murió.

32 Después de que Noé cumplió 500 años de edad, fue padre de Sem,+ Cam+ y Jafet.+

6 Ahora bien, cuando la cantidad de hombres empezó a aumentar por toda la tierra y ellos tuvieron hijas, 2 los hijos del Dios verdadero*+ empezaron a darse cuenta de que las hijas de los hombres eran hermosas. Así que comenzaron a casarse con todas las que quisieron. 3 Y Jehová dijo: “Mi espíritu no tolerará por siempre al hombre,+ porque solo es carne.* Por lo tanto, sus días serán 120 años”.+

4 Los nefilim* ya estaban en la tierra para ese entonces, y también después. En esos tiempos, los hijos del Dios verdadero tenían relaciones con las hijas de los hombres y ellas les daban hijos. Estos fueron los hombres poderosos y famosos de la antigüedad.

5 Así que Jehová vio que la maldad del hombre crecía en la tierra y que los pensamientos de su corazón estaban inclinados solo hacia el mal todo el tiempo.+ 6 Y Jehová sintió pesar* por haber creado al hombre en la tierra; sintió un gran dolor en el corazón.*+ 7 Por lo tanto, Jehová dijo: “Voy a eliminar de la faz de la tierra a los hombres que he creado, tanto a ellos como a los animales domésticos, a los animales que se arrastran y a los animales voladores de los cielos, porque lamento haberlos hecho”. 8 Sin embargo, Noé tuvo la aprobación* de Jehová.

9 Esta es la historia de Noé.

Noé era un hombre justo.+ Resultó ser intachable* entre la gente de su tiempo.* Él andaba con el Dios verdadero.+ 10 Con el tiempo, Noé tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet.+ 11 Ahora bien, el Dios verdadero vio que la tierra estaba arruinada y llena de violencia. 12 Así es, Dios se fijó en la tierra, y estaba arruinada.+ Toda la gente* de la tierra llevaba una vida corrupta.+

13 Entonces Dios le dijo a Noé: “He decidido acabar con todo ser vivo,* porque la tierra está llena de violencia por culpa de los hombres. Por eso voy a destruirlos y a arrasar la tierra.+ 14 Construye un arca* de madera resinosa para ti.+ Hazle compartimientos y cúbrela de alquitrán*+ por dentro y por fuera. 15 Hazla así: debe medir 300 codos* de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto; 16 debe tener tres niveles: primero, segundo y tercero; a un codo del techo debe haber una ventana para que entre luz,* y la entrada del arca debe estar en uno de los lados.+

17 ”Y yo, por mi parte, voy a traer un diluvio+ que inundará la tierra y destruirá a todo ser vivo* que está bajo los cielos y que tiene aliento de vida.* Todo lo que está en la tierra morirá.+ 18 Estoy estableciendo mi pacto contigo. Tú tienes que entrar en el arca con tus hijos, tu esposa y tus nueras.+ 19 También debes meter contigo en el arca una pareja de cada tipo de animal+ —un macho y una hembra—+ para mantenerlos con vida. 20 Dos ejemplares de cada animal volador según su género, dos ejemplares de cada animal doméstico según su género y dos ejemplares de cada animal que se arrastra según su género irán adonde estés y entrarán en el arca para que los mantengas con vida.+ 21 Y tú, por tu parte, debes juntar todo tipo de alimento+ y llevártelo para que tú y los animales puedan comer”.

22 Así que Noé hizo todo lo que Dios le había mandado. Lo hizo tal como él había dicho.+

7 Después de eso, Jehová le dijo a Noé: “Entra tú con toda tu familia en el arca, porque he visto que, a diferencia de esta generación, tú eres justo.+ 2 De cada tipo de animal puro debes llevar siete* contigo:+ machos y hembras. Pero de cada animal que no es puro solo debes llevar dos: el macho y la hembra. 3 De los animales voladores de los cielos debes llevar siete* también —machos y hembras— para que su descendencia sobreviva sobre toda la tierra.+ 4 Porque dentro de solo siete días haré que llueva+ en la tierra durante 40 días y 40 noches,+ y eliminaré de la faz de la tierra a todos los seres vivos que he hecho”.+ 5 De modo que Noé hizo todo lo que Jehová le había mandado.

6 Noé tenía 600 años de edad cuando el Diluvio inundó la tierra.+ 7 Pues bien, antes de empezar el Diluvio, Noé entró en el arca con sus hijos, su esposa y sus nueras.+ 8 Y los animales puros, los animales que no eran puros, los animales voladores y todo lo que se mueve sobre el suelo+ 9 fueron adonde estaba Noé y entraron en el arca de dos en dos, macho y hembra, tal como Dios le había mandado a Noé. 10 Siete días después cayó el Diluvio sobre la tierra.

11 Cuando Noé tenía 600 años, el día 17 del segundo mes, ese día reventaron todos los manantiales de las extensas aguas profundas y se abrieron las compuertas de los cielos.+ 12 Y llovió con fuerza en la tierra durante 40 días y 40 noches. 13 Ese mismo día, Noé entró en el arca con sus hijos —Sem, Cam y Jafet—,+ su esposa y sus tres nueras.+ 14 Ellos entraron con todos los animales salvajes según sus géneros, todos los animales domésticos según sus géneros, todos los animales de la tierra que se arrastran según sus géneros y todos los animales voladores según sus géneros, todas las aves, todos los animales con alas. 15 Y todo tipo de animales* que tenían aliento de vida* siguieron yendo adonde estaba Noé y entrando de dos en dos en el arca. 16 Así que entraron machos y hembras de todo tipo de animales,* tal como Dios le había mandado a Noé. Después, Jehová cerró la puerta detrás de él.

17 Y el Diluvio siguió cayendo durante 40 días en la tierra. Las aguas no dejaron de crecer, empezaron a levantar el arca y la hicieron flotar muy por encima del suelo. 18 Las aguas siguieron creciendo e inundando la tierra. Pero el arca flotaba en la superficie. 19 Las aguas crecieron tanto que cubrieron todas las montañas altas que hay bajo los cielos.+ 20 Llegaron hasta 15 codos* por encima de las montañas.

21 Así que murió todo ser vivo* que había en la tierra:+ los animales voladores, los animales domésticos, los animales salvajes, los animales que enjambran en la tierra y todos los seres humanos.+ 22 Murió todo lo que había en el suelo seco y tenía aliento de vida* en la nariz.+ 23 Dios* eliminó a todo ser vivo de la superficie de la tierra, incluidos los seres humanos, los animales,* los animales que se arrastran y los animales voladores de los cielos. Todos fueron destruidos.+ Solo sobrevivieron Noé y los que estaban con él en el arca.+ 24 Y las aguas siguieron cubriendo la tierra durante 150 días.+

8 Pero Dios no se olvidó* de Noé ni de los animales salvajes ni de los animales domésticos que estaban con él en el arca.+ Así que Dios hizo que un viento soplara en la tierra, y las aguas empezaron a bajar. 2 Los manantiales de las aguas profundas y las compuertas de los cielos se cerraron, de modo que dejó de llover.*+ 3 Poco a poco, las aguas se fueron retirando de la tierra. Y al cabo de 150 días habían bajado bastante. 4 El día 17 del séptimo mes, el arca se detuvo sobre las montañas de Ararat. 5 Las aguas siguieron disminuyendo hasta el décimo mes. El primer día del décimo mes comenzaron a verse las cimas de las montañas.+

6 Al cabo de 40 días, Noé abrió la ventana+ que había hecho en el arca 7 y mandó afuera un cuervo, que estuvo yendo y viniendo hasta que el suelo se secó.

8 Luego Noé también mandó afuera una paloma para ver si había menos agua en la superficie de la tierra. 9 Pero la paloma no encontró un lugar donde posarse* porque las aguas todavía cubrían la superficie de toda la tierra,+ así que regresó al arca. Entonces, Noé estiró la mano para meter la paloma en el arca. 10 Esperó siete días más y otra vez la mandó fuera del arca. 11 La paloma regresó al atardecer. ¡Y Noé vio que en el pico llevaba una hoja fresca de olivo! Así se dio cuenta de que las aguas habían disminuido en la tierra.+ 12 Esperó otros siete días y de nuevo envió afuera a la paloma, pero esta vez ya no regresó.

13 En el año 601 de la vida de Noé,+ en el primer día del primer mes, las aguas se habían retirado de la tierra. Noé quitó la cubierta del arca y vio que el suelo se estaba secando. 14 Y, en el día 27 del segundo mes, el suelo quedó completamente seco.

15 Entonces Dios le dijo a Noé: 16 “Sal del arca con tu esposa, tus hijos y tus nueras.+ 17 Saca contigo a todos los seres vivos:*+ a los animales voladores, a los animales* y a los animales que se arrastran. Así podrán multiplicarse* en la tierra y reproducirse y ser muchos”.+

18 De modo que Noé salió del arca con sus hijos,+ su esposa y sus nueras. 19 Y todos los seres vivos, todos los animales que se arrastran y todos los animales voladores —todo lo que se mueve sobre la tierra— salieron del arca por familias.+ 20 Luego Noé le construyó un altar+ a Jehová y sobre él ofreció algunos de los animales puros y algunos de los animales voladores puros+ como ofrendas quemadas.+ 21 Y a Jehová le llegó un aroma muy agradable.* Así que Jehová dijo en su corazón: “Nunca más maldeciré* el suelo+ por culpa de los hombres, porque el corazón de los hombres tiende al mal desde la juventud.+ Nunca volveré a destruir de esta manera a todo ser vivo.+ 22 De ahora en adelante, en la tierra siempre habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche”.+

9 Dios pasó a bendecir a Noé y a sus hijos, y les dijo: “Tengan muchos hijos, multiplíquense y llenen la tierra.+ 2 Todos los seres vivos de la tierra, los animales voladores de los cielos, todo lo que se mueve sobre el suelo y los peces del mar seguirán teniéndoles miedo y terror. Ahora ellos quedan en sus manos.*+ 3 Pueden comer cualquier animal que se mueve y tiene vida.+ Igual que les di toda la vegetación verde como alimento, también les doy los animales.+ 4 Lo único que no deben comer es la carne con su vida, es decir, con su sangre.+ 5 Además de eso, exigiré cuentas por la sangre y la vida de ustedes. Le exigiré cuentas a todo animal y también le exigiré cuentas a todo hombre por la vida de su hermano.+ 6 Si un hombre derrama la sangre de alguien, otra persona derramará la sangre de ese hombre,+ porque Dios hizo al ser humano a su imagen.+ 7 En cuanto a ustedes, tengan muchos hijos, multiplíquense, aumenten en número y llenen la tierra”.+

8 Después, Dios les dijo a Noé y a sus hijos: 9 “Ahora establezco un pacto con ustedes,+ con sus descendientes 10 y con todos los seres vivos que salieron del arca con ustedes —las aves, los animales* y todos los seres vivos de la tierra que están con ustedes—, es decir, con todos los seres vivos de la tierra.+ 11 Este es el pacto que establezco con ustedes: nunca más traeré un diluvio para destruir a todos los seres vivos* ni para arruinar la tierra”.+

12 Luego Dios añadió: “Esta es la señal del pacto que estoy estableciendo con ustedes y con todos los seres vivos que están con ustedes para todas las generaciones futuras: 13 en las nubes pongo mi arcoíris. Y servirá de señal del pacto que establezco con la tierra. 14 Cada vez que traiga nubes sobre la tierra, el arcoíris sin falta aparecerá en las nubes. 15 Entonces recordaré sin falta el pacto que hice con ustedes y con todo tipo de seres vivos.* Las aguas nunca más se convertirán en un diluvio para destruir a todos los seres vivos* de la tierra.+ 16 Cuando el arcoíris aparezca en las nubes, yo sin falta lo veré y recordaré el pacto eterno entre Dios y todo tipo de seres vivos* de la tierra”.

17 Dios le repitió a Noé: “Esta es la señal del pacto que establezco con todos los seres vivos* de la tierra”.+

18 Ahora bien, los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet.+ Más tarde, Cam fue padre de Canaán.+ 19 Estos tres fueron los hijos de Noé, y de ellos vinieron todos los que poblaron la tierra.+

20 Pues bien, Noé comenzó a cultivar el suelo y plantó una viña. 21 Cuando bebió vino, se emborrachó y se desnudó dentro de su tienda de campaña. 22 Cam, el padre de Canaán, vio la desnudez de su padre y se lo contó a sus dos hermanos, que estaban afuera. 23 Así que Sem y Jafet tomaron un manto entre los dos, se lo pusieron sobre los hombros y entraron caminando hacia atrás. Entonces cubrieron a su padre mirando para otro lado y así no vieron la desnudez de su padre.

24 Cuando a Noé se le pasaron los efectos del vino, despertó. Entonces se enteró de lo que su hijo menor le había hecho 25 y dijo:

“Maldito sea Canaán.+

Que sea el esclavo más bajo de sus hermanos”.+

26 Y añadió:

“Alabado sea Jehová, el Dios de Sem.

Que Canaán sea su esclavo.*+

27 Que Dios le dé un extenso territorio a Jafet

y que Jafet viva en las tiendas de Sem.

Que Canaán también sea su esclavo”.

28 Noé vivió 350 años más después del Diluvio.+ 29 Así que Noé vivió 950 años en total. Entonces murió.

10 Esta es la historia de Sem,+ Cam y Jafet, los hijos de Noé.

Después del Diluvio tuvieron hijos.+ 2 Los hijos de Jafet fueron Gómer,+ Magog,+ Madái, Javán, Tubal,+ Mesec+ y Tirás.+

3 Los hijos de Gómer fueron Askenaz,+ Rifat y Togarmá.+

4 Los hijos de Javán fueron Elisá,+ Tarsis,+ Kitim+ y Dodanim.

5 Los descendientes de estos poblaron las islas y se establecieron en sus territorios según sus lenguas y sus familias, y por sus naciones.

6 Los hijos de Cam fueron Cus, Mizraim,+ Put+ y Canaán.+

7 Los hijos de Cus fueron Sebá,+ Havilá, Sabtá, Raamá+ y Sabtecá.

Los hijos de Raamá fueron Seba y Dedán.

8 Cus también fue padre de Nemrod, el primer hombre que se hizo poderoso en la tierra. 9 Nemrod fue un poderoso cazador* en oposición a Jehová. Por eso existe el dicho “Él es como Nemrod, un poderoso cazador en oposición a Jehová”. 10 Las primeras ciudades de su reino fueron* Babel,+ Erec,+ Akkad y Calné, en la tierra de Sinar.+ 11 Desde esa tierra salió hacia Asiria+ y construyó Nínive,+ Rehobot-Ir, Cálah 12 y Resen, entre Nínive y Cálah. Esta es la gran ciudad.*

13 Mizraim fue padre de Ludim,+ Anamim, Lehabim, Naftuhim,+ 14 Patrusim,+ Casluhim —de quien provienen los filisteos—+ y Caftorim.+

15 Canaán fue padre de Sidón,+ su primer hijo. También fue padre de Het,+ 16 así como de los jebuseos,+ los amorreos,+ los guirgaseos, 17 los heveos,+ los arqueos, los sineos, 18 los arvadeos,+ los zemareos y los hamateos.+ Con el tiempo, las familias de los cananeos se dispersaron. 19 Así que el territorio cananeo iba desde Sidón hasta Guerar,+ que está cerca de Gaza,+ y hasta Sodoma, Gomorra,+ Admá y Zeboyim,+ cerca de Lasa. 20 Estos fueron los hijos de Cam. Aparecen agrupados por familias y lenguas, y por tierras y naciones.

21 Sem también tuvo hijos. Él fue el antepasado de todos los hijos de Éber+ y era hermano de Jafet, el mayor.* 22 Los hijos de Sem fueron Elam,+ Asur,+ Arpaksad,+ Lud y Aram.+

23 Los hijos de Aram fueron Uz, Hul, Guéter y Mas.

24 Arpaksad fue padre de Selá,+ y Selá fue padre de Éber.

25 Éber tuvo dos hijos. El primero se llamó Péleg,*+ porque en sus tiempos se dividió la población de la tierra,* y su hermano se llamaba Joctán.+

26 Joctán fue padre de Almodad, Sélef, Hazarmávet, Jérah,+ 27 Hadoram, Uzal, Diclá, 28 Obal, Abimael, Seba, 29 Ofir,+ Havilá y Jobab. Todos estos fueron los hijos de Joctán.

30 Ellos poblaron el área que va desde Mesá hasta Sefar, la región montañosa de Oriente.

31 Estos fueron los hijos de Sem. Aparecen agrupados por familias y lenguas, y por tierras y naciones.+

32 Estas fueron las familias de los hijos de Noé, que aparecen agrupadas por líneas de descendientes y por naciones. De estas familias proceden todas las naciones que poblaron la tierra después del Diluvio.+

11 Ahora bien, toda la tierra seguía teniendo un mismo idioma y un solo conjunto de palabras.* 2 Cuando la gente se desplazó hacia el este, descubrieron una llanura en la tierra de Sinar+ y se establecieron allí. 3 Entonces se dijeron unos a otros: “¡Vengan! Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos al fuego”. Así que usaron ladrillos en vez de piedras y usaron alquitrán* como mezcla. 4 Y dijeron: “¡Vamos! Construyámonos una ciudad y una torre que llegue hasta los cielos. Así nos haremos famosos y no nos dispersaremos por toda la tierra”.+

5 Pues bien, Jehová bajó para ver* la ciudad y la torre que los hombres habían empezado a construir. 6 Y Jehová dijo: “Como son un solo pueblo y hablan un solo idioma,+ mira lo que han empezado a hacer. Ahora lograrán hacer cualquier cosa que se propongan. 7 ¡Vamos!+ Bajemos allí y confundamos su idioma para que no se entiendan entre ellos”. 8 Así que desde allí Jehová los dispersó por toda la tierra,+ y poco a poco dejaron de construir la ciudad. 9 Por eso la ciudad se llamó Babel,*+ porque allí fue donde Jehová confundió el idioma que se hablaba en toda la tierra, y desde allí Jehová dispersó a la gente por toda la tierra.

10 Esta es la historia de Sem.+

Cuando Sem tenía 100 años —dos años después del Diluvio—, fue padre de Arpaksad.+ 11 Después de tener a Arpaksad, Sem vivió 500 años más. Y fue padre de hijos e hijas.+

12 Cuando Arpaksad tenía 35 años, fue padre de Selá.+ 13 Después de tener a Selá, Arpaksad vivió 403 años más. Y fue padre de hijos e hijas.

14 Cuando Selá tenía 30 años, fue padre de Éber.+ 15 Después de tener a Éber, Selá vivió 403 años más. Y fue padre de hijos e hijas.

16 Cuando Éber tenía 34 años, fue padre de Péleg.+ 17 Después de tener a Péleg, Éber vivió 430 años más. Y fue padre de hijos e hijas.

18 Cuando Péleg tenía 30 años, fue padre de Reú.+ 19 Después de tener a Reú, Péleg vivió 209 años más. Y fue padre de hijos e hijas.

20 Cuando Reú tenía 32 años, fue padre de Serug. 21 Después de tener a Serug, Reú vivió 207 años más. Y fue padre de hijos e hijas.

22 Cuando Serug tenía 30 años, fue padre de Nacor. 23 Después de tener a Nacor, Serug vivió 200 años más. Y fue padre de hijos e hijas.

24 Cuando Nacor tenía 29 años, fue padre de Taré.+ 25 Después de tener a Taré, Nacor vivió 119 años más. Y fue padre de hijos e hijas.

26 Después de que Taré cumplió 70 años, fue padre de Abrán,+ Nacor+ y Harán.

27 Esta es la historia de Taré.

Taré fue padre de Abrán, Nacor y Harán. Y Harán fue padre de Lot.+ 28 Cuando todavía vivía su padre Taré, Harán murió en la tierra donde nació: Ur+ de los caldeos.+ 29 Ahora bien, tanto Abrán como Nacor se casaron. La esposa de Abrán se llamaba Sarái+ y la esposa de Nacor se llamaba Milcá,+ y era hija de Harán, el padre de Milcá y de Iscá. 30 Pero Sarái era estéril;+ no tenía hijos.

31 Taré salió de Ur de los caldeos y se llevó a su hijo Abrán, a su nieto Lot+ —el hijo de Harán— y a su nuera Sarái, la esposa de su hijo Abrán. Fueron con él hacia la tierra de Canaán+ y, cuando llegaron a Harán,+ comenzaron a vivir allí. 32 Taré vivió 205 años en total. Entonces murió en Harán.

12 Y Jehová le dijo a Abrán: “Sal de tu país, deja a tus parientes y a los de la casa de tu padre y vete al país que yo te mostraré.+ 2 Te convertiré en una gran nación, te bendeciré y haré grande tu nombre, y tú serás una bendición.+ 3 Yo bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a cualquiera que te maldiga,+ y sin duda todas las familias de la tierra serán bendecidas* por medio de ti”.+

4 Así que Abrán hizo lo que Jehová le había dicho y se fue, y Lot lo acompañó. Abrán tenía 75 años cuando salió de Harán.+ 5 Salió hacia la tierra de Canaán+ y se llevó a su esposa Sarái+ y a su sobrino Lot,*+ así como todos los bienes que habían acumulado+ y a los siervos que habían adquirido en Harán. Cuando llegaron a la tierra de Canaán, 6 Abrán atravesó ese país hasta llegar a la región de Siquem,+ cerca de los árboles grandes de Moré.+ Por aquel entonces, los cananeos vivían en el país. 7 Pues bien, Jehová se le apareció a Abrán y le dijo: “Voy a darle esta tierra a tu descendencia”.+ Entonces Abrán construyó allí un altar para Jehová, quien se le había aparecido. 8 Más tarde se mudó de allí a la región montañosa que está al este de Betel+ y colocó su tienda entre Betel y Hai.+ Betel estaba al oeste y Hai estaba al este. Allí construyó un altar para Jehová+ y empezó a invocar el nombre de Jehová.+ 9 Después, Abrán desmontó el campamento y fue acampando de un sitio a otro en dirección al Négueb.+

10 Ahora bien, empezó una época de hambre en el país. Como el hambre era tan grave,+ Abrán bajó hacia Egipto para quedarse allí un tiempo.*+ 11 Cuando estaba a punto de entrar en Egipto, le dijo a su esposa Sarái: “Escúchame, por favor. Sé muy bien lo hermosa que eres.+ 12 En cuanto los egipcios te vean, estoy seguro de que dirán ‘Esta es su esposa’. Entonces a mí me matarán y a ti te dejarán viva. 13 Por favor, diles que eres mi hermana para que me traten bien a causa de ti y para que no me quiten la vida”.*+

14 Pues bien, en cuanto Abrán entró en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy hermosa. 15 Los príncipes del faraón también la vieron y se pusieron a alabar su belleza delante del faraón. Así que la mujer fue llevada a la casa del faraón. 16 Y él trató bien a Abrán gracias a ella, y Abrán obtuvo ovejas, vacas, burros, burras y camellos, así como siervos y siervas.+ 17 Pero Jehová les mandó severos castigos al faraón y a los de su casa debido a Sarái, la esposa de Abrán.+ 18 Entonces el faraón llamó a Abrán y le dijo: “¿Qué es lo que me has hecho? ¿Por qué no me dijiste que era tu esposa? 19 ¿Por qué me dijiste ‘Es mi hermana’?+ ¿No ves que estuve a punto de casarme con ella? Aquí tienes a tu esposa. ¡Llévatela y vete!”. 20 Y el faraón ordenó a sus hombres que acompañaran a Abrán y a su esposa hasta que salieran del país junto con todo lo que tenían.+

13 Entonces Abrán salió de Egipto y subió al Négueb.+ Iba con su esposa y con Lot, y llevaba todo lo que tenía. 2 Abrán tenía muchísimo ganado, plata y oro.+ 3 Luego fue acampando de un sitio a otro desde el Négueb hasta Betel. Y llegó al lugar que estaba entre Betel y Hai donde antes había colocado su tienda+ 4 y donde ya había construido un altar. Allí invocó el nombre de Jehová.

5 Ahora bien, Lot viajaba con Abrán y también tenía ovejas, vacas y tiendas de campaña. 6 Pero, como habían acumulado muchos bienes, los campos no daban abasto y no podían vivir todos juntos en el mismo lugar. 7 Por eso estalló una pelea entre los ganaderos de Abrán y los ganaderos de Lot. (En aquel tiempo, los cananeos y los perizitas vivían en el país).+ 8 Así que Abrán le dijo a Lot:+ “Por favor, somos hermanos. No debería haber peleas entre tú y yo, ni entre tus ganaderos y los míos. 9 Tienes a tu disposición cualquier parte del país, ¿no es verdad? Separémonos, por favor. Si tú vas a la izquierda, yo iré a la derecha. Pero, si tú vas a la derecha, yo iré a la izquierda”. 10 Entonces Lot levantó la vista y vio todo el distrito del Jordán,+ hasta Zóar.+ Vio que era una región con mucha agua, igual que el jardín de Jehová+ y que la tierra de Egipto. Así era antes de que Jehová destruyera Sodoma y Gomorra. 11 Lot eligió el distrito del Jordán y mudó su campamento al este. De modo que se separaron. 12 Abrán se fue a vivir a la tierra de Canaán. En cambio, Lot se fue a vivir cerca de las ciudades del distrito+ y al final colocó su tienda cerca de Sodoma. 13 Pero la gente de Sodoma era muy mala y cometía graves pecados contra Jehová.+

14 Después de que Lot se separó de Abrán, Jehová le dijo a Abrán: “Levanta la vista, por favor. Desde donde estás, mira al norte y al sur, al este y al oeste. 15 Toda la tierra que estás mirando te la voy a dar a ti y a tu descendencia, y será de ustedes de forma permanente.+ 16 Haré que tus descendientes sean tan numerosos como las partículas de polvo que hay en la tierra. Solo alguien que pudiera contar las partículas de polvo de la tierra podría contar a tus descendientes.+ 17 Vamos, viaja a lo largo y ancho de esta tierra, porque te la voy a dar a ti”. 18 Así que Abrán se fue y siguió viviendo en tiendas de campaña. Con el tiempo llegó adonde estaban los árboles grandes de Mamré,+ en Hebrón.+ Allí se quedó a vivir y construyó un altar para Jehová.+

14 Ahora bien, en los días del rey Amrafel de Sinar,+ del rey Arioc de Elasar, del rey Kedorlaomer+ de Elam+ y del rey Tidal de Goyim, 2 estalló la guerra entre estos reyes y el rey Bera de Sodoma,+ el rey Birsá de Gomorra,+ el rey Sinab de Admá, el rey Seméber de Zeboyim+ y el rey de Bela, es decir, de Zóar. 3 Todos estos unieron sus fuerzas en el valle de Sidim,*+ es decir, el mar Salado.*+

4 Ellos llevaban 12 años sirviendo a Kedorlaomer, pero en el año 13 se rebelaron. 5 En el año 14, Kedorlaomer y los reyes que estaban con él fueron y vencieron a los refaím en Asterot-Carnaim, a los zuzim en Cam, a los emim+ en Savé-Quiryataim 6 y a los horeos+ en las montañas de Seír+ hasta El-Parán, que está junto al desierto. 7 Luego fueron de regreso y llegaron a En-Mispat, es decir, a Cadés.+ Conquistaron todo el territorio de los amalequitas+ y también vencieron a los amorreos+ que vivían en Hazazón-Tamar.+

8 Entonces el rey de Sodoma salió al valle de Sidim con el rey de Gomorra, el rey de Admá, el rey de Zeboyim y el rey de Bela, es decir, de Zóar. Allí se pusieron en formación de batalla para pelear contra ellos: 9 contra el rey Kedorlaomer de Elam, el rey Tidal de Goyim, el rey Amrafel de Sinar y el rey Arioc de Elasar.+ Eran cuatro reyes contra cinco. 10 Pues bien, en el valle de Sidim había muchos pozos de alquitrán.* Y, cuando los reyes de Sodoma y Gomorra trataron de huir, cayeron en los pozos, y los que quedaron huyeron a la región montañosa. 11 Entonces los vencedores se apoderaron de todos los bienes y los alimentos de Sodoma y Gomorra, y siguieron su camino.+ 12 Como Lot —el sobrino* de Abrán— vivía en Sodoma,+ también lo capturaron a él y se llevaron sus bienes, y continuaron su camino.

13 Después de eso, un hombre que había escapado fue adonde estaba Abrán el hebreo y le contó todo. En ese entonces, Abrán estaba viviendo* entre los árboles grandes de Mamré el amorreo,+ que era hermano de Escol y de Aner.+ Ellos eran aliados de Abrán. 14 En cuanto Abrán se enteró de que su sobrino*+ había sido capturado, reunió a sus hombres adiestrados para pelear —318 siervos que habían nacido en su casa— y fue tras los invasores hasta llegar a Dan.+ 15 Durante la noche, Abrán dividió a sus siervos en grupos, y él y sus siervos los atacaron y los vencieron. Él los persiguió hasta Hobá, que está al norte de Damasco. 16 De este modo, Abrán recuperó todos los bienes. También recuperó a su sobrino* Lot con sus bienes, así como a las mujeres y al resto de los cautivos.

17 Después de que Abrán regresó de haber derrotado a Kedorlaomer y a los reyes que estaban con él, el rey de Sodoma salió a encontrarse con Abrán en el valle* de Savé, es decir, el valle del Rey.+ 18 Y Melquisedec,+ el rey de Salem,+ sacó pan y vino. Él era sacerdote del Dios Altísimo.+

19 Entonces bendijo a Abrán y dijo:

“¡Que el Dios Altísimo, el que hizo el cielo y la tierra,

bendiga a Abrán!

20 ¡Alabado sea el Dios Altísimo,

que entregó a tus enemigos en tus manos!”.

Y Abrán le dio la décima parte de todo.+

21 Después de eso, el rey de Sodoma le dijo a Abrán: “Devuélveme a la gente, pero quédate con los bienes”. 22 Sin embargo, Abrán le dijo al rey de Sodoma: “Levanto la mano y juro ante Jehová, el Dios Altísimo y el que hizo el cielo y la tierra, 23 que no aceptaré nada tuyo, ni un hilo ni la correa de una sandalia, para que luego no digas ‘Abrán es rico gracias a mí’. 24 Lo único que acepto es lo que ya se comieron mis hombres. Pero deja que los hombres que fueron conmigo —Aner, Escol y Mamré—+ se queden con su parte”.

15 Después de que pasó todo esto, Abrán tuvo una visión en la que recibió este mensaje* de Jehová: “Abrán, no tengas miedo.+ Yo soy tu escudo.+ Tu recompensa será muy grande”.+ 2 Pero Abrán contestó: “Señor Soberano Jehová, ¿qué me vas a dar, si todavía no tengo hijos? Todos los bienes de mi casa los heredará Eliezer, un hombre de Damasco”.+ 3 Y añadió: “No me has dado descendencia,+ y mi heredero será un siervo* de mi casa”. 4 Pero entonces Jehová le respondió: “No, tu heredero no será este hombre. Tu heredero será tu propio hijo”.*+

5 Luego lo llevó afuera y le dijo: “Por favor, mira al cielo y cuenta las estrellas... si es que puedes contarlas”. Y entonces le dijo: “Así de numerosa llegará a ser tu descendencia”.+ 6 Abrán puso su fe en Jehová,+ y él lo consideró alguien justo.*+ 7 Y añadió: “Yo soy Jehová, el que te hizo salir de Ur de los caldeos para darte esta tierra en propiedad”.+ 8 Pero Abrán le preguntó: “Señor Soberano Jehová, ¿cómo puedo estar seguro de que llegará a ser de mi propiedad?”. 9 Dios le dijo: “Escoge para mí una ternera de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón de paloma”. 10 Así que él tomó estos animales y los cortó todos por la mitad, menos los pájaros. Luego puso cada mitad enfrente de su otra mitad.* 11 Y las aves rapaces empezaron a descender sobre los cadáveres, pero Abrán las espantaba.

12 Cuando estaba a punto de ponerse el sol, un sueño profundo cayó sobre Abrán y una terrible oscuridad lo cubrió. 13 Entonces Dios le dijo a Abrán: “Debes saber que tus descendientes serán extranjeros en una tierra que no es suya y que la gente de esa tierra los convertirá en esclavos y los maltratará durante 400 años.+ 14 Pero yo juzgaré a la nación que los esclavizará,+ y después de eso ellos saldrán de allí con muchos bienes.+ 15 Y tú irás en paz adonde tus antepasados; serás enterrado tras una buena vejez.+ 16 Pero tus descendientes volverán aquí+ a la cuarta generación, porque el error de los amorreos todavía no ha llegado al límite”.*+

17 Cuando el sol se había puesto y ya estaba muy oscuro, apareció un horno del que salía humo, y una antorcha encendida pasó entre los trozos de los animales. 18 Ese día, Jehová hizo un pacto con Abrán+ al decir: “A tu descendencia le daré esta tierra,+ desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Éufrates:+ 19 la tierra de los quenitas,+ de los quenizitas, de los cadmonitas, 20 de los hititas,+ de los perizitas,+ de los refaím,+ 21 de los amorreos, de los cananeos, de los guirgaseos y de los jebuseos”.+

16 La esposa de Abrán, Sarái, no le había dado hijos.+ Ahora bien, ella tenía una sierva egipcia llamada Agar.+ 2 Así que Sarái le dijo a Abrán: “¡Escúchame, por favor! Jehová no me ha permitido tener hijos. Por favor, ten relaciones con mi sierva y así quizás yo pueda tener hijos por medio de ella”.+ Y Abrán hizo lo que le dijo Sarái. 3 Cuando Abrán llevaba 10 años viviendo en la tierra de Canaán, Sarái, la esposa de Abrán, tomó a su sierva egipcia Agar y se la dio a su esposo Abrán como esposa. 4 Entonces él tuvo relaciones con Agar, y ella quedó embarazada. Pero, cuando Agar se dio cuenta de que estaba embarazada, empezó a despreciar a su ama.

5 Al ver esto, Sarái le dijo a Abrán: “Tú tienes la culpa del daño que ella me está haciendo. Yo te puse a mi sierva en tus brazos,* pero, cuando ella se dio cuenta de que estaba embarazada, empezó a despreciarme. Que Jehová juzgue entre tú y yo”. 6 De modo que Abrán le dijo a Sarái: “Tú tienes autoridad sobre tu sierva, así que haz con ella lo que te parezca mejor”. Entonces Sarái la humilló, y ella huyó.

7 Más tarde, el ángel de Jehová la encontró en el desierto junto a un manantial, el manantial del camino que va hacia Sur.+ 8 Y le dijo: “Agar, sierva de Sarái, ¿de dónde vienes y adónde vas?”. Ella respondió: “Estoy huyendo de mi ama Sarái”. 9 El ángel de Jehová le dijo: “Regresa con tu ama y sométete humildemente a su autoridad”. 10 Luego el ángel de Jehová le dijo: “Multiplicaré muchísimo tu descendencia. Será tan numerosa que no se podrá contar”.+ 11 El ángel de Jehová añadió: “Estás embarazada y darás a luz un varón. Tienes que llamarlo Ismael,* porque Jehová ha escuchado tu llanto de dolor. 12 Él será como un asno salvaje.* Luchará contra todos y todos lucharán contra él. Vivirá enfrente de* todos sus hermanos”.

13 Entonces ella invocó el nombre de Jehová, que estaba hablando con ella, y le dijo: “Tú eres un Dios que ve”.+ Ella dijo eso porque pensó: “¿De veras he visto aquí al que me ve?”. 14 Por eso ese pozo, que está entre Cadés y Bered, se llamó Beer-Lahái-Roí.* 15 Finalmente, Agar le dio un hijo a Abrán, y Abrán llamó Ismael al hijo que le dio Agar.+ 16 Abrán tenía 86 años cuando Agar dio a luz a Ismael.

17 Cuando Abrán tenía 99 años, Jehová se le apareció a Abrán y le dijo: “Yo soy el Dios Todopoderoso. Anda en mis caminos y mantente intachable.* 2 Estableceré* mi pacto contigo+ y haré que tengas muchos, muchísimos descendientes”.+

3 Entonces Abrán cayó rostro a tierra, y Dios siguió hablando con él. Le dijo: 4 “Yo, por mi parte, hice un pacto contigo,+ y sin falta serás padre de muchas naciones.+ 5 Ya no te llamarás Abrán.* Tu nombre será Abrahán,* porque te haré padre de muchas naciones. 6 Haré que tengas muchos, muchísimos descendientes y que salgan naciones de ti. Y entre tus descendientes habrá reyes.+

7 ”Yo cumpliré mi pacto contigo+ y con tu descendencia generación tras generación. Este es un pacto eterno para ser tu Dios y el Dios de tu descendencia. 8 Y te daré a ti y a tu descendencia la tierra en la que viviste como extranjero+ —toda la tierra de Canaán—, y será de ustedes de forma permanente. Y yo seré el Dios de ellos”.+

9 Además, Dios le dijo a Abrahán: “Tú, por tu parte, debes cumplir mi pacto, tanto tú como tu descendencia, generación tras generación. 10 Este es el pacto entre ustedes y yo, que deben cumplir tú y tus descendientes: deben circuncidar a todos los varones que haya entre ustedes.+ 11 Tienen que circuncidar su prepucio* como señal del pacto entre ustedes y yo.+ 12 Generación tras generación tienen que circuncidar a todos los varones que haya entre ustedes a los ocho días de edad,+ a cualquiera que nazca en la casa y a cualquiera que no sea descendiente de ustedes y que haya sido comprado con dinero a un extranjero. 13 Todos los varones nacidos en tu casa y todos los que hayas comprado con dinero deben ser circuncidados.+ Mi pacto —marcado en la carne de ustedes— será un pacto permanente. 14 Si un varón incircunciso no quiere circuncidarse el prepucio, ese varón tiene que ser eliminado de su pueblo. Él ha roto mi pacto”.

15 Después, Dios le dijo a Abrahán: “Y a tu esposa Sarái*+ no debes llamarla Sarái, porque su nombre será Sara.* 16 Yo la bendeciré y también te daré un hijo por medio de ella.+ La bendeciré y saldrán naciones de ella. Y entre sus descendientes habrá reyes”.* 17 Ante esto, Abrahán cayó rostro a tierra. Entonces empezó a reírse y a decir en su corazón:+ “¿Acaso un hombre de 100 años tendrá un hijo? Y Sara, una mujer de 90 años, ¿de veras dará a luz?”.+

18 Así que Abrahán le dijo al Dios verdadero: “¡Por favor, que Ismael viva con tu bendición!”.+ 19 Pero Dios dijo: “Tu esposa Sara de veras te dará un hijo, y tienes que llamarlo Isaac.*+ Y yo estableceré mi pacto con él. Será un pacto eterno con su descendencia.+ 20 En cuanto a Ismael, he oído tu petición. Mira, lo voy a bendecir. Haré que tenga hijos y que se multiplique mucho, muchísimo. De él saldrán 12 jefes,* y lo convertiré en una nación grande.+ 21 Aun así, mi pacto lo estableceré con Isaac,+ el hijo que Sara te dará por estas mismas fechas el próximo año”.+

22 Cuando terminó de hablar con Abrahán, Dios se fue de allí. 23 Entonces Abrahán reunió a su hijo Ismael, a todos los varones nacidos en su casa y a todos los varones que había comprado con dinero —es decir, a todos los varones de la casa de Abrahán—, y circuncidó su prepucio ese mismo día, tal como le había mandado Dios.+ 24 Abrahán tenía 99 años cuando fue circuncidado.*+ 25 Y su hijo Ismael tenía 13 años cuando fue circuncidado.*+ 26 En ese mismo día fueron circuncidados Abrahán y su hijo Ismael. 27 Y todos los varones de su casa —los que habían nacido en su casa y los que habían sido comprados con dinero a un extranjero— también fueron circuncidados con él.

18 Después, Jehová+ se le apareció a Abrahán entre los árboles grandes de Mamré.+ Era la hora más calurosa del día y Abrahán estaba sentado a la entrada de su tienda de campaña. 2 Cuando él levantó la vista, vio que a cierta distancia había tres hombres de pie.+ Tan pronto como los vio, salió corriendo desde la entrada de su tienda a recibirlos, y entonces se inclinó hasta el suelo. 3 Luego dijo: “Jehová, si tengo tu favor,* te ruego que no pases de largo el hogar de este siervo tuyo. 4 Haré que traigan un poco de agua para que les laven los pies.+ Después pueden descansar bajo el árbol. 5 Puesto que han venido adonde este siervo suyo, permítanme traerles un poco de pan para que recobren fuerzas.* Después pueden seguir su camino”. Ellos respondieron: “Está bien. Haz todo lo que has dicho”.

6 Así que Abrahán fue enseguida a la tienda de campaña a buscar a Sara y le dijo: “¡Rápido! Toma tres medidas* de harina fina, amásala y haz unos panes”. 7 Luego Abrahán corrió adonde estaba el ganado, escogió un buen toro, joven, de carne tierna, y se lo dio a su sirviente, quien fue enseguida a prepararlo. 8 Después tomó mantequilla, leche y el toro joven ya preparado y les sirvió esta comida. Entonces él se quedó de pie junto a ellos debajo del árbol mientras ellos comían.+

9 Ellos le preguntaron: “¿Dónde está tu esposa Sara?”.+ Y él contestó: “Aquí en la tienda”. 10 Uno de ellos le dijo: “Sin falta regresaré el año que viene por estas fechas, y tu esposa Sara tendrá un hijo”.+ Ahora bien, Sara estaba escuchando a la entrada de la tienda, que estaba detrás del hombre. 11 Por aquel entonces, Abrahán y Sara ya eran muy mayores.+ Es más, Sara ya había pasado la edad de tener hijos.*+ 12 Por eso Sara empezó a reírse para sus adentros y decía: “Ahora que estoy vieja y mi señor es tan mayor, ¿de veras voy a tener este placer?”.+ 13 Entonces Jehová le dijo a Abrahán: “¿Por qué se rio Sara? ¿Por qué dijo que no va a tener un hijo a su edad? 14 ¿Es que hay algo imposible para Jehová?+ Regresaré el año que viene por estas fechas, y Sara tendrá un hijo”. 15 Pero, como Sara se asustó, ella dijo: “¡No! ¡No me reí!”. Y él* dijo: “Sí, sí te reíste”.

16 Entonces los hombres se levantaron para irse. Mientras Abrahán los acompañaba para despedirlos, ellos miraron hacia abajo en dirección a Sodoma.+ 17 Y Jehová dijo: “¿Acaso voy a ocultarle a Abrahán lo que voy a hacer?+ 18 Abrahán sin falta se convertirá en una nación grande y poderosa, y todas las naciones de la tierra serán bendecidas* por medio de él.+ 19 Yo he llegado a conocerlo a fin de que les ordene a sus hijos y a todos sus descendientes que sigan el camino de Jehová haciendo lo que es justo y recto.+ De ese modo, yo, Jehová, cumpliré lo que le he prometido a Abrahán”.

20 Así que Jehová dijo: “Los gritos de queja contra Sodoma y Gomorra son muy fuertes,+ y sus pecados son muy graves.+ 21 Voy a bajar para ver si las quejas que me han llegado son ciertas y de veras se están comportando tan mal. Y, si no son ciertas, lo sabré”.+

22 Luego los hombres se marcharon de allí y se dirigieron a Sodoma, pero Jehová+ se quedó con Abrahán. 23 Entonces Abrahán se acercó a él y le dijo: “¿De veras vas a destruir a personas justas junto con la gente malvada?+ 24 Supongamos que en la ciudad hay 50 hombres justos. Aun así, ¿destruirás a toda la gente? ¿No perdonarás a la ciudad por los 50 hombres justos que hay en ella? 25 ¡Sería imposible que hicieras eso, que mataras al justo con el malvado! ¡Tú nunca permitirías que los dos acabaran igual!+ Sería imposible que tú hicieras algo así.+ ¿El Juez de toda la tierra no hará lo que es justo?”.+ 26 Entonces Jehová le dijo: “Si encuentro a 50 hombres justos en la ciudad de Sodoma, por ellos perdonaré a toda la ciudad”. 27 Aun así, Abrahán contestó: “Jehová, perdona que me tome la libertad de insistir. Sé que solo soy polvo y ceniza. 28 Pero supongamos que faltan 5 justos para llegar a los 50. ¿Destruirás a toda la ciudad porque faltan 5?”. Y Dios le contestó: “No la destruiré si encuentro allí a 45 justos”.+

29 Una vez más, Abrahán le preguntó: “¿Y si hay 40?”. Él le contestó: “Si hay 40, no la destruiré”. 30 Abrahán continuó: “Jehová, no te vayas a enojar,+ pero, por favor, déjame seguir hablando. ¿Y si encuentras solo a 30?”. Él respondió: “Si encuentro a 30, no la destruiré”. 31 Y otra vez Abrahán le dijo: “Jehová, perdona que me tome la libertad de insistir. ¿Y si solo hay 20 justos?”. Dios le respondió: “Si hay 20, no la destruiré”. 32 Por último, Abrahán le dijo: “Jehová, no te enojes, pero, por favor, déjame hablar solo una vez más. ¿Y si encuentras solo a 10?”. Él le contestó: “No la destruiré si encuentro a 10”. 33 Al terminar de hablar con Abrahán, Jehová se marchó,+ y Abrahán regresó adonde estaba su tienda.

19 Los dos ángeles llegaron a Sodoma al atardecer, y Lot estaba sentado a la puerta de la ciudad. Cuando los vio llegar, Lot se levantó para recibirlos y luego se inclinó rostro a tierra.+ 2 Entonces les dijo: “Por favor, señores míos, vengan a casa de este siervo suyo. Quédense a dormir esta noche y haré que les laven los pies. Mañana pueden levantarse temprano y seguir su camino”. Pero ellos le respondieron: “No, gracias. Pasaremos la noche en la plaza”. 3 Pero él insistió tanto que al final fueron con él a su casa. Luego él les preparó un banquete y horneó pan sin levadura, y ellos comieron.

4 Antes de que ellos se fueran a dormir, los hombres de la ciudad de Sodoma rodearon la casa todos juntos, desde el más joven hasta el más viejo. 5 Y se pusieron a llamar a Lot y a decirle: “¿Dónde están los hombres que llegaron esta noche a tu casa? ¡Sácalos para que tengamos sexo con ellos!”.+

6 Lot salió a la entrada, pero cerró la puerta detrás de él. 7 Entonces les suplicó: “Por favor, hermanos míos, no hagan algo tan perverso. 8 Miren, tengo dos hijas que todavía no han tenido relaciones sexuales con ningún hombre. Por favor, déjenme traérselas afuera para que hagan con ellas lo que les parezca bien. Pero a estos hombres no les hagan nada, porque ellos han buscado refugio* bajo mi techo”.+ 9 Sin embargo, ellos le respondieron: “¡Quítate de en medio!”. Y luego dijeron: “Este individuo solitario, un extranjero que vino a vivir aquí, ¿cómo se atreve a juzgarnos? Ahora a ti te trataremos peor que a ellos”. Entonces se le echaron encima a Lot e intentaron tirar abajo la puerta. 10 De modo que los hombres que estaban dentro sacaron las manos para agarrar a Lot, lo metieron en la casa y cerraron la puerta. 11 Pero cegaron a los hombres que estaban a la entrada de la casa, desde el menor hasta el mayor, y estos se cansaron tratando de encontrar la puerta.

12 Entonces los hombres que estaban dentro con Lot le dijeron: “¿Tienes a alguien más en la ciudad? ¡Reúne a tus yernos, tus hijos, tus hijas y toda tu gente, y sácalos de aquí! 13 Vamos a destruir este lugar, porque los gritos de queja contra sus habitantes han llegado a ser muy fuertes ante Jehová.+ Por eso, Jehová nos ha enviado a destruir la ciudad”. 14 Así que Lot salió para hablar con sus yernos —los hombres que iban a casarse con sus hijas— y les dijo una y otra vez: “¡Vamos! ¡Salgan de este lugar! ¡Jehová va a destruir la ciudad!”. Pero sus yernos creían que estaba bromeando.+

15 Cuando empezaba a amanecer, los ángeles se pusieron a apresurar a Lot diciéndole: “¡Corre! ¡Llévate a tu esposa y a tus dos hijas, para que no mueras cuando se castigue a la ciudad por su error!”.+ 16 Pero Lot seguía tardándose. Aun así, Jehová le tuvo compasión+ y por eso los hombres los tomaron de la mano a él, a su esposa y a sus dos hijas y los sacaron de la ciudad.+ 17 Tan pronto como llegaron a las afueras, uno de los hombres dijo: “¡Corre por tu vida! ¡No mires atrás+ y no te detengas en ninguna parte del distrito!+ ¡Huye a la región montañosa para que no seas destruido!”.

18 Pero Lot les dijo: “¡No, Jehová, allí no, por favor! 19 Sé que ya le has mostrado tu favor a este siervo tuyo* y que me estás demostrando gran bondad* al mantenerme vivo.*+ Pero no soy capaz de huir a la región montañosa. Es que tengo miedo de que me pase algo malo y me muera.+ 20 Mira, aquí cerca hay una ciudad pequeña adonde puedo huir. ¿Puedo ir allí? Por favor, te lo ruego, es un lugar pequeño. Así sobreviviré”.* 21 De modo que él le respondió: “De acuerdo, volveré a mostrarte consideración+ y no destruiré la ciudad de la que hablas.+ 22 ¡Apresúrate! ¡Huye, porque no puedo hacer nada antes de que llegues allá!”.+ Por eso la ciudad se llamó Zóar.*+

23 Ya había salido el sol en la región cuando Lot llegó a Zóar. 24 Entonces Jehová hizo llover fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra. Esto vino de Jehová, vino de los cielos.+ 25 Así él destruyó estas ciudades. Destruyó el distrito entero, incluidos los habitantes de las ciudades y toda la vegetación.+ 26 Pero la esposa de Lot iba detrás de él y empezó a mirar atrás. Entonces se convirtió en una columna* de sal.+

27 Pues bien, Abrahán se levantó temprano por la mañana y fue al lugar donde había estado de pie delante de Jehová.+ 28 Cuando miró abajo hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del distrito, vio algo impresionante: ¡de la tierra subía un humo tan denso como el humo que sale de un horno!+ 29 Ahora bien, cuando Dios destruyó las ciudades del distrito, tuvo en cuenta a Abrahán. Por eso sacó a Lot de las ciudades que iba a destruir, donde Lot había estado viviendo.+

30 Tiempo después, a Lot le dio miedo vivir en Zóar, así que él salió de Zóar con sus dos hijas y se mudó a la región montañosa.+ Allí empezó a vivir en una cueva con sus dos hijas. 31 Y la hija mayor le dijo a su hermana: “Nuestro padre ya es muy mayor, y no hay ningún hombre en el país con quien podamos tener relaciones como se acostumbra en toda la tierra. 32 Vamos a darle vino a nuestro padre y a acostarnos con él para mantener el linaje de nuestro padre”.

33 Así que esa noche emborracharon con vino a su padre. Luego la hija mayor entró adonde estaba su padre y se acostó con él. Pero Lot no se dio cuenta ni de cuándo su hija se acostó ni de cuándo se levantó. 34 Al día siguiente, la hija mayor le dijo a la hija menor: “Anoche yo me acosté con mi padre. Volvamos a darle vino esta noche, y luego tú entras y te acuestas con él. Así mantendremos el linaje de nuestro padre”. 35 De modo que esa noche volvieron a emborrachar con vino a su padre. Luego la hija menor fue y se acostó con él. Pero Lot no se dio cuenta ni de cuándo ella se acostó ni de cuándo se levantó. 36 Y las dos hijas de Lot quedaron embarazadas de su padre. 37 La hija mayor tuvo un varón y lo llamó Moab.+ Él es el padre de los actuales moabitas.+ 38 La hija menor también tuvo un varón, y lo llamó Ben-Ammí. Él es el padre de los actuales ammonitas.+

20 Ahora bien, Abrahán mudó su campamento de allí+ a la tierra del Négueb y empezó a vivir entre Cadés+ y Sur.+ Mientras vivía* en Guerar,+ 2 Abrahán decía de su esposa Sara: “Ella es mi hermana”.+ Así que Abimélec, el rey de Guerar, mandó que buscaran a Sara y se la trajeran.+ 3 Posteriormente, Dios se le apareció a Abimélec de noche en un sueño y le dijo: “Puedes darte por muerto debido a la mujer que has mandado traer,+ pues ella está casada y le pertenece a otro hombre”.+ 4 Sin embargo, Abimélec no había tocado a Sara.* Por eso preguntó: “Jehová, ¿destruirás a una nación que en realidad es inocente?* 5 ¿No me dijo él ‘Ella es mi hermana’? ¿Y no me dijo ella también ‘Él es mi hermano’? Yo estaba obrando de buena fe y sin mala intención”.* 6 Entonces el Dios verdadero le dijo en el sueño: “Yo sé que has obrado de buena fe. Por eso impedí que pecaras contra mí y no te permití tocarla. 7 Y ahora devuélvele la mujer a su esposo, porque él es profeta.+ Él orará por ti+ y tú seguirás viviendo. Pero, si no se la devuelves, te aseguro que tú y todos los tuyos morirán”.

8 Abimélec se levantó muy de mañana, llamó a sus siervos y les contó todo lo que había pasado. Ellos se asustaron mucho. 9 Luego Abimélec llamó a Abrahán y le reclamó: “¿Qué nos has hecho? ¿Qué pecado cometí contra ti para que nos hayas expuesto a mí y a mi reino a cometer un pecado tan grande? Eso que me hiciste estuvo muy mal”. 10 Abimélec también le dijo a Abrahán: “¿Con qué intención hiciste esto?”.+ 11 Abrahán le contestó: “Es que pensé: ‘Sin duda, la gente de aquí no tiene temor de Dios, así que me matarán a causa de mi esposa’.+ 12 Además, la verdad es que ella es mi hermana. Somos hijos del mismo padre pero de distintas madres. Y ahora también es mi esposa.+ 13 Por eso, cuando Dios me mandó salir de la casa de mi padre y andar de un sitio a otro,+ yo le pedí a ella: ‘Demuéstrame, por favor, tu amor leal de esta manera: adondequiera que vayamos, di que soy tu hermano’”.+

14 Entonces Abimélec mandó traer ovejas y vacas, así como siervos y siervas, y se los dio a Abrahán. Además, le devolvió a su esposa Sara. 15 Abimélec también le dijo: “Mira, mi tierra está a tu disposición. Puedes vivir donde tú quieras”. 16 Y a Sara le dijo: “Aquí le doy 1.000 piezas de plata a tu hermano.+ Son para probar tu inocencia* ante todos los que están contigo y ante todos los demás. Nadie podrá acusarte de nada”. 17 Entonces Abrahán se puso a rogarle al Dios verdadero, y Dios sanó a Abimélec, a su esposa y a sus esclavas, y empezaron a tener hijos. 18 Y es que Jehová había hecho que todas las mujeres de la casa de Abimélec fueran estériles* debido a Sara, la esposa de Abrahán.+

21 Jehová dirigió su atención a Sara, tal como había dicho, y Jehová hizo por Sara lo que había prometido.+ 2 Así que Sara quedó embarazada+ y luego le dio un hijo a Abrahán, siendo ya viejo, justo para la época que Dios le había prometido a él.+ 3 Abrahán llamó Isaac al recién nacido, el hijo que Sara le había dado.+ 4 Y Abrahán circuncidó a su hijo Isaac cuando este tenía ocho días de nacido, tal como Dios le había mandado.+ 5 Abrahán tenía 100 años cuando nació su hijo Isaac. 6 Y Sara dijo: “Dios me ha hecho reír,* y todo el que oiga esto reirá conmigo”.* 7 Ella también dijo: “¿Quién le hubiera dicho a Abrahán: ‘Sara sin duda amamantará a un hijo’? Y, mira, le he dado un hijo en su vejez”.

8 Ahora bien, el niño creció y se le dejó de amamantar. El día en que se dejó de amamantar a Isaac, Abrahán celebró un gran banquete. 9 Pero Sara estuvo observando que el hijo de Agar+ la egipcia —el hijo que ella le había dado a Abrahán— se burlaba de Isaac.+ 10 Por eso le dijo a Abrahán: “¡Echa de aquí a esa esclava y a su hijo! Mi hijo, Isaac, no va a compartir su herencia con el hijo de esa esclava”.+ 11 Pero a Abrahán le dolió mucho lo que ella había dicho de su hijo.*+ 12 Entonces Dios le dijo a Abrahán: “No te sientas mal por lo que Sara te está diciendo sobre el muchacho y tu esclava. Escúchala,* porque por medio de Isaac vendrá lo que será llamado tu descendencia.+ 13 Pero del hijo de tu esclava+ también haré que salga una nación,+ porque él es descendiente tuyo”.

14 Así que Abrahán se levantó muy de mañana, tomó pan y un odre de agua y se los dio a Agar. Él le puso todas las cosas al hombro y luego los despidió a ella y al muchacho.+ Entonces, ella se marchó y anduvo sin rumbo por el desierto de Beer-Seba.+ 15 Con el tiempo, el agua del odre se terminó, y ella empujó al muchacho bajo un arbusto. 16 Después siguió caminando y se sentó sola a una distancia de un tiro de arco, porque decía: “No quiero ver morir a mi hijo”. De modo que se sentó a cierta distancia y empezó a llorar desconsoladamente.

17 Entonces Dios oyó al muchacho,+ y el ángel de Dios llamó a Agar desde los cielos y le dijo:+ “¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, porque Dios ha escuchado al muchacho allí donde está. 18 Levántate, ayúdalo a levantarse y sostenlo con la mano, porque haré de él una nación grande”.+ 19 De modo que Dios le abrió los ojos y ella vio un pozo de agua. Así que fue hasta él, llenó de agua el odre y le dio de beber a su hijo. 20 Y Dios estaba con el muchacho+ mientras crecía. Este vivió en el desierto y con el tiempo se hizo arquero. 21 Él se fue a vivir al desierto de Parán,+ y su madre le consiguió una esposa de la tierra de Egipto.

22 Por aquel tiempo, Abimélec fue con Ficol —el jefe de su ejército— a hablar con Abrahán. Le dijo: “Dios está contigo en todo lo que haces.+ 23 Por eso júrame por Dios aquí mismo que no nos traicionarás ni a mí ni a mis hijos ni a los hijos de mis hijos. Júrame también que nos demostrarás a mí y a la tierra donde has estado viviendo el mismo amor leal que yo te he demostrado”.+ 24 Y Abrahán le dijo: “Lo juro”.

25 Sin embargo, Abrahán se quejó ante Abimélec de que sus siervos le habían quitado por la fuerza un pozo de agua.+ 26 Y Abimélec le contestó: “No sé quién hizo eso. Tú no me habías dicho nada y ahora me estoy enterando”. 27 Al oír eso, Abrahán tomó ovejas y vacas y se las dio a Abimélec. Y los dos hicieron un pacto. 28 Cuando Abrahán separó siete corderas del rebaño, 29 Abimélec le preguntó: “¿Por qué has separado estas siete corderas?”. 30 Abrahán contestó: “Debes aceptar estas siete corderas que te entrego. Esto será la prueba de que yo cavé este pozo”. 31 Por eso él llamó Beer-Seba* a aquel lugar,+ porque allí los dos habían hecho un juramento. 32 Así que hicieron un pacto+ en Beer-Seba. Luego Abimélec regresó a la tierra de los filisteos con Ficol, el jefe de su ejército.+ 33 Después de aquello, Abrahán plantó un tamarisco en Beer-Seba y allí invocó el nombre de Jehová,+ el Dios eterno.+ 34 Y Abrahán se quedó* en la tierra de los filisteos por mucho tiempo.*+

22 Después de todo esto, el Dios verdadero puso a prueba a Abrahán.+ Le dijo: “¡Abrahán!”. Y él respondió: “¡Aquí estoy!”. 2 Entonces Dios dijo: “Por favor, toma a tu hijo, a tu único hijo, al que amas tanto,+ a Isaac,+ y viaja a la tierra de Moria.+ Allí preséntalo como ofrenda quemada sobre una de las montañas que yo te indicaré”.

3 Así que Abrahán se levantó muy de mañana, preparó su burro y llamó a dos sirvientes para que los acompañaran a él y a su hijo Isaac. También partió leña para la ofrenda quemada. Luego empezó el viaje hacia el lugar que el Dios verdadero le había indicado. 4 Al tercer día, Abrahán levantó la vista y vio el lugar a lo lejos. 5 Entonces Abrahán les dijo a los sirvientes: “Quédense aquí con el burro mientras mi hijo y yo vamos allá a adorar a Dios. Luego regresaremos”.

6 Así que Abrahán agarró la leña para la ofrenda quemada y la puso sobre su hijo Isaac. Y él se llevó el fuego y el cuchillo,* y los dos siguieron el camino juntos. 7 Entonces Isaac se dirigió a su padre Abrahán y dijo: “¡Padre mío!”. Él respondió: “¡Dime, hijo!”. Isaac preguntó: “Tenemos el fuego y la leña, pero ¿dónde está la oveja para la ofrenda quemada?”. 8 Y Abrahán respondió: “Dios mismo proveerá la oveja para la ofrenda quemada,+ hijo mío”. Y siguieron caminando juntos.

9 Finalmente, ellos llegaron al lugar que el Dios verdadero le había indicado a Abrahán. Allí él construyó un altar y colocó la leña encima. Luego ató a su hijo Isaac de pies y manos y lo puso encima de la leña, sobre el altar.+ 10 Después, Abrahán extendió la mano y agarró el cuchillo* para matar a su hijo.+ 11 Pero el ángel de Jehová lo llamó desde los cielos y dijo: “¡Abrahán! ¡Abrahán!”. Y él contestó: “¡Aquí estoy!”. 12 Entonces dijo: “No le hagas daño al joven, no le hagas nada. Ahora sé de veras que eres un hombre que teme a Dios, porque no te has negado a darme a tu hijo, tu único hijo”.+ 13 Entonces Abrahán levantó la vista y vio que a cierta distancia de él había un carnero con los cuernos enredados en un matorral. Así que fue, agarró el carnero y lo presentó como ofrenda quemada en vez de a su hijo. 14 Y Abrahán llamó Jehová-Yiré* a aquel lugar. Por eso todavía hoy se dice “En la montaña de Jehová se proveerá lo necesario”.+

15 El ángel de Jehová llamó a Abrahán por segunda vez desde los cielos 16 y dijo: “Juro por mí mismo —afirma Jehová—+ que, por haber hecho esto y por no haberme negado a tu hijo, tu único hijo,+ 17 de veras te bendeciré y de veras haré que tu descendencia* sea tan numerosa como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que hay a la orilla del mar.+ Además, tu descendencia conquistará las ciudades* de sus enemigos.+ 18 Y todas las naciones de la tierra conseguirán una bendición para ellas mismas mediante tu descendencia,+ porque tú has escuchado mi voz”.+

19 Después de eso, Abrahán volvió adonde estaban sus sirvientes y todos juntos regresaron a Beer-Seba.+ Y Abrahán siguió viviendo en Beer-Seba.

20 Tiempo después, le contaron a Abrahán: “Milcá le ha dado hijos a tu hermano Nacor.+ 21 El primogénito se llama Uz, le sigue su hermano Buz y luego están Quemuel —el padre de Aram—, 22 Késed, Hazó, Pildás, Jidlaf y Betuel”.+ 23 Betuel fue el padre de Rebeca.+ Ellos fueron los ocho hijos que Milcá le dio a Nacor, el hermano de Abrahán. 24 Y su concubina, que se llamaba Reumá, le dio estos hijos: Tébah, Gaham, Tahas y Maacá.

23 Sara vivió 127 años. Estos fueron los años que duró su vida.+ 2 Sara murió en Quiryat-Arbá+ —esto es, Hebrón—,+ en la tierra de Canaán.+ Y Abrahán se puso a llorar y a lamentarse por la muerte de Sara. 3 Entonces Abrahán se fue de donde estaba el cuerpo de su esposa y les dijo a los hijos de Het:+ 4 “Yo soy un extranjero e inmigrante* entre ustedes.+ Denme una propiedad de su territorio para usarla como lugar de sepultura. Así podré enterrar ahí a mi difunta esposa”. 5 Y los hijos de Het le contestaron a Abrahán: 6 “Señor mío, escúchanos. Entre nosotros, tú eres un jefe escogido por* Dios.*+ Puedes enterrar a tu difunta esposa en la mejor de nuestras sepulturas. Ninguno de nosotros se negará a darte su sepultura para que entierres a tu esposa”.

7 Así que Abrahán se levantó, se inclinó ante la gente del lugar —los hijos de Het—+ 8 y les dijo: “Si ustedes están de acuerdo en dejarme enterrar a mi esposa, entonces escúchenme: pídanle de mi parte a Efrón hijo de Zóhar 9 que me venda la cueva de Macpelá, que es de su propiedad y está al final de su campo. Déjenme pagarle delante de ustedes la cantidad de plata que vale.+ Así tendré un lugar para usarlo como sepultura”.+

10 Ahora bien, Efrón estaba sentado entre los hijos de Het. Así que, delante de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad de él,+ Efrón el hitita le contestó a Abrahán: 11 “¡No, mi señor! Escúchame. No solo te doy la cueva, sino también el campo donde está. Te los doy en presencia de estos hombres de mi pueblo. Entierra a tu esposa”. 12 Entonces Abrahán se inclinó ante la gente del lugar 13 y le dijo a Efrón delante de todos: “Si te parece bien, escúchame. Te pagaré el precio completo del campo. Acepta la plata para que yo pueda enterrar allí a mi esposa”.

14 Y Efrón le contestó a Abrahán: 15 “Señor mío, escúchame. Este terreno vale 400 siclos* de plata, pero ¿qué es eso entre tú y yo? Ve y entierra a tu esposa”. 16 De modo que Abrahán aceptó la oferta de Efrón y pesó para él la cantidad de plata que le había dicho delante de los hijos de Het: 400 siclos de plata, según el peso que usaban los mercaderes.+ 17 Así fue como se dejó constancia de que el campo que Efrón tenía en Macpelá, frente a Mamré —el campo, la cueva que estaba en él y todos los árboles que estaban dentro de los límites del campo—, había pasado a ser 18 propiedad de Abrahán, comprada en presencia de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad. 19 Después de eso, Abrahán enterró a su esposa Sara en la cueva del campo de Macpelá, frente a Mamré —esto es, Hebrón—, en la tierra de Canaán. 20 Así, el campo y la cueva* dejaron de ser de los hijos de Het y pasaron a ser propiedad de Abrahán para que la usara como lugar de sepultura.+

24 Ahora bien, Abrahán ya era muy mayor. Y Jehová lo había bendecido en todo.+ 2 Un día, Abrahán habló con el siervo de más años que había en su casa, el que administraba todo lo que Abrahán tenía,+ y le dijo: “Por favor, pon tu mano debajo de mi muslo. 3 Quiero que me jures por Jehová, el Dios de los cielos y el Dios de la tierra, que no escogerás como esposa para mi hijo a una de las hijas de los cananeos, entre quienes estoy viviendo.+ 4 Más bien, tienes que ir a mi país y escoger de entre mis parientes+ una esposa para mi hijo Isaac”.

5 Pero el siervo le dijo: “¿Y qué hago si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra? ¿Quieres que lleve a tu hijo al país del que saliste?”.+ 6 Abrahán le contestó: “En ningún caso vayas a llevar a mi hijo allí.+ 7 Jehová, el Dios de los cielos, me hizo salir de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes.+ También habló conmigo y me juró:+ ‘Voy a darle esta tierra a tu descendencia’.+ Él enviará a su ángel delante de ti,+ y tú sin falta conseguirás una esposa para mi hijo en ese lugar.+ 8 Claro, si la mujer no quiere venir contigo, tú quedarás libre de este juramento. Pero no debes llevar a mi hijo a ese lugar”. 9 Entonces el siervo puso su mano debajo del muslo de su amo Abrahán y le juró que cumpliría con todo lo que él le había dicho.+

10 Así que el siervo tomó 10 camellos de su amo y salió hacia la ciudad de Nacor, en Mesopotamia. Con él llevaba todo tipo de regalos de parte de su amo. 11 Al llegar, hizo que sus camellos se arrodillaran junto a un pozo que estaba fuera de la ciudad. Ya estaba atardeciendo y era más o menos la hora en la que las mujeres iban a sacar agua. 12 Entonces oró: “Jehová, Dios de mi amo Abrahán, haz que todo me salga bien hoy, por favor. Demuéstrale amor leal a mi amo Abrahán. 13 Aquí estoy junto a un manantial, y las hijas de los hombres de la ciudad están viniendo a sacar agua. 14 Te pido que la joven a la que yo le diga ‘Por favor, baja tu jarro de agua para que pueda beber’ y que me conteste ‘Puedes beber tú, y también les traeré agua a tus camellos’ sea la que tú has escogido para tu siervo Isaac. Así me harás saber que le has mostrado amor leal a mi amo”.

15 Antes de que terminara de orar, salió de la ciudad una joven llamada Rebeca con un jarro sobre el hombro. Era hija de Betuel,+ hijo de Milcá,+ la esposa de Nacor,+ el hermano de Abrahán. 16 Era una joven muy atractiva y era virgen; no había tenido relaciones sexuales con ningún hombre. Ella bajó al manantial, llenó su jarro de agua y entonces volvió a subir. 17 Enseguida, el siervo corrió hacia ella y le dijo: “Por favor, dame un poco de agua de tu jarro”. 18 Y ella le contestó: “Bebe, señor mío”. Así que rápidamente se bajó el jarro del hombro y lo sostuvo mientras él bebía. 19 Cuando acabó de darle de beber, ella le dijo: “También sacaré agua para que tus camellos beban todo lo que necesiten”. 20 De inmediato vació su jarro en el bebedero y fue corriendo vez tras vez al pozo a sacar agua. Así siguió sacando agua para todos los camellos de él. 21 Durante todo ese tiempo, el hombre se quedó mirándola en silencio y asombrado, preguntándose si Jehová le había dado éxito a su viaje.

22 Cuando los camellos acabaron de beber, el hombre le dio una nariguera de oro que pesaba medio siclo* y dos brazaletes de oro que pesaban 10 siclos. 23 Y le dijo: “Por favor, dime, ¿de quién eres hija? ¿Hay sitio en la casa de tu padre para que podamos pasar allí la noche?”. 24 Ella le contestó: “Soy hija de Betuel,+ el hijo que Milcá tuvo con Nacor”.+ 25 Y añadió: “Tenemos sitio para que puedan pasar la noche. También tenemos paja y mucho alimento para los animales”. 26 Entonces el hombre se inclinó y se postró ante Jehová. 27 Luego dijo: “Alabado sea Jehová, el Dios de mi amo Abrahán, porque ha seguido mostrándole amor leal y fidelidad a mi amo. Jehová me ha guiado hasta la casa de los hermanos de mi amo”.

28 Y la joven fue corriendo a contarles a los de la casa de su madre todo lo que había pasado. 29 Ahora bien, Rebeca tenía un hermano llamado Labán.+ Él fue corriendo a ver al hombre que estaba afuera junto al manantial. 30 En cuanto vio la nariguera y los brazaletes en las muñecas de su hermana Rebeca y la escuchó decir “Y eso fue lo que me dijo el hombre”, fue a encontrarse con aquel hombre, que todavía seguía allí al lado de los camellos junto al manantial. 31 Enseguida le dijo: “Ven, tú que has sido bendecido por Jehová. ¿Por qué sigues ahí afuera? He mandado preparar la casa y un lugar para los camellos”. 32 Así que el hombre entró en la casa, y él* les quitó las correas a los camellos y les dio paja y alimento. También les llevó agua a él y a los hombres que iban con él para lavar sus pies. 33 Cuando le sirvieron de comer, el hombre dijo: “Solo comeré después de haberles dicho lo que tengo que decirles”. Así que Labán le dijo: “Habla”.

34 Entonces él pasó a decir: “Soy siervo de Abrahán.+ 35 Jehová ha bendecido muchísimo a mi amo. Lo ha hecho muy rico al darle ovejas, vacas, plata, oro, siervos, siervas, camellos y burros.+ 36 Y Sara, la esposa de mi amo, le dio un hijo cuando ella era muy mayor,+ y él le dará a su hijo todo lo que tiene.+ 37 Mi amo quiso que le hiciera un juramento. Me dijo: ‘No escogerás como esposa para mi hijo a una de las hijas de los cananeos, en cuya tierra estoy viviendo.+ 38 Más bien, irás adonde está la casa de mi padre y adonde está mi familia,+ y tienes que escoger una esposa para mi hijo’.+ 39 Pero yo le dije a mi amo: ‘¿Y qué hago si la mujer no quiere venir conmigo?’.+ 40 Entonces él me dijo: ‘Jehová, a quien he servido,*+ enviará a su ángel+ contigo y sin duda le dará éxito a tu viaje. Tienes que escoger una esposa para mi hijo de entre mis familiares y de la casa* de mi padre.+ 41 Quedarás libre de este juramento si vas adonde está mi familia y ellos no quieren dártela. En ese caso quedarás libre de este juramento’.+

42 ”Así que, cuando llegué hoy al manantial, oré: ‘Jehová, Dios de mi amo Abrahán, si vas a darle éxito a mi viaje, 43 haz que suceda lo que voy a pedirte. Aquí estoy junto a un manantial. Cuando venga una joven+ a sacar agua, yo le diré: “Por favor, dame un poco de agua de tu jarro”. 44 Si ella me dice “Puedes beber tú, y también sacaré agua para tus camellos”, esa será la mujer que tú, Jehová, has escogido para el hijo de mi amo’.+

45 ”Pues bien, antes de que acabara de orar en silencio, Rebeca ya estaba saliendo de la ciudad con su jarro sobre el hombro. Ella bajó al manantial y empezó a sacar agua. Entonces le dije: ‘Dame de beber, por favor’.+ 46 Y ella enseguida se bajó el jarro del hombro y me dijo: ‘Bebe tú,+ y también les traeré agua a tus camellos’. Así que bebí, y ella también les trajo agua a los camellos. 47 Después le pregunté: ‘¿De quién eres hija?’. Ella contestó: ‘Soy hija de Betuel, el hijo que Milcá tuvo con Nacor’. Entonces, le puse la nariguera y le coloqué los brazaletes en las muñecas.+ 48 Luego me incliné y me postré ante Jehová, y alabé a Jehová, el Dios de mi amo Abrahán,+ quien me había guiado por el camino correcto hasta la nieta* del hermano de mi amo para llevársela a su hijo. 49 Y ahora díganme si quieren mostrarle amor leal y fidelidad a mi amo. Si no quieren, díganmelo también para que yo sepa qué hacer”.*+

50 Entonces Labán y Betuel contestaron: “Todo esto viene de Jehová. Así que nosotros no podemos decirte ni sí ni no.* 51 Aquí está Rebeca. Llévatela, y que ella llegue a ser la esposa del hijo de tu amo, tal como ha dicho Jehová”. 52 En cuanto el siervo de Abrahán escuchó aquello, se inclinó hasta el suelo ante Jehová. 53 Y el siervo empezó a sacar artículos de oro y plata y ropa, y se los dio a Rebeca. También les dio regalos valiosos a su hermano y a su madre. 54 Después, él y los hombres que estaban con él comieron y bebieron, y pasaron allí la noche.

Cuando él se levantó por la mañana, dijo: “Déjenme regresar con mi amo”. 55 Pero el hermano de ella y su madre le dijeron: “Permite que la joven se quede con nosotros por lo menos 10 días más. Después se puede ir”. 56 Sin embargo, él les respondió: “No me hagan esperar, porque Jehová le ha dado éxito a mi viaje. Dejen que me vaya y regrese con mi amo”. 57 Así que ellos dijeron: “Pues llamemos a la joven y preguntémosle a ella”. 58 Entonces llamaron a Rebeca y le preguntaron: “¿Quieres ir con este hombre?”. Ella contestó: “Sí, quiero ir”.

59 De modo que dejaron que Rebeca*+ y su nodriza*+ se fueran con el siervo de Abrahán y sus hombres. 60 Y bendijeron a Rebeca y le dijeron: “Hermana nuestra, que llegues a ser miles de veces diez mil* y que tu descendencia conquiste las ciudades* de quienes la odian”.+ 61 A continuación, Rebeca y sus siervas se prepararon, se montaron en los camellos y siguieron al hombre. Entonces, el siervo se marchó y se llevó a Rebeca con él.

62 Ahora bien, Isaac había regresado del camino de Beer-Lahái-Roí,+ pues vivía en la tierra del Négueb.+ 63 Y estaba paseando por el campo al anochecer para meditar.+ Cuando levantó la vista..., vio venir unos camellos. 64 Rebeca también levantó la vista y alcanzó a ver a Isaac. Enseguida se bajó del camello. 65 Entonces le preguntó al siervo: “¿Quién es aquel hombre que viene caminando por el campo hacia nosotros?”. El siervo le contestó: “Ese es mi amo”. Así que ella agarró su velo y se cubrió. 66 Y el siervo le contó a Isaac todo lo que él había hecho. 67 Después, Isaac la llevó a la tienda de campaña de su madre Sara.+ Así fue como Rebeca llegó a ser su esposa. Isaac se enamoró de ella+ y sintió consuelo tras la pérdida de su madre.+

25 Pues bien, Abrahán volvió a casarse, y su esposa se llamaba Queturá. 2 Con el tiempo, ella le dio estos hijos: Zimrán, Jocsán, Medán, Madián,+ Isbac y Súah.+

3 Jocsán fue padre de Seba y de Dedán.

Los hijos de Dedán fueron Asurim, Letusim y Leumim.

4 Los hijos de Madián fueron Efá, Éfer, Hanok, Abidá y Eldaá.

Todos estos fueron los hijos* de Queturá.

5 Más tarde, Abrahán le dio todo lo que tenía a Isaac.+ 6 Pero, a los hijos que tuvo con sus concubinas, Abrahán les dio regalos. Luego, mientras todavía vivía, los envió hacia el este, lejos de su hijo Isaac,+ a la tierra de Oriente. 7 Abrahán vivió 175 años. 8 Entonces dio su último suspiro y murió tras una buena vejez, satisfecho tras una larga vida, y fue reunido con su pueblo.* 9 Y sus hijos Isaac e Ismael lo enterraron en la cueva de Macpelá que está en el campo de Efrón hijo de Zóhar el hitita, frente a Mamré.+ 10 Este era el campo que Abrahán les había comprado a los hijos de Het. Allí enterraron a Abrahán, al lado de su esposa Sara.+ 11 Tras la muerte de Abrahán, Dios siguió bendiciendo a su hijo Isaac.+ E Isaac vivía cerca de Beer-Lahái-Roí.+

12 Esta es la historia de Ismael,+ el hijo que Abrahán tuvo con Agar+ la egipcia, la sierva de Sara.

13 Estos son los nombres de los hijos de Ismael, ordenados por familias. El primer hijo de Ismael fue Nebayot,+ y después vinieron Quedar,+ Adbeel, Mibsam,+ 14 Mismá, Dumá, Masá, 15 Hadad, Temá, Jetur, Nafís y Quedemá. 16 Estos son los hijos de Ismael, y estos son sus nombres ordenados por poblados y campamentos.* Ellos son los 12 jefes* de sus clanes.*+ 17 Ismael vivió 137 años. Entonces dio su último suspiro, murió y fue reunido con su pueblo.* 18 Y ellos se pusieron a vivir en la región que va desde Havilá+ —cerca de Sur,+ que está cerca de Egipto— hasta Asiria. Él se estableció cerca de* todos sus hermanos.+

19 Esta es la historia de Isaac hijo de Abrahán.+

Abrahán fue padre de Isaac. 20 Isaac tenía 40 años cuando se casó con Rebeca, que era hija de Betuel+ —el arameo de Padán-Aram— y hermana de Labán el arameo. 21 Isaac le rogaba a Jehová por su esposa, porque ella era estéril. Entonces Jehová escuchó sus ruegos, y su esposa Rebeca quedó embarazada. 22 Los hijos que llevaba dentro de ella empezaron a luchar entre sí,+ de modo que ella dijo: “Si las cosas son así, ¿para qué voy a seguir viviendo?”. Así que consultó a Jehová. 23 Y Jehová le dijo: “Hay dos naciones en tu vientre.+ Dos pueblos saldrán de ti separados.+ Un pueblo será más fuerte que el otro,+ y el mayor servirá al más joven”.+

24 Cuando a ella le llegó el tiempo de dar a luz, resultó que tenía gemelos en su vientre. 25 El primero salió todo rojo y cubierto de pelo, como si llevara un abrigo.+ Por eso lo llamaron Esaú.*+ 26 Después salió el hermano agarrando el talón de Esaú.+ Por eso lo llamaron Jacob.*+ Isaac tenía 60 años cuando su esposa los dio a luz.

27 Los muchachos fueron creciendo. Con el tiempo, Esaú llegó a ser un hábil cazador+ al que le gustaba estar en el campo, mientras que Jacob era un hombre sin culpa que vivía en tiendas de campaña.+ 28 Isaac quería más a Esaú porque le llevaba para comer la carne que cazaba, pero Rebeca quería más a Jacob.+ 29 Un día, Jacob estaba cocinando un guisado cuando Esaú llegó cansado del campo. 30 Y Esaú le dijo a Jacob: “¡Rápido, por favor! ¡Dame un poco* del guisado rojo que tienes ahí,* porque estoy sin fuerzas!”.* Por eso fue que lo llamaron Edom.*+ 31 Pero Jacob le dijo: “Primero véndeme tu derecho de primogénito”.+ 32 Entonces Esaú respondió: “¿Y de qué me sirve ese derecho si estoy a punto de morir?”. 33 Y Jacob le dijo: “¡Júramelo primero!”. Así que él se lo juró a Jacob y le vendió su derecho de primogénito.+ 34 Después, Jacob le dio pan y guisado de lentejas, y Esaú se puso a comer y beber. Luego se levantó y se fue. Así despreció Esaú su derecho de primogénito.

26 Ahora bien, hubo una época de hambre en el país, aparte de la primera que hubo en los días de Abrahán.+ De modo que Isaac fue a Guerar, donde estaba Abimélec, el rey de los filisteos. 2 Entonces Jehová se le apareció y le dijo: “No bajes a Egipto. Quédate a vivir en el país que yo te indique. 3 Quédate a vivir como extranjero en este país,+ y yo seguiré contigo y te bendeciré. Te daré todas estas tierras a ti y a tu descendencia.+ Cumpliré el juramento que le hice a tu padre Abrahán+ cuando le dije: 4 ‘Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas de los cielos+ y a tu descendencia le daré todas estas tierras.+ Y todas las naciones de la tierra conseguirán una bendición para ellas mismas mediante tu descendencia’.+ 5 Lo haré debido a que Abrahán escuchó mi voz y siguió cumpliendo mis órdenes, mis mandatos, mis estatutos y mis leyes”.+ 6 Así que Isaac siguió viviendo en Guerar.+

7 Cuando los hombres del lugar le preguntaban por Rebeca, él les decía “Es mi hermana”.+ Y es que tenía miedo de decir que ella era su esposa. Como ella era muy hermosa, él pensaba: “Los hombres del lugar podrían matarme por Rebeca”.+ 8 Tiempo después, Abimélec, el rey de los filisteos, estaba mirando por la ventana y vio las muestras de cariño que Isaac tenía con* su esposa Rebeca.+ 9 Abimélec llamó enseguida a Isaac y le dijo: “¡Ella es tu esposa! ¿Por qué dijiste ‘Es mi hermana’?”. Isaac le contestó: “Es que tenía miedo de que me mataran por ella”.+ 10 Y Abimélec le dijo: “¿Pero qué nos has hecho?+ ¡Cualquiera del pueblo podría haberse acostado con tu esposa, y tú nos habrías hecho culpables!”.+ 11 Entonces Abimélec le dio a todo el pueblo una orden. Dijo: “¡Cualquiera que toque a este hombre y a su esposa morirá!”.

12 Pues bien, Isaac empezó a sembrar en aquel lugar, y ese año recogió 100 veces más de lo que había sembrado, porque Jehová lo estaba bendiciendo.+ 13 El hombre se enriqueció y, como siguió prosperando, llegó a ser muy rico. 14 Adquirió rebaños de ovejas, manadas de vacas y un gran grupo de siervos.+ Pero los filisteos empezaron a envidiarlo.

15 Así que los filisteos taparon con tierra los pozos que habían cavado los siervos de su padre Abrahán cuando él vivía.+ 16 Entonces Abimélec le dijo a Isaac: “Vete a vivir lejos de nosotros, porque te has vuelto mucho más poderoso que nosotros”. 17 De modo que Isaac se fue de donde estaba, acampó en el valle* de Guerar+ y se estableció allí. 18 Isaac volvió a abrir los pozos que se habían cavado cuando vivía su padre Abrahán pero que los filisteos habían tapado tras la muerte de Abrahán.+ Además, les puso los mismos nombres que su padre les había puesto.+

19 Mientras estaban cavando en el valle,* los siervos de Isaac encontraron un pozo de agua dulce. 20 Pero los pastores de Guerar se pusieron a discutir con los pastores de Isaac y a decirles: “¡El agua es nuestra!”. Por lo tanto, Isaac llamó al pozo Ésec,* porque habían discutido con él. 21 Y empezaron a cavar otro pozo, y también se pusieron a discutir por ese pozo. Así que él lo llamó Sitná.* 22 Más tarde se fue de allí y cavó otro pozo, pero ya no discutieron por él. Por eso, él lo llamó Rehobot* y dijo: “Todo esto es gracias a Jehová, quien ahora nos ha dado suficiente espacio y ha hecho que seamos muchos en el país”.+

23 Después subió de allí a Beer-Seba.+ 24 Esa noche se le apareció Jehová y le dijo: “Yo soy el Dios de tu padre Abrahán.+ No tengas miedo,+ porque yo estoy contigo. Te bendeciré y multiplicaré tu descendencia debido a mi siervo Abrahán”.+ 25 Entonces, Isaac construyó un altar allí e invocó el nombre de Jehová.+ Allí colocó su tienda,+ y allí sus siervos cavaron un pozo.

26 Más tarde, Abimélec salió de Guerar para ir a verlo. Con él fueron Ahuzat, que era su consejero personal, y Ficol, el jefe de su ejército.+ 27 Isaac les preguntó: “¿Por qué han venido a verme? ¿No me mandaron a vivir lejos de ustedes porque me odiaban?”. 28 Y ellos le dijeron: “Hemos visto claramente que Jehová está contigo.+ Por eso decidimos decirte: ‘Por favor, hagamos un juramento* entre tú y nosotros. Déjanos hacer este pacto contigo:+ 29 tú no nos harás nada malo tal como nosotros no te hemos hecho nada malo. Ten en cuenta que siempre te hemos tratado bien y que te despedimos en paz. Ahora tú eres el que ha sido bendecido por Jehová’”. 30 Entonces él les hizo un banquete, y ellos comieron y bebieron. 31 Por la mañana se levantaron temprano e hicieron un juramento entre ellos.+ Después, Isaac los despidió, y ellos se fueron en paz.

32 Ese día, los siervos de Isaac fueron a informarle sobre el pozo que habían cavado.+ Le dijeron: “¡Encontramos agua!”. 33 Entonces, él llamó al pozo Sibá. Por eso la ciudad se llama Beer-Seba+ hasta el día de hoy.

34 Cuando Esaú tenía 40 años, se casó con Judit hija de Beerí el hitita y también con Basemat hija de Elón el hitita.+ 35 Y ellas fueron causa de mucha amargura* para Isaac y Rebeca.+

27 Pues bien, cuando Isaac era viejo y sus ojos estaban tan débiles que no podía ver, llamó a su hijo mayor Esaú+ y le dijo: “¡Hijo mío!”. Y él contestó: “¡Aquí estoy!”. 2 Entonces Isaac le dijo: “Me he hecho viejo y no sé cuánto tiempo me queda de vida. 3 Así que, por favor, toma ahora mismo tus armas, tus flechas y tu arco, y vete al campo y caza algo para mí.+ 4 Luego prepárame una comida sabrosa de las que me gustan, tráemela y me la comeré. Entonces, antes de mi muerte, te bendeciré”.

5 Pero Rebeca estaba escuchando lo que Isaac le decía a su hijo Esaú. Y Esaú fue al campo a cazar algo para traerlo.+ 6 Entonces Rebeca le dijo a su hijo Jacob:+ “Acabo de oír a tu padre decirle a tu hermano Esaú: 7 ‘Tráeme algo de caza y prepárame una comida sabrosa. Luego déjame comerla, y entonces te bendeciré delante de Jehová antes de morir’.+ 8 Así que, hijo mío, escúchame con atención y haz lo que voy a decirte.+ 9 Vete, por favor, adonde está la manada y tráeme dos de los mejores cabritos que encuentres para que yo pueda prepararle a tu padre una comida sabrosa, como a él le gusta. 10 Luego llévasela a tu padre para que coma y para que te bendiga a ti antes de su muerte”.

11 Sin embargo, Jacob le dijo a su madre Rebeca: “Pero mi hermano Esaú tiene mucho vello,+ y yo no. 12 ¿Y si mi padre me toca?+ Parecerá que quiero burlarme de él y recibiré una maldición en vez de una bendición”. 13 Al oír esto, su madre le dijo: “Que caiga sobre mí la maldición que tú recibas, hijo mío. Haz lo que te digo. Vete y tráeme los cabritos”.+ 14 De manera que él fue a buscarlos y se los trajo. Su madre preparó una comida sabrosa, como le gustaba a su padre. 15 Después, Rebeca tomó la mejor ropa de su hijo mayor Esaú que ella tenía en la casa y se la puso a su hijo menor Jacob.+ 16 Además, le puso las pieles de los cabritos sobre las manos y sobre la parte del cuello que no tenía pelo.+ 17 Luego le dio a su hijo Jacob la comida sabrosa y el pan que había preparado.+

18 Entonces, él entró adonde estaba su padre y le dijo: “¡Padre mío!”. Y él le contestó: “¡Aquí estoy, hijo mío! ¿Cuál de mis hijos eres tú?”. 19 Jacob le respondió a su padre: “Soy Esaú, tu primogénito.+ Ya hice todo lo que me dijiste. Siéntate, por favor. Come algo de lo que cacé y bendíceme”.+ 20 Pero Isaac le preguntó a su hijo: “¿Cómo pudiste encontrarlo tan rápido, hijo mío?”. Y él le respondió: “Porque Jehová tu Dios me lo puso delante”. 21 Entonces Isaac le dijo a Jacob: “Por favor, hijo mío, acércate y déjame tocarte para saber si eres mi hijo Esaú o no”.+ 22 Por lo tanto, Jacob se acercó a su padre. Entonces Isaac lo tocó y dijo: “La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú”.+ 23 Isaac no lo reconoció porque sus manos estaban cubiertas de pelo como las manos de su hermano Esaú. Así que lo bendijo.+

24 Después le preguntó: “¿De veras eres mi hijo Esaú?”. Él le respondió: “Sí, soy yo”. 25 Entonces él le dijo: “Tráeme algo de lo que cazaste para que me lo coma, hijo mío, y luego te bendeciré”. Así que Jacob le sirvió comida y vino, y él comió y bebió. 26 Luego Isaac le dijo: “Acércate, por favor, y dame un beso, hijo mío”.+ 27 Entonces, él se acercó y lo besó, y su padre pudo oler su ropa.+ Así que lo bendijo y dijo:

“Mira, el olor de mi hijo es como el aroma del campo que Jehová ha bendecido. 28 Que el Dios verdadero te dé el rocío de los cielos,+ los terrenos fértiles de la tierra+ y cereales y vino nuevo en abundancia.+ 29 Que los pueblos te sirvan y que las naciones se inclinen ante ti. Sé el amo de tus hermanos, y que los hijos de tu madre se inclinen ante ti.+ Maldito sea todo el que te maldiga y bendito sea todo el que te bendiga”.+

30 Pues bien, justo cuando Isaac había terminado de bendecir a Jacob y Jacob acababa de salir de donde estaba su padre Isaac, entonces su hermano Esaú volvió de cazar.+ 31 Él también preparó una comida sabrosa, se la llevó a su padre y le dijo: “Levántate, padre mío. Come algo de lo que ha cazado tu hijo, y bendíceme”. 32 Entonces su padre Isaac le dijo: “¿Quién eres tú?”. Y él le respondió: “Soy tu hijo Esaú, tu primogénito”.+ 33 Isaac empezó a temblar violentamente y le dijo: “Entonces, ¿quién fue el que salió a cazar y me trajo la carne? Comí justo antes de que tú llegaras y lo bendije. ¡Él será bendito!”.

34 Al oír las palabras de su padre, Esaú empezó a dar fuertes gritos de amargura y a rogarle a su padre: “¡Bendíceme a mí también, padre mío!”.+ 35 Pero él le dijo: “Tu hermano vino y me engañó para conseguir la bendición que era para ti”. 36 Entonces Esaú dijo: “Con razón se llama Jacob,* pues me ha suplantado estas dos veces.+ Ya me quitó mi derecho de primogénito.+ ¡Y ahora también me quita mi bendición!”.+ Después le preguntó: “¿No has reservado una bendición para mí?”. 37 Sin embargo, Isaac le respondió a Esaú: “Lo he hecho amo tuyo,+ le he dado a todos sus hermanos como siervos y le he concedido cereales y vino nuevo.+ ¿Qué me queda para darte, hijo mío?”.

38 Pero Esaú le dijo: “Padre mío, ¿solo tienes una bendición? ¡Bendíceme a mí también, padre mío!”. Entonces Esaú se puso a llorar y a gritar.+ 39 E Isaac le respondió:

“Mira, vivirás lejos de los terrenos fértiles de la tierra y lejos del rocío que baja de los cielos.+ 40 Vivirás de tu espada+ y servirás a tu hermano.+ Pero, cuando te impacientes, te librarás de su yugo”.*+

41 Desde entonces, Esaú le tuvo profundo rencor a Jacob por la bendición que su padre le había dado.+ Y Esaú decía en su corazón: “Pronto morirá mi padre.+ Después de los días de duelo mataré a mi hermano Jacob”. 42 Cuando le contaron a Rebeca lo que su hijo mayor Esaú estaba planeando, ella enseguida mandó llamar a su hijo menor Jacob y le dijo: “¡Escucha! Tu hermano Esaú planea matarte para vengarse.* 43 Así que haz lo que voy a decirte, hijo mío. Huye cuanto antes a Harán, donde está mi hermano Labán.+ 44 Quédate a vivir con él durante un tiempo, hasta que se le pase la furia a tu hermano, 45 hasta que se le pase el enojo y se olvide de lo que le hiciste. Entonces te mandaré avisar para que vuelvas. ¿Por qué voy a perderlos a los dos en un solo día?”.

46 Luego Rebeca empezó a decirle a Isaac: “Las hijas de Het han hecho que odie la vida.+ Si alguna vez Jacob se casa con una de las hijas de Het, con alguna como estas hijas del país, ¿para qué quiero seguir viviendo?”.+

28 Así que Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le dio este mandato: “No debes casarte con ninguna de las hijas de Canaán.+ 2 Vete a Padán-Aram, a la casa de Betuel —el padre de tu madre—, y allí cásate con una de las hijas de Labán,+ que es hermano de tu madre. 3 El Dios Todopoderoso te bendecirá, hará que tengas hijos y multiplicará tus descendientes. Y tú de veras llegarás a ser un gran grupo de pueblos.+ 4 Él te dará la bendición de Abrahán+ —a ti y a tu descendencia— para que ocupes el país en el que has estado viviendo como extranjero y que Dios le ha dado a Abrahán”.+

5 De modo que Isaac despidió a Jacob. Entonces Jacob fue a Padán-Aram adonde estaba Labán hijo de Betuel el arameo.+ Él era hermano de Rebeca,+ la madre de Jacob y Esaú.

6 Pues bien, Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob, que lo había enviado a Padán-Aram a buscar una esposa allí y que le había dado este mandato al bendecirlo: “No te cases con ninguna de las hijas de Canaán”.+ 7 También vio que Jacob obedeció a su padre y a su madre y que se fue a Padán-Aram.+ 8 Entonces Esaú se dio cuenta de que a su padre Isaac no le agradaban las hijas de Canaán.+ 9 Así que, además de las otras esposas que ya tenía, Esaú fue adonde estaba Ismael —hijo de Abrahán— y se casó con Mahalat, hija de Ismael y hermana de Nebayot.+

10 Jacob salió de Beer-Seba y siguió su camino hacia Harán.+ 11 Con el tiempo llegó a cierto lugar y, como ya se había puesto el sol, se preparó para pasar allí la noche. De modo que tomó una piedra de allí, la acomodó para apoyar la cabeza y se acostó en aquel lugar.+ 12 Entonces tuvo un sueño, y resulta que vio una escalera que empezaba en la tierra y llegaba a los cielos, y los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.+ 13 También vio que Jehová estaba por encima de ella y que decía:

“Yo soy Jehová, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac.+ La tierra donde estás acostado te la daré a ti y también a tu descendencia.+ 14 Tus descendientes serán tan numerosos como las partículas de polvo que hay en la tierra.+ Te extenderás al este y al oeste, al norte y al sur. Y todas las familias de la tierra sin falta serán bendecidas* por medio de ti y por medio de tu descendencia.+ 15 Yo estoy contigo y te protegeré adondequiera que vayas, y te haré volver a este país.+ No te dejaré hasta que cumpla lo que te he prometido”.+

16 Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: “Jehová realmente está en este lugar, y yo no lo sabía”. 17 Entonces sintió temor y dijo: “¡Qué imponente es este lugar! Esta tiene que ser la casa de Dios,+ y esta es la puerta de los cielos”.+ 18 De modo que Jacob se levantó temprano por la mañana, tomó la piedra en la que había apoyado la cabeza, la colocó como una columna y echó aceite encima de ella.+ 19 Por lo tanto, llamó a aquel lugar Betel.* Antes, la ciudad se llamaba Luz.+

20 Y Jacob hizo este voto: “Si Dios continúa conmigo y me protege durante mi viaje, si me da pan para comer y ropa para vestirme 21 y si vuelvo sano y salvo* a la casa de mi padre, entonces Jehová de veras habrá demostrado que es mi Dios. 22 Esta piedra que he colocado como una columna será casa de Dios,+ y sin falta te daré, Dios mío, la décima parte de todo lo que me des”.

29 Después de eso, Jacob reanudó su viaje y fue al país de los orientales.* 2 En el campo vio un pozo y tres rebaños de ovejas echados allí cerca, porque los rebaños solían beber de aquel pozo. Y una gran piedra cubría la boca del pozo. 3 Cuando ya estaban reunidos allí todos los rebaños, los pastores corrían la piedra del pozo y daban de beber a los rebaños. Después volvían a colocar la piedra sobre el pozo.

4 Pues bien, Jacob les preguntó: “Hermanos míos, ¿de dónde son ustedes?”. “Somos de Harán”,+ le contestaron. 5 Entonces les dijo: “¿Conocen a Labán,+ el nieto de Nacor?”.+ Y ellos le respondieron: “Sí, lo conocemos”. 6 Luego les preguntó: “Y él, ¿está bien?”. “Sí, él está bien —le contestaron—. Es más, ahí viene su hija Raquel+ con las ovejas”. 7 Jacob les dijo: “Pero si solo es mediodía. No es hora de recoger los rebaños. Denles de beber a las ovejas y luego llévenlas a pastar”. 8 Pero ellos le dijeron: “No tenemos permiso para hacer eso. Tenemos que esperar a que se reúnan todos los rebaños y se quite la piedra del pozo. Solo entonces les damos de beber a las ovejas”.

9 Mientras él todavía estaba hablando con ellos, llegó Raquel. Ella era pastora y traía las ovejas de su padre. 10 Cuando Jacob vio a Raquel, la hija de Labán —el hermano de la madre de Jacob—, que venía con las ovejas de Labán, Jacob fue de inmediato a correr la piedra del pozo y a darles de beber a las ovejas de Labán, el hermano de su madre. 11 Luego Jacob saludó con un beso a Raquel. Entonces levantó la voz y se echó a llorar. 12 Jacob le empezó a contar a Raquel que él era pariente* de su padre y que era hijo de Rebeca. Y ella se fue corriendo a decírselo a su padre.

13 En cuanto Labán+ escuchó que Jacob —el hijo de su hermana— estaba allí, corrió a encontrarse con él. Lo abrazó, lo saludó con un beso y lo llevó a su casa. Y Jacob le empezó a contar a Labán todo lo que le había pasado. 14 Así que Labán le dijo: “De veras eres de mi propia sangre”.* De modo que Jacob se quedó con él un mes entero.

15 Después, Labán le dijo a Jacob: “Aunque seas mi pariente,*+ ¿cómo voy a dejar que trabajes para mí sin darte nada a cambio? Dime, ¿cuánto quieres que te pague?”.+ 16 Pues bien, Labán tenía dos hijas: la mayor se llamaba Lea, y la menor, Raquel.+ 17 Pero los ojos de Lea no tenían brillo. En cambio, Raquel se había convertido en una mujer muy hermosa y atractiva. 18 Como Jacob se había enamorado de Raquel, le dijo a Labán: “Estoy dispuesto a trabajar para ti siete años por tu hija menor Raquel”.+ 19 Labán le contestó: “Es mejor dártela a ti que a cualquier otro hombre. Quédate a vivir conmigo”. 20 Y Jacob trabajó siete años por Raquel,+ pero a él le parecieron unos cuantos días por el amor que le tenía.

21 Al final, Jacob le dijo a Labán: “Ya se ha cumplido el plazo. Dame a mi esposa y deja que tenga relaciones con ella”. 22 Así que Labán reunió a todos los vecinos e hizo un banquete. 23 Pero, al llegar la noche, tomó a su hija Lea y se la llevó a Jacob para que tuviera relaciones con ella. 24 Y, a su hija Lea, Labán le dio una sierva suya llamada Zilpá para que le sirviera.+ 25 Pues bien, a la mañana siguiente, Jacob vio que quien estaba con él era Lea. Entonces, le dijo a Labán: “¿Pero qué me has hecho? ¿No fue por Raquel por la que trabajé para ti? ¿Por qué me has engañado?”.+ 26 Pero Labán le contestó: “Aquí no es costumbre entregar a la hija menor antes de entregar a la mayor. 27 Termina de celebrar la semana de bodas de esta mujer. Después también recibirás a esta otra mujer a cambio de que trabajes para mí siete años más”.+ 28 Jacob aceptó, y celebró la semana de bodas de esa mujer. Luego Labán le entregó a su hija Raquel por esposa. 29 Y, a su hija Raquel, Labán le dio una sierva suya llamada Bilhá+ para que le sirviera.+

30 De modo que Jacob también tuvo relaciones con Raquel, y amó a Raquel más que a Lea. Y trabajó siete años más para Labán.+ 31 Cuando Jehová vio que Lea no era amada,* hizo posible que ella quedara embarazada.*+ Sin embargo, Raquel era estéril.+ 32 Así que Lea quedó embarazada y dio a luz un hijo al que llamó Rubén,*+ pues dijo: “Esto es porque Jehová ha visto mi dolor.+ Ahora mi esposo empezará a amarme”. 33 Luego volvió a quedar embarazada y dio a luz un hijo. Entonces declaró: “Esto es porque Jehová escuchó, porque no era amada. Y él me dio este otro hijo”. Por eso ella lo llamó Simeón.*+ 34 Y una vez más quedó embarazada y dio a luz un hijo. Así que dijo: “Ahora sí que mi esposo se unirá a mí, porque le he dado tres hijos”. Por lo tanto, se le llamó Leví.*+ 35 Y quedó embarazada otra vez y dio a luz un hijo. Luego declaró: “Esta vez alabaré a Jehová”. Por lo tanto, ella lo llamó Judá.*+ Entonces dejó de tener hijos.

30 Cuando Raquel vio que no le había dado hijos a Jacob, empezó a sentir celos de su hermana y a decirle a Jacob: “Dame hijos. Si no, me moriré”. 2 Jacob se enfureció con Raquel y le dijo: “¿Acaso estoy yo en el lugar de Dios? Él es el que no te ha dejado tener hijos”.* 3 Así que ella le dijo: “Aquí tienes a mi esclava Bilhá.+ Ten relaciones con ella para que tenga hijos para mí.* Así yo también tendré hijos por medio de ella”. 4 De modo que le entregó a su sierva Bilhá como esposa, y Jacob tuvo relaciones con ella.+ 5 Bilhá quedó embarazada y con el tiempo le dio un hijo a Jacob. 6 Entonces Raquel dijo: “Dios ha actuado como mi juez y también me ha escuchado. Por eso me ha dado un hijo”. Así que lo llamó Dan.*+ 7 Y Bilhá, la sierva de Raquel, quedó embarazada otra vez y con el tiempo le dio un segundo hijo a Jacob. 8 Entonces Raquel dijo: “He tenido grandes luchas con mi hermana. ¡Y he vencido!”. De modo que lo llamó Neftalí.*+

9 Cuando Lea vio que había dejado de tener hijos, tomó a su sierva Zilpá y se la entregó como esposa a Jacob.+ 10 Y Zilpá, la sierva de Lea, le dio un hijo a Jacob. 11 Entonces Lea dijo: “¡Qué afortunada soy!”. Por eso lo llamó Gad.*+ 12 Después, Zilpá, la sierva de Lea, le dio un segundo hijo a Jacob. 13 Y Lea dijo: “¡Qué feliz soy! Las mujeres de veras me llamarán feliz”.+ De modo que lo llamó Aser.*+

14 Pues bien, un día, para el tiempo de la cosecha del trigo, Rubén+ estaba paseando por el campo y encontró mandrágoras. Así que se las llevó a su madre Lea. Entonces Raquel le dijo a Lea: “Dame, por favor, de las mandrágoras de tu hijo”. 15 Pero ella le respondió: “¿Te parece poco haberte quedado con mi esposo?+ ¿Ahora también quieres quedarte con las mandrágoras de mi hijo?”. Y Raquel le contestó: “De acuerdo. Que él se acueste esta noche contigo, pero a cambio dame las mandrágoras de tu hijo”.

16 Al anochecer, cuando Jacob venía del campo, Lea salió a su encuentro y le dijo: “Tienes que venir conmigo, porque de hecho te he alquilado con las mandrágoras de mi hijo para que tengas relaciones conmigo”. Por lo tanto, él se acostó con ella aquella noche. 17 Y Dios escuchó las oraciones de Lea. Ella quedó embarazada y con el tiempo le dio un quinto hijo a Jacob. 18 Entonces Lea declaró: “Dios me ha dado mi salario* por haberle dado mi sierva a mi esposo”. De modo que lo llamó Isacar.*+ 19 Después, Lea quedó embarazada otra vez y con el tiempo le dio un sexto hijo a Jacob.+ 20 Lea dijo: “Dios me ha hecho a mí un buen regalo. Por fin me tolerará mi esposo,+ porque le he dado seis hijos”.+ De modo que lo llamó Zabulón.*+ 21 Y después dio a luz una hija y la llamó Dina.+

22 Por fin, Dios se acordó de Raquel. Escuchó sus oraciones y permitió que quedara embarazada.*+ 23 Así que ella quedó embarazada, dio a luz un hijo y declaró: “Dios ha eliminado el motivo de mi deshonra”.+ 24 De modo que lo llamó José,*+ pues decía: “Jehová me ha añadido otro hijo”.

25 Tan pronto como Raquel dio a luz a José, Jacob le dijo a Labán: “Déjame regresar a mi hogar y a mi país.+ 26 Dame a mis esposas y mis hijos, por quienes he trabajado para ti, y me iré. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti”.+ 27 Entonces Labán le dijo: “Si me aprecias, quédate, por favor. Los presagios* me indican que Jehová me está bendiciendo gracias a ti”. 28 Y añadió: “Dime qué salario quieres y yo te lo daré”.+ 29 Jacob le contestó: “Tú sabes cómo he trabajado para ti y lo mucho que ha crecido tu rebaño conmigo.+ 30 Antes de que yo llegara, tenías poco, pero ahora tu rebaño ha crecido y se ha hecho muy grande. Desde que llegué, Jehová te ha bendecido. ¿Y cuándo voy a hacer algo yo por mi propia familia?”.+

31 Entonces Labán le preguntó: “¿Qué quieres que te dé?”. Jacob le respondió: “¡No me des nada! Si haces por mí lo que voy a pedirte, seguiré pastoreando tu rebaño y cuidando de él.+ 32 Hoy pasaré por entre todo el rebaño, y tú separarás a las ovejas moteadas o con grandes manchas y a los carneros jóvenes oscuros, así como a las hembras de las cabras moteadas o con grandes manchas. Y todos los animales que nazcan así a partir de ahora serán mi salario.+ 33 Y el día de mañana, cuando vengas a revisar mi salario, podrás comprobar que he sido honrado.* Si ves que tengo alguna hembra de las cabras que no sea moteada ni tenga grandes manchas o algún carnero joven que no sea oscuro, entonces se podrá decir que te he robado”.

34 Así que Labán dijo: “¡Muy bien! Que así sea”.+ 35 Y ese día, de entre todas las cabras, separó a los machos rayados o con grandes manchas y a las hembras moteadas o con grandes manchas. Separó a todos los animales que tuvieran alguna mancha blanca y a todos los carneros jóvenes oscuros. Entonces puso todos estos animales al cuidado de sus hijos. 36 Después se fue a un lugar que quedaba a tres días de distancia de Jacob, y Jacob se quedó al cuidado de los demás rebaños de Labán.

37 Entonces Jacob tomó ramas recién cortadas de estoraque, de almendro y de plátano,* y les quitó algunas partes de la corteza para dejar al descubierto la madera blanca. 38 Después puso esas ramas descortezadas en los canales y en los bebederos, adonde iban a beber los rebaños, para que se pusieran en celo enfrente de ellas cuando fueran a beber.

39 Así que los rebaños se ponían en celo enfrente de las ramas y tenían crías rayadas, moteadas o con grandes manchas. 40 Entonces Jacob separaba a los carneros jóvenes y hacía que los rebaños miraran a los animales rayados y oscuros que había en los rebaños de Labán. Luego fue separando a sus propios rebaños para que no se mezclaran con los rebaños de Labán. 41 Y, siempre que los animales más fuertes se ponían en celo, Jacob colocaba las ramas en los canales para que los rebaños las vieran y se pusieran en celo junto a ellas. 42 Pero, si los animales eran débiles, no ponía las ramas allí. Así que las crías débiles siempre eran para Labán, y las fuertes, para Jacob.+

43 De modo que el hombre se hizo muy rico. Llegó a tener rebaños grandes, camellos y burros, así como siervos y siervas.+

31 Con el tiempo, Jacob se enteró de que los hijos de Labán decían: “Jacob se ha quedado con todo lo que le pertenecía a nuestro padre. Toda su riqueza la ha sacado de lo que le pertenecía a nuestro padre”.+ 2 Y, cuando Jacob veía la cara de Labán, se daba cuenta de que su actitud hacia él no era igual que antes.+ 3 Al final, Jehová le dijo a Jacob: “Regresa a la tierra de tus padres y adonde están tus parientes.+ Yo continuaré contigo”. 4 Así que Jacob envió un mensaje a Raquel y a Lea para que fueran al campo donde él estaba con su rebaño. 5 Entonces les dijo:

“Me he dado cuenta de que la actitud de su padre hacia mí ha cambiado.+ Pero el Dios de mi padre ha estado conmigo.+ 6 Ustedes saben muy bien que he trabajado con todas mis fuerzas para su padre.+ 7 Y, aunque su padre ha intentado estafarme y ha cambiado mi salario 10 veces, Dios no le ha permitido hacerme daño. 8 Si él me decía ‘Te pagaré con los animales moteados’, todo el rebaño tenía crías moteadas. Pero, si decía ‘Te pagaré con los animales rayados’, todo el rebaño tenía crías rayadas.+ 9 Por eso, Dios ha estado quitándole animales a su padre y dándomelos a mí. 10 Una vez, cuando el rebaño se puso en celo, tuve un sueño. Vi que los machos de las cabras que se apareaban con el rebaño eran rayados, moteados y manchados.+ 11 Entonces el ángel del Dios verdadero me dijo en el sueño: ‘¡Jacob!’. Yo le respondí: ‘Aquí estoy’. 12 Y él dijo: ‘Levanta la vista, por favor, y verás que todos los machos de las cabras que se aparean con el rebaño son rayados, moteados y manchados. Esto es así porque he visto todo lo que Labán te está haciendo.+ 13 Yo soy el Dios verdadero, que se te apareció en Betel,+ donde ungiste una columna y donde me hiciste un voto.+ Ahora prepárate, sal de este país y regresa a la tierra donde naciste’”.+

14 Entonces Raquel y Lea le dijeron: “Ya no hay nada que podamos heredar de la casa de nuestro padre. 15 ¿Acaso no somos como extranjeras para él? Él nos ha vendido y ha estado viviendo del dinero que recibió por nosotras.+ 16 Todas las riquezas que Dios le ha quitado a nuestro padre son nuestras y de nuestros hijos.+ Así que haz todo lo que te ha dicho Dios”.+

17 Luego Jacob subió a sus hijos y sus esposas a los camellos+ 18 y se dirigió con todos sus rebaños y con todos los bienes que había acumulado,+ el ganado que poseía y que había acumulado en Padán-Aram, hacia la tierra de Canaán, donde estaba su padre Isaac.+

19 Ahora bien, Labán había ido a esquilar sus ovejas, y Raquel le robó los ídolos domésticos*+ a su padre.+ 20 Además, Jacob fue más listo que Labán el arameo y se fue sin decirle que se iba. 21 Así que huyó con todo lo que tenía. Cruzó el Río*+ y se dirigió hacia la región montañosa de Galaad.+ 22 Pero al tercer día le dijeron a Labán que Jacob había huido. 23 De manera que Labán reunió a sus hermanos* y lo persiguió durante siete días.* Finalmente, lo alcanzó en la región montañosa de Galaad. 24 Pero, por la noche, Dios habló con Labán el arameo+ en un sueño+ y le dijo: “Cuidado con lo que le dices a Jacob, sea bueno o malo”.*+

25 Pues bien, Jacob había colocado su tienda en la montaña y Labán había acampado con sus hermanos en la región montañosa de Galaad. Así que Labán se acercó a Jacob 26 y le dijo: “¿Qué has hecho? ¿Por qué me engañaste y te llevaste a mis hijas como si fueran prisioneras de guerra? 27 ¿Por qué me engañaste y te fuiste a escondidas sin avisarme? Si me lo hubieras dicho, te habría despedido con una fiesta y con canciones, panderetas y arpas. 28 Ni siquiera me diste la oportunidad de besar a mis nietos* y a mis hijas. Te portaste como un tonto. 29 Yo podría hacerles daño, pero el Dios del padre de ustedes me dijo anoche: ‘Cuidado con lo que le dices a Jacob, sea bueno o malo’.+ 30 Entiendo que extrañes la casa de tu padre y hayas querido regresar. ¿Pero por qué me robaste mis dioses?”.+

31 Entonces Jacob le dijo a Labán: “Me fui a escondidas porque tenía miedo de que me fueras a quitar a tus hijas por la fuerza. 32 En cuanto a tus dioses, búscalos, y la persona que los tenga morirá. Busca entre todo lo que tengo delante de nuestros hermanos y llévate lo que sea tuyo”. Ahora bien, Jacob no sabía que Raquel había robado los dioses. 33 Así que Labán los buscó en la tienda de campaña de Jacob, en la tienda de Lea y en la tienda de las dos esclavas,+ pero no los encontró. Al salir de la tienda de Lea, fue a buscarlos a la tienda de Raquel. 34 Pero Raquel ya había agarrado los ídolos domésticos, los había escondido en la canasta de la silla que las mujeres usaban para montar en camello y se había sentado encima. De modo que Labán los buscó por toda la tienda, pero no los encontró. 35 Entonces ella le dijo a su padre: “No te enojes, señor mío, pero no puedo levantarme en tu presencia. Estoy con lo que es habitual entre las mujeres”.+ De modo que él siguió buscando, pero, por más que buscó, no encontró los ídolos domésticos.+

36 Entonces Jacob se enojó con Labán y se puso a recriminarle: “¿Cuál ha sido mi delito? ¿Qué pecado he cometido para que me persigas con tanto afán? 37 Ahora que ya terminaste de buscar entre todas mis cosas, ¿encontraste algo que pertenezca a tu casa? Sácalo delante de mis hermanos y tus hermanos, y que ellos decidan quién de los dos tiene la razón. 38 Durante los 20 años que he estado contigo, ninguna de tus ovejas ni de tus cabras abortó+ y nunca comí ni un carnero de tu rebaño. 39 Nunca te llevé ningún animal despedazado por fieras.+ Yo me hacía cargo de la pérdida. Y, si robaban algún animal —fuera de día o de noche—, tú me exigías que te lo compensara. 40 Durante el día me consumía el calor y durante la noche me moría de frío. Hasta el sueño se me iba.+ 41 Llevo 20 años trabajando para ti en tu casa: 14 años por tus dos hijas y 6 por tu rebaño, y me cambiaste el salario hasta 10 veces.+ 42 Si el Dios de mi padre+ —el Dios de Abrahán y el Dios a quien Isaac teme—*+ no hubiera estado conmigo, ahora me estarías mandando de regreso con las manos vacías. Pero Dios vio mi sufrimiento y mi duro trabajo. Por eso te reprendió anoche”.+

43 Entonces Labán le respondió a Jacob: “Estas mujeres son mis hijas, estos niños son mis hijos y este rebaño es mi rebaño. Todo lo que estás mirando es mío y de mis hijas. ¿Cómo voy a hacer algo contra ellas o contra los hijos que ellas han dado a luz? 44 Vamos, hagamos un pacto tú y yo, y que esto sirva de testigo entre nosotros dos”. 45 Así que Jacob tomó una piedra y la colocó como una columna.+ 46 Luego Jacob les dijo a sus hermanos: “Recojan piedras”. Y ellos recogieron piedras y las amontonaron. Después comieron sobre ese montón de piedras. 47 Labán lo llamó Jegar-Sahadutá,* pero Jacob lo llamó Galeed.*

48 Y Labán dijo: “Este montón de piedras es hoy testigo entre tú y yo”. Por eso fue llamado Galeed+ 49 y también Atalaya, porque Labán dijo: “Que Jehová nos vigile a ti y a mí cuando no nos estemos viendo el uno al otro. 50 Si maltratas a mis hijas o si te casas con otras mujeres además de ellas, aunque no haya ningún hombre con nosotros que lo vea, recuerda que Dios será testigo entre tú y yo”. 51 Labán pasó a decirle a Jacob: “Aquí están el montón de piedras y la columna que he levantado como testigos entre tú y yo. 52 Este montón de piedras y esta columna son testigos+ de que yo no pasaré más allá de este montón para hacerte daño y de que tú no pasarás más allá de este montón y de esta columna para hacerme daño. 53 Que juzgue entre nosotros el Dios de Abrahán+ y el Dios de Nacor, es decir, el Dios del padre de ellos”. Y Jacob juró por el Dios a quien temía su padre Isaac.*+

54 Después, Jacob ofreció un sacrificio en la montaña e invitó a comer a sus hermanos. De modo que comieron y pasaron la noche en la montaña. 55 Y Labán se levantó temprano por la mañana, besó a sus nietos*+ y a sus hijas y los bendijo.+ Luego se fue de regreso a su hogar.+

32 Jacob se puso en camino, y los ángeles de Dios se encontraron con él. 2 Tan pronto como Jacob los vio, dijo: “¡Este es el campamento de Dios!”. Así que llamó a aquel lugar Mahanaim.*

3 Entonces Jacob le envió mensajeros a su hermano Esaú, que estaba en la tierra de Seír,+ el territorio* de Edom.+ 4 Y les dio esta orden: “Díganle esto a mi señor Esaú: ‘Tu siervo Jacob ha dicho: “He estado viviendo* con Labán todo este tiempo+ 5 y he conseguido toros, burros y ovejas, así como siervos y siervas.+ Te envío este mensaje, mi señor, para darte la noticia y así ganarme tu favor”’”.

6 Tiempo después, los mensajeros regresaron adonde estaba Jacob y le dijeron: “Fuimos adonde tu hermano Esaú y ahora viene a tu encuentro con 400 hombres”.+ 7 Entonces Jacob sintió mucho miedo y angustia,+ así que dividió a su gente, sus rebaños, su ganado vacuno y sus camellos en dos campamentos. 8 Dijo: “De esta manera, si Esaú ataca al primer campamento, el otro campamento puede escapar”.

9 Después, Jacob oró: “Oh, Dios de mi padre* Abrahán y Dios de mi padre Isaac, tú, Jehová, me has dicho: ‘Regresa a tu tierra y adonde están tus parientes, y yo te trataré bien’.+ 10 Yo no merezco el amor leal ni la fidelidad que me has mostrado a mí, tu siervo.+ Cuando crucé el Jordán, solo tenía mi bastón, pero ahora tengo tanto que he llegado a formar dos campamentos.+ 11 Te suplico que me salves+ de las manos de mi hermano Esaú, pues tengo miedo de que venga y me ataque a mí,+ así como a los niños y a sus madres. 12 Porque tú has dicho: ‘De veras te trataré bien y haré que tu descendencia sea como los granos de arena del mar, que son tan numerosos que no se pueden contar’”.+

13 Y pasó la noche allí. Luego juntó algunos de sus bienes para regalárselos a Esaú, su hermano:+ 14 200 hembras de las cabras, 20 machos de las cabras, 200 ovejas, 20 carneros, 15 30 camellas con sus crías, 40 vacas, 10 toros, 20 burras y 10 burros.+

16 Entonces les entregó a sus siervos un grupo de animales tras otro y les dijo: “Crucen delante de mí y mantengan cierta distancia entre cada grupo”. 17 Además, le ordenó al que iba primero: “Si te encuentras con mi hermano Esaú y te pregunta ‘¿De quién eres siervo y adónde vas? ¿De quién son estos animales que van delante de ti?’, 18 entonces le debes contestar ‘De tu siervo Jacob. Esto es un regalo para ti, mi señor Esaú.+ Y él mismo viene detrás de nosotros’”. 19 También les dio órdenes al segundo, al tercero y a todos los que iban detrás de cada grupo de animales. Les dijo: “Eso es lo que deben decirle a Esaú cuando se encuentren con él. 20 También deben decirle: ‘Tu siervo Jacob viene detrás de nosotros’”. Porque Jacob pensaba: “Si logro aplacarlo enviándole antes un regalo,+ entonces, cuando yo lo vea, quizás me reciba amablemente”. 21 Así que los siervos que llevaban el regalo cruzaron delante de él. Y él se quedó a pasar la noche en el campamento.

22 Pero Jacob se levantó más tarde esa misma noche, tomó a sus dos esposas,+ sus dos siervas+ y sus 11 niños y cruzó las aguas del Jaboc por la parte menos profunda.+ 23 De este modo, los llevó al otro lado del río* y también llevó todo lo demás que tenía.

24 Finalmente, cuando Jacob se quedó solo, un hombre se puso a luchar con él hasta el amanecer.+ 25 Cuando ese hombre vio que no lograba vencer a Jacob, entonces le tocó la cavidad de la cadera. Así que a Jacob se le dislocó la cadera mientras luchaba con él.+ 26 Después, él dijo: “Suéltame, porque ya está amaneciendo”. Pero Jacob le respondió: “No te voy a soltar hasta que me bendigas”.+ 27 Entonces, él le preguntó: “¿Cómo te llamas?”. Y le contestó: “Jacob”. 28 “Ya no te llamarás Jacob —dijo él—, sino Israel,*+ porque has luchado con Dios+ y con hombres, y por fin has vencido”. 29 Por su parte, Jacob le dijo: “Por favor, dime tu nombre”. Pero él contestó: “¿Para qué quieres saber mi nombre?”.+ Entonces lo bendijo allí mismo. 30 Así que Jacob llamó Peniel*+ a ese lugar, porque dijo: “He visto a Dios cara a cara y aun así conservo la vida”.+

31 Pues bien, él estaba pasando por Penuel* cuando salía el sol, e iba cojeando debido a su cadera.+ 32 Por eso, hasta el día de hoy, los descendientes de Israel no tienen la costumbre de comerse el tendón del muslo,* que está en la cavidad de la articulación de la cadera, porque fue en ese tendón del muslo donde aquel hombre tocó a Jacob.

33 Cuando Jacob levantó la vista, vio que Esaú venía con 400 hombres.+ Así que repartió a los niños entre Lea, Raquel y sus dos siervas.+ 2 Puso a las siervas con sus hijos en primer lugar,+ a Lea con sus hijos después+ y a Raquel con José en último lugar.+ 3 Entonces Jacob se adelantó a todos y, a medida que se iba acercando a su hermano, se inclinó hasta el suelo siete veces.

4 Pero Esaú fue corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó, y los dos se echaron a llorar. 5 Cuando Esaú levantó la vista, vio a las mujeres y a los niños y preguntó: “¿Quiénes son estos que vienen contigo?”. Jacob le contestó: “Son los hijos con los que Dios ha bendecido a tu siervo”.+ 6 Enseguida se acercaron las siervas con sus hijos y se inclinaron, 7 y también se acercaron Lea y sus hijos y se inclinaron. Finalmente, se acercaron José y Raquel y se inclinaron.+

8 Esaú le preguntó a Jacob: “¿Para qué enviaste toda esa caravana con la que me he encontrado?”.+ Y él le respondió: “Para ganarme tu favor, mi señor”.+ 9 Entonces Esaú le dijo: “Yo ya tengo muchísimos bienes, hermano mío.+ Esto es tuyo. Quédatelo”. 10 Pero Jacob le dijo: “No, si me he ganado tu favor, te ruego que aceptes este regalo de mi parte, porque lo traje para poder ver tu rostro. He visto tu rostro y ha sido como ver el rostro de Dios, pues me has recibido con gusto.+ 11 Por favor, acepta el regalo que te he traído,*+ porque Dios me ha bendecido y tengo todo lo que necesito”.+ Y siguió insistiéndole hasta que Esaú lo aceptó.

12 Más tarde, Esaú le dijo: “Vamos, pongámonos en camino. Yo iré guiándote”. 13 Pero Jacob le respondió: “Mi señor sabe que los niños son frágiles.+ También sabe que tengo ovejas y vacas con crías. Si en un día apuramos demasiado a los animales, todos morirán. 14 Por favor, mi señor, vete delante de tu siervo. Yo haré el viaje más despacio, al paso del ganado y de los niños, hasta que me encuentre con mi señor en Seír”.+ 15 Entonces Esaú le dijo: “Al menos permíteme dejarte parte de mi gente”. Pero Jacob le contestó: “¿Para qué vas a hacer eso? Si con tener el favor de mi señor me basta”. 16 Así que ese día Esaú salió de regreso a Seír.

17 Y Jacob salió hacia Sucot.+ Allí se hizo una casa y preparó refugios para su manada. Por eso llamó Sucot* a aquel lugar.

18 Jacob siguió su viaje desde Padán-Aram+ y llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem,+ que está en la tierra de Canaán,+ y estableció su campamento cerca de la ciudad. 19 Después pagó 100 piezas de dinero por una parte del campo donde había colocado su tienda. Les compró esa parte a los hijos de Hamor, que era padre de Siquem.+ 20 Allí construyó un altar y lo llamó Dios, el Dios de Israel.+

34 Ahora bien, Dina —la hija que Lea le dio a Jacob—+ solía ir a visitar a las muchachas del lugar.+ 2 Un día la vio Siquem, que era hijo de Hamor el heveo,+ uno de los jefes del lugar. Entonces se la llevó, se acostó con ella y la violó. 3 Y él quedó cautivado por Dina, la hija de Jacob, se enamoró de la joven y trató de conquistarla.* 4 Al final, Siquem le dijo a Hamor+ su padre: “Consígueme a esta joven para que sea mi esposa”.

5 Cuando Jacob se enteró de que Siquem había deshonrado a su hija Dina, sus hijos estaban en el campo con el ganado. Así que Jacob decidió no decir nada hasta que ellos regresaran. 6 Más tarde, el padre de Siquem, Hamor, fue a hablar con Jacob. 7 Pero los hijos de Jacob se enteraron y regresaron enseguida del campo. Estaban ofendidos y muy enojados porque Siquem había deshonrado a Israel al acostarse con la hija de Jacob,+ algo que no debía hacerse.+

8 Hamor habló con ellos y les dijo: “Mi hijo Siquem desea a* su hija. Por favor, dénsela por esposa. 9 Unamos nuestras familias con alianzas matrimoniales.* Dennos a sus hijas y tomen a nuestras hijas para ustedes.+ 10 Pueden vivir con nosotros, y tendrán toda nuestra tierra a su disposición. Quédense, hagan negocios aquí y establézcanse en esta tierra”. 11 Entonces Siquem les dijo al padre y a los hermanos de ella: “Con tal de tener su aprobación, les daré lo que me pidan. 12 Pueden pedirme una dote altísima por la novia y un generoso regalo.+ Estoy dispuesto a darles cualquier cosa. Pero, por favor, denme a la joven por esposa”.

13 Pero los hijos de Jacob decidieron engañar a Siquem y a su padre Hamor porque Siquem había deshonrado a su hermana Dina. 14 Así que ellos respondieron: “No podemos hacer algo así. No podemos darle nuestra hermana a un hombre que no está circuncidado,*+ porque es una deshonra para nosotros. 15 Solo podríamos hacerlo con una condición: que ustedes sean como nosotros y circunciden a todos sus varones.+ 16 Después les daremos a nuestras hijas y tomaremos a sus hijas para nosotros. Viviremos con ustedes y seremos un solo pueblo. 17 Pero, si no nos hacen caso y no se circuncidan, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos”.

18 A Hamor y a su hijo Siquem+ les pareció bien lo que pedían.+ 19 Y el joven se apresuró a hacer lo que pedían,+ porque de veras le gustaba la hija de Jacob. Además, él era el más respetable de toda la casa de su padre.

20 Así que Hamor y su hijo Siquem fueron a la puerta de la ciudad y les dijeron a los hombres de su ciudad:+ 21 “Estos hombres quieren seguir viviendo en paz con nosotros. Dejemos que se queden en nuestra tierra y que hagan negocios aquí. A fin de cuentas, hay suficiente tierra para ellos. Nosotros podremos casarnos con sus hijas y darles nuestras hijas a ellos.+ 22 Solo han puesto una condición: que todos nuestros varones se circunciden tal como ellos están circuncidados. Solamente así aceptarán quedarse a vivir con nosotros para formar un solo pueblo.+ 23 ¿No creen que entonces todos sus bienes, sus riquezas y sus animales serán nuestros? Pues hagamos lo que nos piden para que se queden a vivir con nosotros”. 24 Entonces todos los que salían por la puerta de la ciudad les hicieron caso a Hamor y a su hijo Siquem, y todos los varones —todos los que salían por la puerta de la ciudad— se circuncidaron.

25 Pero, al tercer día, cuando los hombres todavía estaban adoloridos, Simeón y Leví —dos hijos de Jacob que eran hermanos de Dina—+ tomaron una espada cada uno y fueron a la ciudad. Y allí, sin que nadie se lo esperara, mataron a todos los varones.+ 26 Mataron a espada a Hamor y a su hijo Siquem. Luego sacaron a Dina de la casa de Siquem y se fueron. 27 Los demás hijos de Jacob llegaron, vieron a los hombres muertos y saquearon la ciudad por haber deshonrado a su hermana.+ 28 Se llevaron sus rebaños, su ganado vacuno, sus burros y todo lo que había en la ciudad y en el campo. 29 También se apoderaron de sus bienes, se llevaron cautivos a sus niñitos y a sus mujeres y saquearon sus casas.

30 Al enterarse, Jacob les dijo a Simeón y a Leví:+ “Me han causado un gran problema. Por su culpa me aborrecerán* los habitantes del país: los cananeos y los perizitas. Nosotros somos pocos. Seguro que ellos se unirán para atacarme, y acabarán conmigo y con toda mi casa”. 31 Pero ellos contestaron: “¿Acaso íbamos a dejar que trataran a nuestra hermana como a una prostituta?”.

35 Después, Dios le dijo a Jacob: “Ponte en camino, sube a Betel+ y quédate allí. Y tienes que hacerle allí un altar al Dios verdadero, quien se te apareció cuando estabas huyendo de tu hermano Esaú”.+

2 Entonces Jacob les dijo a su familia y a todos los que estaban con él: “Desháganse de los dioses extranjeros que tengan,+ límpiense y cámbiense de ropa. 3 Pongámonos en camino y subamos a Betel. Allí le haré un altar al Dios verdadero, quien contestó mis súplicas en el día de mi angustia y quien ha estado conmigo dondequiera que* he ido”.+ 4 Así que ellos le dieron a Jacob todos los dioses extranjeros que tenían y los aretes que llevaban en las orejas, y Jacob lo enterró* todo debajo del árbol grande que estaba cerca de Siquem.

5 Cuando reanudaron su viaje, el terror de Dios se apoderó de las ciudades de los alrededores, de modo que nadie persiguió a los hijos de Jacob. 6 Tiempo después, Jacob llegó con toda su gente a Luz+ —es decir, Betel—, que está en la tierra de Canaán. 7 Allí construyó un altar y llamó al lugar El-Betel,* porque, cuando estaba huyendo de su hermano, allí se le había dado a conocer el Dios verdadero.+ 8 Más tarde murió Débora,+ la nodriza de Rebeca, y fue enterrada debajo de un roble, al pie de la colina donde estaba Betel. Por eso él llamó Alón-Bacut* a este árbol.

9 Mientras Jacob seguía su viaje desde Padán-Aram, Dios se le volvió a aparecer y lo bendijo. 10 Entonces Dios le dijo: “Tu nombre es Jacob.+ Pero ya no te llamarás Jacob, sino que tu nombre será Israel”. Así que empezó a llamarlo Israel.+ 11 Dios también le dijo: “Yo soy el Dios Todopoderoso.+ Ten muchos hijos y multiplícate. Llegarás a ser padre de naciones, de un gran grupo de naciones.+ Y entre tus descendientes habrá reyes.*+ 12 La tierra que les he dado a Abrahán y a Isaac te la daré a ti y también se la daré a tus descendientes”.+ 13 Entonces Dios dejó a Jacob y subió del lugar en el que había hablado con él.

14 Y Jacob levantó una columna, una columna de piedra, en el lugar donde Dios había hablado con él. Derramó una ofrenda líquida* sobre ella y le echó aceite encima.+ 15 Jacob siguió llamando Betel al lugar donde Dios había hablado con él.+

16 Entonces salieron de Betel. Ahora bien, estando todavía lejos de Efrat, Raquel empezó a dar a luz y el parto se le complicó. 17 Y, cuando más difícil se le estaba haciendo dar a luz, la partera le dijo: “No tengas miedo, porque también tendrás este niño”.+ 18 Pero Raquel se estaba muriendo. Y, justo antes de que la vida se le escapara,* lo llamó Ben-Oní.* Sin embargo, su padre lo llamó Benjamín.*+ 19 Así murió Raquel, y fue enterrada en el camino a Efrat, es decir, Belén.+ 20 Jacob levantó una columna sobre la tumba de ella. Esta es la columna de la tumba de Raquel hasta el día de hoy.

21 Después, Israel se fue de allí y colocó su tienda más allá de la torre de Éder. 22 Mientras Israel vivía en aquella tierra, un día Rubén fue y se acostó con Bilhá, la concubina de su padre, e Israel se enteró.+

Al final, Jacob tuvo 12 hijos. 23 Con Lea tuvo a su primogénito Rubén+ y también a Simeón, a Leví, a Judá, a Isacar y a Zabulón. 24 Con Raquel tuvo a José y a Benjamín. 25 Con Bilhá, la sierva de Raquel, tuvo a Dan y a Neftalí. 26 Y con Zilpá, la sierva de Lea, tuvo a Gad y a Aser. Estos son los hijos de Jacob, que él tuvo en Padán-Aram.

27 Tiempo después, Jacob llegó adonde estaba su padre Isaac. Llegó a Mamré,+ en el área de Quiryat-Arbá, es decir, Hebrón, donde Abrahán y también Isaac habían vivido como extranjeros.+ 28 Isaac vivió 180 años.+ 29 Entonces dio su último suspiro y murió, y fue reunido con su pueblo,* satisfecho tras una larga vida.* Sus hijos Esaú y Jacob lo enterraron.+

36 Esta es la historia de Esaú, es decir, Edom.+

2 Esaú se casó con mujeres de Canaán. Se casó con Adá+ hija de Elón el hitita+ y con Oholibamá+ hija de Aná y nieta de Zibeón el heveo. 3 También se casó con Basemat,+ hija de Ismael y hermana de Nebayot.+

4 Con Adá, Esaú tuvo un hijo llamado Elifaz, con Basemat tuvo un hijo llamado Reuel

5 y con Oholibamá tuvo a Jeús, Jalam y Coré.+

Estos fueron los hijos de Esaú, que él tuvo en la tierra de Canaán. 6 Después, Esaú se fue a otra tierra a cierta distancia de su hermano Jacob y se llevó a sus esposas, a sus hijos, a sus hijas y a todos los miembros de su casa, así como el ganado y los demás animales y todas las riquezas que había acumulado+ en la tierra de Canaán.+ 7 Como los dos habían acumulado muchos bienes, ya no podían vivir juntos. Tenían tantos animales que la tierra donde habían estado viviendo* ya no daba abasto para mantenerlos. 8 Así que Esaú se mudó a la región montañosa de Seír.+ Esaú es Edom.+

9 Esta es la historia de Esaú, el padre de los edomitas, que viven en la región montañosa de Seír.+

10 Los nombres de los hijos de Esaú son Elifaz hijo de Adá, esposa de Esaú, y Reuel hijo de Basemat, otra esposa de Esaú.+

11 Los hijos de Elifaz fueron Temán,+ Omar, Zefó, Gatam y Quenaz.+ 12 Y Elifaz, hijo de Esaú, tuvo una concubina llamada Timná. Con el tiempo, ella le dio a Elifaz un hijo llamado Amalec.+ Estos fueron los hijos de Adá, esposa de Esaú.

13 Los hijos de Reuel fueron Náhat, Zérah, Samá* y Mizá. Estos fueron los hijos de Basemat,+ esposa de Esaú.

14 Y Oholibamá hija de Aná —nieta de Zibeón y esposa de Esaú— le dio a Esaú estos hijos: Jeús, Jalam y Coré.

15 Los jeques* que salieron de los hijos de Esaú+ son los siguientes. De Elifaz —el primer hijo de Esaú— salieron el jeque Temán, el jeque Omar, el jeque Zefó, el jeque Quenaz,+ 16 el jeque Coré, el jeque Gatam y el jeque Amalec. Estos fueron los jeques de la familia de Elifaz+ en la tierra de Edom. Fueron los hijos de Adá.

17 De Reuel —hijo de Esaú— salieron el jeque Náhat, el jeque Zérah, el jeque Samá* y el jeque Mizá. Estos fueron los jeques de la familia de Reuel en la tierra de Edom.+ Fueron los hijos de Basemat, esposa de Esaú.

18 Por último, de Oholibamá —esposa de Esaú— salieron el jeque Jeús, el jeque Jalam y el jeque Coré. Estos fueron los jeques que salieron de Oholibamá hija de Aná y esposa de Esaú.

19 Estos fueron los hijos de Esaú —es decir, Edom—+ y los jeques que salieron de ellos.

20 Los hijos de Seír el horeo —los habitantes del país—+ fueron Lotán, Sobal, Zibeón, Aná,+ 21 Disón, Ézer y Disán.+ Estos fueron los jeques de los horeos —los hijos de Seír— en la tierra de Edom.

22 Los hijos de Lotán fueron Horí y Hemam. Y Timná era hermana de Lotán.+

23 Los hijos de Sobal fueron Alván, Manáhat, Ebal, Sefó y Onam.

24 Los hijos de Zibeón+ fueron Ayá y Aná. Este es el Aná que encontró aguas termales en el desierto mientras estaba cuidando los burros de su padre, Zibeón.

25 Aná tuvo un hijo llamado Disón y una hija llamada Oholibamá.

26 Los hijos de Disón fueron Hemdán, Esbán, Itrán y Kerán.+

27 Los hijos de Ézer fueron Bilhán, Zaaván y Acán.*

28 Los hijos de Disán fueron Uz y Arán.+

29 Estos fueron los jeques de los horeos: el jeque Lotán, el jeque Sobal, el jeque Zibeón, el jeque Aná, 30 el jeque Disón, el jeque Ézer y el jeque Disán.+ Estos fueron los jeques de los horeos que había en la tierra de Seír.

31 Ahora bien, los reyes que reinaron en la tierra de Edom+ antes de que los israelitas* tuvieran un rey son los siguientes.+ 32 Bela hijo de Beor reinó en Edom, y su ciudad se llamaba Dinhabá. 33 Cuando Bela murió, reinó en su lugar Jobab hijo de Zérah de Bozrá. 34 Cuando Jobab murió, reinó en su lugar Husam de la tierra de los temanitas. 35 Cuando Husam murió, reinó en su lugar Hadad hijo de Bedad, y su ciudad se llamaba Avit. Él venció a los madianitas+ en el territorio* de Moab. 36 Cuando Hadad murió, reinó en su lugar Samlá de Masrecá. 37 Cuando Samlá murió, reinó en su lugar Shaúl de Rehobot del Río. 38 Cuando Shaúl murió, reinó en su lugar Baal-Hanán hijo de Acbor. 39 Cuando Baal-Hanán hijo de Acbor murió, reinó en su lugar Hadar. Su ciudad se llamaba Paú y su esposa se llamaba Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezahab.

40 Así que los jeques que descendieron de Esaú —ordenados por familias y por regiones según sus nombres— fueron el jeque Timná, el jeque Alvá, el jeque Jetet,+ 41 el jeque Oholibamá, el jeque Elá,* el jeque Pinón, 42 el jeque Quenaz, el jeque Temán, el jeque Mibzar, 43 el jeque Magdiel y el jeque Iram. Estos fueron los jeques de Edom, ordenados por las regiones que ocuparon en su tierra.+ Este es Esaú, el padre de los edomitas.+

37 Ahora bien, Jacob siguió viviendo en la tierra de Canaán, donde su padre había vivido como extranjero.+

2 Esta es la historia de Jacob.

Cuando su hijo José+ tenía 17 años, el muchacho cuidaba los rebaños+ con los hijos de Bilhá+ y de Zilpá,+ las esposas de su padre. Y un día José le dio a su padre un mal informe de sus hermanos. 3 Israel quería a José más que a sus demás hijos+ porque era el hijo de su vejez, y él mandó hacerle una túnica especial.* 4 Cuando los hermanos de José vieron que su padre lo quería más que a todos ellos, empezaron a odiarlo. De hecho, no podían hablarle amablemente.

5 Una vez, José tuvo un sueño y se lo contó a sus hermanos,+ y eso hizo que lo odiaran todavía más. 6 Él les dijo: “Por favor, escuchen el sueño que tuve. 7 Estábamos amarrando gavillas* de grano en medio del campo, y entonces mi gavilla se levantó y se quedó de pie. Luego sus gavillas se pusieron alrededor de la mía y se inclinaron ante ella”.+ 8 Sus hermanos le dijeron: “¿Acaso vas a ser rey sobre nosotros y nos vas a gobernar?”.+ Así pues, los sueños de José y sus palabras hicieron que ellos lo odiaran todavía más.

9 Después, José tuvo otro sueño y se lo contó a sus hermanos. Les dijo: “He tenido otro sueño. Pero esta vez se inclinaban ante mí el sol, la luna y 11 estrellas”.+ 10 Se lo contó a su padre y a sus hermanos. Entonces su padre lo reprendió y le dijo: “¿Qué significa este sueño tuyo? ¿De veras vendremos tu madre, tus hermanos y yo a inclinarnos hasta el suelo delante de ti?”. 11 Y sus hermanos se pusieron celosos de José,+ pero su padre se quedó pensando en lo que él había dicho.

12 Un día, sus hermanos llevaron a pastar el rebaño de su padre cerca de Siquem.+ 13 Más tarde, Israel le dijo a José: “Tus hermanos están pastoreando los rebaños cerca de Siquem, ¿verdad? Ven, que quiero mandarte adonde están ellos”. Y José le respondió: “¡Aquí estoy para lo que mandes!”. 14 Así que su padre le dijo: “Por favor, ve a ver si tus hermanos están bien, fíjate en cómo está el rebaño y regresa para informarme”. Entonces lo mandó del valle* de Hebrón+ a Siquem. 15 Más tarde, un hombre se encontró a José dando vueltas por el campo y le preguntó: “¿Qué buscas?”. 16 José le dijo: “Busco a mis hermanos. Dime, por favor, ¿dónde están pastoreando ellos los rebaños?”. 17 Y el hombre le contestó: “Se fueron de aquí. Oí que dijeron: ‘Vámonos a Dotán’”. Así que José fue tras sus hermanos y los halló en Dotán.

18 Pero, antes de que él llegara adonde estaban sus hermanos, ellos lo vieron venir a lo lejos y se pusieron a tramar cómo matarlo. 19 Se dijeron unos a otros: “¡Miren! Ahí viene ese soñador.+ 20 Vengan, vamos a matarlo y a echarlo en una de las cisternas. Luego diremos que una fiera lo devoró. Ya veremos en qué terminan sus sueños”. 21 Pero, cuando Rubén+ oyó esto, intentó librarlo de ellos. Les dijo: “No le quitemos la vida”.*+ 22 Rubén añadió: “No derramen sangre.+ Échenlo en esta cisterna en el desierto, pero no le hagan daño”.*+ Y es que él quería librarlo de ellos para devolvérselo a su padre.

23 Así que, tan pronto como José llegó, sus hermanos le quitaron la túnica especial que llevaba puesta.+ 24 Entonces lo agarraron y lo echaron en la cisterna. En ese momento no había agua en la cisterna; estaba vacía.

25 Luego se sentaron a comer y, al levantar la vista, vieron que venía una caravana. Eran ismaelitas+ que bajaban de Galaad hacia Egipto. Sus camellos iban cargados de ládano,* bálsamo y corteza resinosa.+ 26 Entonces Judá les dijo a sus hermanos: “¿Y qué ganamos matando a nuestro hermano y manteniendo su muerte en secreto?*+ 27 Vamos a vendérselo+ a los ismaelitas, y no le hagamos daño nosotros. Después de todo, él es nuestro hermano y somos de la misma sangre”.* Así que ellos escucharon a su hermano. 28 Y, cuando los mercaderes madianitas+ pasaron por allí, los hermanos de José lo sacaron de la cisterna y se lo vendieron a los ismaelitas por 20 piezas de plata.+ De modo que aquellos hombres se llevaron a José a Egipto.

29 Más tarde, Rubén volvió a la cisterna y, al ver que José ya no estaba allí, se rasgó la ropa. 30 Luego volvió adonde estaban sus hermanos y gritó: “¡El muchacho ya no está! ¿Y ahora qué voy a hacer yo?”.

31 Entonces, agarraron la túnica de José, mataron un macho de las cabras y mojaron la túnica en la sangre. 32 Después le enviaron a su padre esa túnica especial y dijeron: “Encontramos esto. Por favor, comprueba si es la túnica de tu hijo o no”.+ 33 Después de revisarla, él gritó: “¡Es la túnica de mi hijo! ¡Una fiera lo habrá devorado! ¡De seguro José ha sido despedazado!”. 34 Entonces Jacob se rasgó la ropa, se puso tela de saco alrededor de la cintura y estuvo de duelo por su hijo durante muchos días. 35 Todos sus hijos y sus hijas trataban de consolarlo, pero él no se dejaba consolar. Más bien, decía: “¡Seguiré de duelo por mi hijo hasta que baje a la Tumba!”.*+ Y el padre de José siguió llorando por él.

36 Pues bien, los madianitas lo vendieron en Egipto. Se lo vendieron a Potifar, jefe de la guardia del faraón+ y funcionario* de la corte.+

38 Por ese entonces, Judá dejó a sus hermanos y colocó su tienda cerca de un hombre adulamita llamado Hirá. 2 Allí Judá vio a la hija de un cananeo+ llamado Súa, con la que se casó y tuvo relaciones. 3 Entonces ella quedó embarazada. Más tarde dio a luz un hijo, y él lo llamó Er.+ 4 De nuevo quedó embarazada, y tuvo un niño al que llamó Onán. 5 Y volvió a dar a luz un hijo y lo llamó Selá. Él* estaba en Aczib+ cuando ella tuvo este hijo.

6 Con el tiempo, Judá casó a su hijo mayor Er con una mujer llamada Tamar.+ 7 Pero a Jehová le desagradaba la conducta de Er, el hijo mayor de Judá. Así que Jehová le dio muerte. 8 En vista de eso, Judá le dijo a Onán: “Cásate con la esposa de tu hermano y cumple con el matrimonio de cuñado. Ten relaciones con ella para darle descendencia a tu hermano”.+ 9 Pero Onán sabía que esa descendencia no se consideraría suya.+ Así que, cuando tenía relaciones con la esposa de su hermano, derramaba* su semen en el suelo para no darle descendencia a su hermano.+ 10 Pero lo que hacía estaba mal a los ojos de Jehová. Por lo tanto, a él también le dio muerte.+ 11 Entonces Judá le dijo a Tamar, su nuera: “Quédate en la casa de tu padre y mantente viuda hasta que mi hijo Selá sea mayor”. Y es que pensaba: “No sea que él también muera como sus hermanos”.+ Así que Tamar se fue y se quedó en la casa de su padre.

12 Con el tiempo murió la esposa de Judá, que era hija de Súa.+ Cuando Judá terminó el periodo de duelo, fue con su amigo Hirá el adulamita+ adonde estaban los esquiladores de sus ovejas en Timná.*+ 13 Entonces alguien le dijo a Tamar: “Tu suegro está subiendo a Timná* para esquilar sus ovejas”. 14 Así que ella se quitó su ropa de viuda, se cubrió el rostro, se puso un chal y se sentó a la entrada de Enaim, que está en el camino que va a Timná.* Hizo esto porque veía que Selá ya era mayor y todavía no la habían casado con él.+

15 Cuando Judá la vio, enseguida pensó que era una prostituta, porque Tamar se había cubierto el rostro. 16 De modo que se apartó del camino, fue hacia ella y, como no sabía que era su nuera, le pidió: “Déjame tener relaciones contigo, por favor”.+ Ella le respondió: “¿Qué me darás a cambio de tener relaciones conmigo?”. 17 “Te enviaré un cabrito de mi rebaño”, dijo él. Pero ella le contestó: “¿Me dejarás alguna garantía hasta que me lo envíes?”. 18 Él le preguntó: “¿Qué quieres que te deje como garantía?”. Entonces ella le dijo: “Tu anillo de sellar+ con su cordón y la vara que tienes en la mano”. Así que él se los dio, tuvo relaciones con Tamar y la dejó embarazada. 19 Después, ella se levantó y se fue, se quitó el chal y se vistió con su ropa de viuda.

20 Judá envió a su amigo, el adulamita,+ para que llevara el cabrito y recuperara la garantía que le había dejado a la mujer, pero este no la encontró. 21 Así que les preguntó a los hombres del lugar: “¿Dónde está aquella prostituta de templo que estaba en Enaim junto al camino?”. Pero ellos le dijeron: “Aquí nunca ha habido una prostituta de templo”. 22 Al final, él regresó adonde estaba Judá y le dijo: “No la encontré. Es más, los hombres del lugar me dijeron: ‘Aquí nunca ha habido una prostituta de templo’”. 23 Así que Judá le dijo: “Que se quede con las cosas, no sea que se burlen de nosotros. En cualquier caso, yo le envié el cabrito a ella, pero tú no la encontraste”.

24 Unos tres meses después le dijeron a Judá: “Tu nuera Tamar se ha prostituido. Y, por haberse prostituido, ahora está embarazada”. Entonces Judá dijo: “Llévenla afuera y que la quemen”.+ 25 Mientras la iban llevando afuera, ella le envió este mensaje a su suegro: “El hombre del que estoy embarazada es el dueño de estas cosas”. Y añadió: “Por favor, comprueba de quién son este anillo de sellar, este cordón y esta vara”.+ 26 Judá examinó las cosas y dijo: “Ella es más justa que yo, porque yo no la entregué a mi hijo Selá”.+ Después de aquello no volvió a tener relaciones sexuales con ella.

27 Pues bien, cuando a ella le llegó el momento de dar a luz, resultó que tenía gemelos en su vientre. 28 Mientras ella daba a luz, uno de ellos sacó la mano. Enseguida la partera agarró un hilo rojo escarlata, se lo ató a la mano y dijo: “Este salió primero”. 29 Pero él volvió a meter la mano y su hermano fue el que salió. Así que la partera exclamó: “¡Qué desgarro hiciste!”. Por eso lo llamaron Pérez.*+ 30 Y después salió su hermano, que tenía el hilo rojo escarlata atado a la mano. A él lo llamaron Zérah.+

39 Pues bien, los ismaelitas+ llevaron a José a Egipto.+ Allí se lo vendieron a un egipcio llamado Potifar,+ que era jefe de la guardia del faraón y funcionario* de la corte. 2 Pero Jehová estaba con José.+ Así que le fue bien, y su amo, el egipcio, lo puso como encargado de su casa. 3 Su amo se dio cuenta de que Jehová estaba con José y de que Jehová se encargaba de que le saliera bien todo lo que hacía.

4 José siguió ganándose el favor de Potifar y se convirtió en su ayudante personal. Así que Potifar lo puso a cargo de la casa y de todo lo que tenía. 5 Desde el momento en que lo puso a cargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová empezó a bendecir la casa del egipcio debido a José. Jehová bendijo todo lo que él tenía en la casa y en el campo.+ 6 Al final, Potifar dejó al cuidado de José todo lo que tenía. No tenía que preocuparse de nada, únicamente de lo que quería comer. Además, José se convirtió en un joven fornido y atractivo.

7 Entonces la esposa de su amo empezó a fijarse en José y a decirle: “Acuéstate conmigo”. 8 Pero él se negaba y le decía a la esposa de su amo: “Mira, mi amo no se preocupa de nada de la casa porque me tiene a mí, y me ha confiado todo lo que tiene. 9 No hay nadie con más autoridad que yo en esta casa. Y él ha puesto todo a mi disposición excepto a ti, porque eres su esposa. Así que ¿cómo podría yo hacer algo tan malo y de hecho pecar contra Dios?”.+

10 Ella insistía día tras día, pero José nunca aceptaba acostarse con ella ni quedarse con ella. 11 Sin embargo, uno de los días en que entró en la casa a hacer su trabajo no había ningún sirviente dentro. 12 Entonces ella lo agarró por la ropa y le dijo: “¡Acuéstate conmigo!”. Pero él salió huyendo y dejó su ropa entre las manos de ella. 13 Cuando ella vio que José había salido huyendo y que había dejado la ropa entre sus manos, 14 ella se puso a llamar a gritos a los hombres de la casa y les dijo: “¡Miren! Ese hebreo que nos trajo mi esposo ha querido reírse de nosotros. Intentó acostarse conmigo, pero yo me puse a gritar con todas mis fuerzas. 15 Y, tan pronto como oyó que levantaba la voz y me ponía a gritar, salió huyendo y dejó su ropa junto a mí”. 16 Luego colocó la ropa de él a su lado y esperó a que el amo de José regresara a la casa.

17 Entonces ella le contó a Potifar la misma historia. Le dijo: “El siervo hebreo que tú nos trajiste ha querido reírse de mí. 18 Pero, tan pronto como levanté la voz y me puse a gritar, salió huyendo y dejó su ropa junto a mí”. 19 Cuando el amo de José oyó que su esposa le decía “Tu siervo me hizo esto y aquello”, se puso muy furioso. 20 Así que el amo de José lo agarró y lo metió en la prisión donde se encerraba a los presos del rey. Y José se quedó encerrado en prisión.+

21 Pero Jehová continuó con José. Siguió mostrándole amor leal e hizo que tuviera el favor del jefe de la prisión.+ 22 Por eso, el jefe de la prisión puso a José a cargo de todos los presos que estaban encerrados allí. José era el encargado de que ellos realizaran todo lo que tenían que hacer.+ 23 Y el jefe de la prisión no se preocupaba de nada de lo que había puesto al cuidado de José, porque Jehová estaba con José y Jehová se encargaba de que le saliera bien todo lo que hacía.+

40 Tiempo después, el jefe de los coperos+ del rey de Egipto y el jefe de los panaderos pecaron contra su señor, el rey de Egipto. 2 Y el faraón se indignó con estos dos funcionarios, es decir, con el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos.+ 3 Así que los encerró en la prisión de la casa del jefe de la guardia,+ donde estaba encerrado José.+ 4 El jefe de la guardia le encargó a José que estuviera con ellos y los atendiera,+ y ellos siguieron en prisión durante algún tiempo.*

5 Ahora bien, tanto el copero como el panadero del rey de Egipto, que estaban encerrados en la prisión, tuvieron un sueño cada uno la misma noche. Y cada sueño tenía su propia interpretación. 6 A la mañana siguiente, cuando José entró adonde estaban ellos, se veían decaídos. 7 Entonces, les preguntó a estos funcionarios del faraón que estaban encerrados con él en la casa de su amo: “¿Por qué tienen hoy esas caras tan tristes?”. 8 Ellos le contestaron: “Cada uno de nosotros tuvo un sueño, pero no tenemos ningún intérprete”. Así que José les dijo: “¿No le pertenecen a Dios las interpretaciones?+ Cuéntenme sus sueños, por favor”.

9 El jefe de los coperos le contó su sueño a José. Le dijo: “En mi sueño había una vid delante de mí 10 que tenía tres ramitas. La vid echó brotes, floreció y produjo racimos de uvas maduras. 11 Yo tenía la copa del faraón en la mano. Así que agarré las uvas y las exprimí en la copa del faraón. Después le di la copa al faraón”. 12 Entonces José le dijo: “Esta es la interpretación de tu sueño. Las tres ramitas son tres días. 13 Dentro de tres días, el faraón te pondrá en libertad* y te devolverá a tu puesto.+ Volverás a darle la copa al faraón como antes, cuando eras su copero.+ 14 Eso sí, tienes que acordarte de mí cuando te vaya bien. Por favor, muéstrame amor leal y háblale de mí al faraón para que me saquen de aquí. 15 Resulta que me secuestraron de la tierra de los hebreos,+ y aquí no he hecho nada para que me metan en prisión”.*+

16 Cuando el jefe de los panaderos vio que José había interpretado algo bueno, le dijo: “Yo también estaba en mi sueño y tenía tres canastas de pan blanco sobre la cabeza. 17 En la canasta de arriba había todo tipo de productos horneados para el faraón, y las aves se los comían de esa canasta”. 18 Entonces José le explicó: “Esta es la interpretación de tu sueño. Las tres canastas son tres días. 19 Dentro de tres días, el faraón te cortará la cabeza* y te colgará en un madero, y las aves se comerán tu carne”.+

20 Pues bien, tres días después fue el cumpleaños del faraón.+ Así que el faraón hizo un banquete para todos sus siervos y mandó traer* al jefe de los coperos y al jefe de los panaderos delante de sus siervos. 21 Entonces devolvió a su puesto al jefe de los coperos, quien siguió dándole la copa al faraón. 22 Pero hizo que colgaran al jefe de los panaderos, tal como José les había dicho cuando interpretó sus sueños.+ 23 Sin embargo, el jefe de los coperos se olvidó de José, y siguió sin acordarse de él.+

41 Pasaron dos años completos. Entonces el faraón soñó+ que estaba de pie junto al río Nilo. 2 De pronto salieron del río siete vacas gordas y hermosas que se pusieron a pastar a orillas del Nilo.+ 3 Después de ellas, salieron del Nilo siete vacas flacas y feas que se pararon en la orilla del río, al lado de las vacas gordas. 4 Entonces las vacas flacas y feas se pusieron a devorar a las siete vacas gordas y hermosas. Y ahí se despertó el faraón.

5 Luego volvió a dormirse y tuvo un segundo sueño. Esta vez había siete espigas llenas de grano excelente que salían del mismo tallo.+ 6 Después de ellas crecieron siete espigas que eran delgadas y estaban quemadas por el viento del este. 7 Y las espigas delgadas empezaron a tragarse a las siete espigas llenas de grano excelente. Ahí se despertó el faraón y se dio cuenta de que había sido un sueño.

8 A la mañana siguiente, él* estaba inquieto. Así que el faraón mandó llamar a todos los sacerdotes-magos y sabios de Egipto y les contó sus sueños, pero no hubo nadie que pudiera interpretárselos.

9 Entonces el jefe de los coperos le dijo al faraón: “Hoy tengo que confesar mis pecados. 10 El faraón se indignó con sus siervos, así que ordenó que nos metieran a mí y al jefe de los panaderos en la prisión de la casa del jefe de la guardia.+ 11 Después, cada uno de nosotros tuvo un sueño la misma noche, y cada sueño tenía su propia interpretación.+ 12 Resulta que allí con nosotros había un joven hebreo, un siervo del jefe de la guardia.+ Cuando le contamos nuestros sueños,+ él nos interpretó su significado. 13 Y ocurrió exactamente lo que él nos había interpretado: a mí me devolvieron a mi puesto y al otro hombre lo colgaron”.+

14 Así que el faraón mandó buscar a José,+ y enseguida lo trajeron de la prisión.*+ José se afeitó, se cambió de ropa y se presentó ante el faraón. 15 Entonces el faraón le dijo a José: “He tenido un sueño, pero no hay nadie que pueda interpretármelo. Y me han dicho que, cuando te cuentan un sueño, tú puedes interpretarlo”.+ 16 José le respondió al faraón: “Yo no soy nadie. Es Dios el que hablará sobre el bienestar del faraón”.+

17 El faraón entonces le dijo a José: “En mi sueño, yo estaba de pie a la orilla del río Nilo. 18 De pronto salieron del Nilo siete vacas gordas y hermosas que se pusieron a pastar a orillas del río.+ 19 Después de ellas salieron siete vacas desnutridas, horribles y flacas. Nunca he visto vacas tan horribles en toda la tierra de Egipto. 20 Y las vacas flacas y feas empezaron a devorar a las siete vacas gordas. 21 Pero, cuando terminaron de comérselas, nadie habría pensado que se las habían comido, porque su aspecto seguía siendo tan malo como antes. Y ahí me desperté.

22 ”Después de eso vi en mi sueño siete espigas llenas de grano excelente que salían del mismo tallo.+ 23 A continuación, crecieron siete espigas de grano seco que eran delgadas y estaban quemadas por el viento del este. 24 Entonces las espigas delgadas empezaron a tragarse a las siete espigas llenas de grano excelente. Les conté el sueño a los sacerdotes-magos,+ pero no hubo nadie que pudiera explicármelo”.+

25 José le dijo al faraón: “Los sueños del faraón significan lo mismo. El Dios verdadero hará algo y él se lo ha anunciado al faraón.+ 26 Las siete vacas sanas son siete años, y las siete espigas buenas también son siete años. Estos sueños significan lo mismo. 27 Las siete vacas flacas y feas que salieron después de las otras son siete años. Las siete espigas vacías y quemadas por el viento del este serán siete años de hambre. 28 Tal y como acabo de decirle al faraón, el Dios verdadero le ha mostrado al faraón lo que va a hacer.

29 ”Durante siete años habrá gran abundancia en toda la tierra de Egipto. 30 Pero después vendrán siete años de hambre que realmente harán olvidar toda la abundancia de la tierra de Egipto. El hambre consumirá la tierra.+ 31 Y nadie se acordará de la abundancia que hubo antes en el país, porque el hambre que vendrá después será terrible. 32 El faraón tuvo este sueño dos veces porque el Dios verdadero ha decidido firmemente hacer todo esto, y el Dios verdadero lo hará dentro de poco.

33 ”Por lo tanto, que el faraón busque a un hombre que sea prudente y sabio, y que lo ponga a cargo de la tierra de Egipto. 34 Que el faraón actúe de inmediato y nombre supervisores en el país para que se recoja la quinta parte de lo que produzca Egipto durante los siete años de abundancia.+ 35 Ellos deben reunir todos estos víveres durante los años buenos que vienen. Y deben almacenar el grano en las ciudades y tenerlo guardado allí.+ Este grano pertenecerá al faraón. 36 Los víveres servirán para alimentar al país durante los siete años de hambre que vendrán sobre la tierra de Egipto. Así el país no morirá de hambre”.+

37 Pues bien, esta propuesta les pareció bien al faraón y a todos sus siervos. 38 Así que el faraón les dijo a sus siervos: “¿Acaso encontraremos otro hombre como este, que tiene el espíritu de Dios?”. 39 Entonces el faraón le dijo a José: “No hay nadie tan prudente y sabio como tú, puesto que Dios te ha revelado todo esto a ti. 40 Tú personalmente estarás a cargo de mi casa. Todo mi pueblo te obedecerá sin reservas.+ Solo yo seré superior a ti, porque soy el rey”.* 41 Además, el faraón le dijo a José: “Mira, te pongo a cargo de toda la tierra de Egipto”.+ 42 El faraón se quitó el anillo de sellar de su propia mano y lo puso en la mano de José. Luego lo vistió con ropa de lino fino y le colocó en el cuello un collar de oro. 43 También hizo que se subiera en el segundo carro de honor del faraón, y delante de él iban gritando: “¡Avrékh!”.* Así fue como el faraón lo puso a cargo de toda la tierra de Egipto.

44 El faraón también le dijo a José: “Yo soy el faraón, pero nadie podrá hacer nada* en toda la tierra de Egipto sin tu autorización”.+ 45 Después de aquello, el faraón llamó Zafenat-Panéah a José y le dio como esposa a Asenat+ hija de Potifera, el sacerdote de On.* Y José quedó a cargo de* toda la tierra de Egipto.+ 46 José tenía 30 años+ cuando se presentó ante* el faraón, el rey de Egipto.

Entonces José se retiró de la presencia del faraón y salió a recorrer toda la tierra de Egipto. 47 Durante los siete años de abundancia, la tierra siguió produciendo muchísimo.* 48 Él estuvo reuniendo los víveres de la tierra de Egipto durante estos siete años y los almacenó en las ciudades. En cada ciudad guardaba lo que producían los campos de los alrededores. 49 José siguió almacenando muchísimo grano, tanto como los granos de arena del mar. Llegó a haber tanto que no podían medirlo, y al final tuvieron que dejar de medirlo.

50 Y, antes de que empezaran los años de hambre, José tuvo dos hijos.+ La madre fue Asenat hija de Potifera, el sacerdote de On.* 51 José llamó Manasés* a su primer hijo,+ porque decía: “Dios me ha hecho olvidar todas mis desgracias y a toda la casa de mi padre”. 52 Al segundo lo llamó Efraín,*+ porque decía: “Dios me ha hecho fructífero en la tierra de mis sufrimientos”.+

53 Con el tiempo terminaron los siete años de abundancia en la tierra de Egipto.+ 54 Entonces comenzaron los siete años de hambre, tal como había dicho José.+ Y hubo hambre en todos los países, pero en toda la tierra de Egipto había pan.+ 55 Al final, el hambre alcanzó la tierra de Egipto, y el pueblo empezó a pedirle pan al faraón desesperadamente.+ Así que el faraón les dijo a los egipcios: “Vayan adonde está José y hagan todo lo que él les diga”.+ 56 Y seguía habiendo hambre en toda la superficie de la tierra.+ Entonces José empezó a abrir todos los graneros que tenían y a venderles grano a los egipcios,+ porque el hambre se había apoderado de la tierra de Egipto. 57 Y gente de toda la tierra llegaba a Egipto para comprarle grano a José, porque el hambre se había apoderado de toda la tierra.+

42 Cuando Jacob se enteró de que había grano en Egipto,+ les dijo a sus hijos: “¿Por qué están mirándose unos a otros sin hacer nada?”. 2 Y añadió: “He oído que hay grano en Egipto. Bajen allá y compren grano para que sobrevivamos y no nos muramos de hambre”.+ 3 Así que 10 de los hermanos de José+ bajaron a Egipto a comprar grano. 4 Pero Jacob no dejó que Benjamín,+ el hermano de José, acompañara a sus hermanos, porque decía: “No sea que tenga un accidente y muera”.+

5 De manera que los hijos de Israel fueron a Egipto con otra gente que iba a comprar grano, ya que el hambre había llegado hasta la tierra de Canaán.+ 6 Pues bien, José era el que estaba a cargo de todo el país+ y el que vendía grano a gente de toda la tierra.+ Por eso los hermanos de José fueron adonde estaba él y se inclinaron ante él rostro a tierra.+ 7 Tan pronto como José los vio, reconoció a sus hermanos, pero les ocultó quién era.+ Entonces, les preguntó con rudeza: “¿De dónde vienen?”. Ellos le respondieron: “Venimos de la tierra de Canaán a comprar alimento”.+

8 Así pues, José reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron a él. 9 Enseguida José recordó los sueños que había tenido sobre ellos+ y les dijo: “¡Ustedes son espías! ¡Han venido a averiguar los puntos débiles* del país!”. 10 Pero ellos le dijeron: “No, mi señor. Somos tus siervos y hemos venido a comprar alimento. 11 Todos somos hijos del mismo padre. Somos gente honrada. Tus siervos no son espías”. 12 “¡Eso no es cierto! —les dijo él—. ¡Han venido a averiguar los puntos débiles del país!”. 13 Pero ellos contestaron: “Nosotros, tus siervos, somos 12 hermanos.+ Todos somos hijos del mismo hombre+ de la tierra de Canaán. El más joven se quedó con nuestro padre+ y el otro ya no está con nosotros”.+

14 Sin embargo, José les dijo: “Ya lo he dicho: ‘¡Ustedes son espías!’. 15 Los voy a poner a prueba. Les juro por la vida del faraón que ustedes no saldrán de aquí hasta que venga su hermano menor.+ 16 Que uno de ustedes vaya a buscar a su hermano mientras los demás se quedan encerrados aquí. Así veremos si están diciendo la verdad. Y, si no, por la vida del faraón que ustedes son espías”. 17 Dicho esto, los encerró a todos durante tres días.

18 Al tercer día, José les dijo: “Yo temo a Dios, así que hagan lo que les digo y vivirán. 19 Si son gente honrada, que uno de ustedes se quede en esta prisión donde están encerrados mientras los demás hermanos se van y llevan grano para calmar el hambre de sus familias.+ 20 Luego tráiganme a su hermano menor para demostrar que dicen la verdad, y entonces no morirán”. Así que ellos aceptaron lo que les dijo.

21 Y se pusieron a decirse: “De seguro estamos pagando por lo que le hicimos a nuestro hermano.+ Vimos su angustia cuando nos suplicaba que le tuviéramos compasión, pero no le hicimos caso. Por eso ahora nosotros estamos sufriendo esta angustia”. 22 Rubén les dijo: “¿Recuerdan que les pedí ‘No le hagan daño al muchacho’* y que ustedes no me escucharon?+ Pues ahora tenemos que rendir cuentas por su sangre”.+ 23 Pero ellos no sabían que José podía entenderlos, porque les hablaba mediante un intérprete. 24 Entonces, José se apartó y se echó a llorar.+ Y, cuando regresó a hablar con ellos, agarró a Simeón+ y lo ató delante de ellos.+ 25 Después, José mandó que les llenaran de grano los costales* y que volvieran a meter el dinero de cada hombre en su costal. También mandó que les dieran provisiones para el viaje. Y así se hizo.

26 Luego ellos pusieron la carga de grano sobre los burros y se fueron. 27 Cuando llegaron al lugar donde iban a hospedarse, uno de ellos abrió su costal para darle alimento a su burro y vio que en la boca del costal estaba su dinero. 28 De inmediato les dijo a sus hermanos: “¡Me devolvieron el dinero! ¡Miren! ¡Está en mi costal!”. Al oírlo, todos se asustaron y, temblando, se dijeron unos a otros: “¿Pero qué es lo que Dios nos ha hecho?”.

29 Cuando llegaron adonde estaba su padre Jacob en la tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había pasado. Le dijeron: 30 “El señor del país nos habló con rudeza+ y nos acusó de querer espiar el país. 31 Pero nosotros le dijimos: ‘Somos gente honrada. No somos espías.+ 32 Somos 12 hermanos,+ hijos del mismo padre. Uno ya no está con nosotros+ y el menor está con nuestro padre en la tierra de Canaán’.+ 33 Pero el señor del país nos dijo: ‘Sabré que son gente honrada si hacen lo que les voy a decir. Dejen conmigo a uno de sus hermanos.+ Tomen grano para calmar el hambre de sus familias y váyanse.+ 34 Luego tráiganme a su hermano menor para que yo vea que son gente honrada y no unos espías. Entonces les devolveré a su hermano y ustedes podrán comprar lo que quieran en el país’”.

35 Al vaciar los costales, cada uno encontró su bolsa de dinero en su costal. Cuando ellos y su padre vieron las bolsas de dinero, se asustaron. 36 Entonces su padre Jacob exclamó: “¡Ustedes me están quitando a mis hijos!+ ¡José ya no está con nosotros!+ ¡Simeón ya no está con nosotros!+ ¡Y ahora quieren llevarse a Benjamín! ¡Soy yo el que está sufriendo todas estas cosas!”. 37 Pero Rubén le dijo a su padre: “Si no te lo traigo de vuelta, puedes matar a mis dos hijos.+ Déjamelo a mi cuidado y yo te lo traeré de vuelta”.+ 38 Sin embargo, Jacob respondió: “Mi hijo no bajará con ustedes, porque su hermano ha muerto y solo queda él.+ Si tuviera un accidente durante el viaje y muriera, de la tristeza harían descender mis canas a la Tumba”.*+

43 Pues bien, el hambre era muy grave en el país.+ 2 De modo que, cuando se acabó el grano que ellos habían traído de Egipto,+ su padre les dijo: “Vuelvan y compren un poco más de alimento”. 3 Entonces Judá le dijo: “El hombre nos advirtió claramente: ‘No vuelvan a presentarse ante mí sin su hermano’.+ 4 Si dejas que nuestro hermano venga con nosotros, bajaremos a comprarte alimento. 5 Pero, si no lo dejas venir, no bajaremos, pues el hombre nos dijo: ‘No vuelvan a presentarse ante mí sin su hermano’”.+ 6 Entonces, Israel+ les preguntó: “¿Cómo pudieron hacerme esto? ¿Para qué le dijeron a ese hombre que tenían otro hermano?”. 7 Ellos le respondieron: “El hombre nos preguntó directamente sobre nosotros y nuestros parientes. Nos preguntó: ‘¿Todavía vive su padre? ¿Tienen algún otro hermano?’. Y nosotros le contestamos sus preguntas.+ ¿Cómo íbamos a saber que él nos diría ‘Bajen acá con su hermano’?”.+

8 Entonces Judá le insistió a su padre Israel: “Deja que yo me lleve al muchacho,+ y permítenos ir para que sobrevivamos y no vayamos a morir+ ni nosotros ni tú ni nuestros hijos.+ 9 Te garantizo que no le pasará nada.*+ Yo asumo la responsabilidad. Si no te lo traigo de vuelta y te lo entrego, cargaré con ese pecado contra ti para siempre. 10 Pero ya habríamos podido ir y volver dos veces si no nos hubiéramos tardado”.

11 De modo que su padre Israel les dijo: “Si así tiene que ser, hagan lo que voy a decirles. Metan en sus costales* los mejores productos del país y llévenselos de regalo a ese hombre:+ un poco de bálsamo,+ un poco de miel, ládano, corteza resinosa,+ pistachos y almendras. 12 Llévense el doble de dinero y también llévense de vuelta el dinero que les devolvieron en la boca de sus costales.+ Quizás fue un error. 13 Llévense a su hermano y regresen adonde está ese hombre. 14 Que el Dios Todopoderoso permita que ese hombre les tenga compasión y deje en libertad a su otro hermano y a Benjamín. Y yo, si tengo que perder a mis hijos, los perderé”.+

15 Así que, después de tomar el regalo y el doble de dinero, se pusieron en camino y bajaron a Egipto con Benjamín. Allí se presentaron de nuevo ante José.+ 16 Cuando José vio a Benjamín con ellos, enseguida le dijo al hombre que estaba a cargo de su casa: “Lleva a estos hombres a la casa, mata unos animales y prepara una comida, porque van a comer conmigo al mediodía”. 17 Inmediatamente, el hombre hizo tal como le había dicho José+ y los llevó a la casa de José. 18 Pero los hombres se asustaron cuando los llevaron a la casa de José. Se pusieron a decir: “Nos han traído aquí por el dinero que nos devolvieron la vez pasada en nuestros costales. ¡Ahora van a atacarnos y a hacernos sus esclavos, y van a quedarse con nuestros burros!”.+

19 Por eso se acercaron al hombre que estaba a cargo de la casa de José y hablaron con él a la entrada de la casa. 20 Le dijeron: “¡Discúlpanos, mi señor! La primera vez que bajamos acá fue para comprar alimento.+ 21 Pero, de regreso, cuando llegamos al lugar donde íbamos a hospedarnos y empezamos a abrir nuestros costales, resulta que nos encontramos con que el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal. Allí estaba todo nuestro dinero en su justo peso.+ Así que quisiéramos devolverlo en persona. 22 Además, hemos traído más dinero para comprar alimento. La verdad es que no sabemos quién puso nuestro dinero en nuestros costales”.+ 23 Entonces él les dijo: “No tengan miedo. Todo está bien. El Dios de ustedes y el Dios de su padre puso ese tesoro en sus costales. Su dinero llegó a mí primero”. Después de eso les trajo a Simeón.+

24 Luego el hombre los hizo entrar a la casa de José, les dio agua para lavarse los pies y alimento para sus burros. 25 Como ellos se enteraron de que José llegaría al mediodía y de que comerían allí con él,+ prepararon el regalo que le traían.+ 26 Cuando José entró a la casa, ellos le llevaron el regalo a la casa y se postraron ante él rostro a tierra.+ 27 Después, José les preguntó cómo estaban. También les preguntó: “¿Cómo está su anciano padre, de quien me habían hablado? ¿Sigue vivo?”.+ 28 Ellos le contestaron: “Tu siervo, nuestro padre, está bien. Todavía está vivo”. Entonces se inclinaron y se postraron.+

29 Cuando levantó la vista y vio a su hermano Benjamín, hijo de su misma madre,+ preguntó: “¿Es este el hermano del que me habían hablado? ¿El hermano más joven?”.+ Y añadió: “Que Dios te muestre su favor, hijo mío”. 30 Pero José no pudo contener sus emociones al ver a su hermano. Así que salió rápidamente porque estaba a punto de llorar, entró a un cuarto privado y rompió a llorar.+ 31 Después se lavó la cara y, una vez controladas sus emociones, salió y dijo: “Sirvan la comida”. 32 A él le sirvieron en una mesa, a ellos en otra y a los egipcios que estaban con José en otra. Y es que los egipcios no podían comer con los hebreos porque eso es algo detestable para los egipcios.+

33 Así que sentaron a sus hermanos* delante de él. Pusieron al mayor donde le correspondía por su derecho de primogénito+ y al menor donde le correspondía por su edad. Y ellos se miraban unos a otros asombrados. 34 José hacía que les llevaran raciones de la comida que había en su mesa a la mesa de ellos. Pero la ración que mandaba servir a Benjamín era cinco veces mayor que la de los demás.+ Y continuaron comiendo y bebiendo con él hasta quedar satisfechos.

44 Más tarde, José le ordenó al hombre que estaba a cargo de su casa: “Llena los costales de los hombres con tanta comida como puedan llevar y pon el dinero de cada uno en la boca de su costal.+ 2 Pero en la boca del costal del más joven, además del dinero del grano de él, debes poner mi copa, la copa de plata”. Pues bien, el hombre hizo lo que José le había mandado.

3 Al amanecer, los hombres se marcharon junto con sus burros. 4 Todavía no se habían alejado mucho de la ciudad cuando José le dijo al hombre que estaba a cargo de su casa: “¡Corre! ¡Ve tras ellos! Cuando los alcances, diles: ‘¿Por qué han devuelto mal por bien? 5 ¿No es esta la copa de la que bebe mi amo y con la que interpreta los presagios* con exactitud? Lo que han hecho está muy mal’”.

6 Así que él los alcanzó y eso fue lo que les dijo. 7 Pero ellos le contestaron: “¿Por qué dice eso mi señor? Tus siervos jamás harían algo así. 8 ¡Pero si te hemos traído desde la tierra de Canaán el dinero que encontramos en la boca de nuestros costales!+ ¿Cómo íbamos a robar oro o plata de la casa de tu amo? 9 Si mi señor encuentra lo que busca, que muera aquel de nosotros que lo tenga, y los demás seremos esclavos de mi amo”. 10 Entonces, él les dijo: “Se hará como ustedes dicen. Pero solo el que tenga lo que busco será mi esclavo. El resto de ustedes será declarado inocente”. 11 Enseguida, todos bajaron sus costales al suelo y cada uno abrió el suyo. 12 Él se puso a buscar en cada costal, empezando por el del hermano mayor y terminando por el del más joven. Y la copa se encontró en el costal de Benjamín.+

13 Entonces ellos rasgaron sus ropas. Luego cada uno volvió a cargar su burro, y regresaron a la ciudad. 14 Cuando Judá+ y sus hermanos llegaron a la casa de José, él todavía estaba allí. Así que ellos cayeron al suelo ante él.+ 15 José les dijo: “¿Qué es esto que han hecho? ¿No sabían que un hombre como yo puede interpretar los presagios con exactitud?”.+ 16 Judá le contestó: “¿Qué podemos decirle a mi amo? ¿Qué explicación podemos dar? ¿Cómo podemos demostrar nuestra inocencia? El Dios verdadero ha descubierto el error que cometieron tus esclavos.+ ¡Ahora todos, tanto nosotros como el que tenía la copa, seremos esclavos de mi amo!”. 17 Sin embargo, José exclamó: “¡Yo nunca haría algo semejante! El hombre que tenía la copa es el que será mi esclavo.+ Los demás pueden ir en paz y regresar con su padre”.

18 Entonces Judá se acercó a él y le dijo: “Te lo suplico, amo mío, por favor, permíteme hablar contigo y no te enojes conmigo, que soy tu esclavo, porque tú eres como el mismísimo faraón.+ 19 Amo mío, tú nos preguntaste a nosotros, tus esclavos: ‘¿Tienen padre? ¿Tienen más hermanos?’. 20 Y nosotros le dijimos a mi amo: ‘Sí, tenemos padre, pero ya es anciano. También tenemos otro hermano, el más joven.+ Nuestro padre lo tuvo a él cuando ya era mayor, y es el único que queda de los hijos que tuvo su madre,+ porque su hermano murió.+ Y su padre lo ama muchísimo’. 21 Después de eso les dijiste a tus esclavos: ‘Tráiganmelo para que yo lo vea’.+ 22 Nosotros le explicamos a mi amo: ‘El muchacho no puede separarse de su padre. Si lo hiciera, seguro que su padre moriría’.+ 23 Pero tú les dijiste a tus esclavos: ‘A menos que bajen con su hermano más joven, no vuelvan a presentarse ante mí’.+

24 ”Cuando nosotros subimos adonde está mi padre, tu esclavo, le contamos lo que tú dijiste, amo mío. 25 Con el tiempo, nuestro padre nos dijo: ‘Vuelvan para comprarnos un poco más de alimento’.+ 26 Pero nosotros le dijimos: ‘No podemos bajar allá. No podemos presentarnos ante aquel hombre a menos que llevemos a nuestro hermano menor. Solo bajaremos si nuestro hermano menor viene con nosotros’.+ 27 Entonces nos dijo mi padre, tu esclavo: ‘Ustedes saben bien que mi esposa solo me dio dos hijos.+ 28 Uno de ellos me dejó y dije: “¡De seguro lo despedazó una fiera!”.+ Y no he vuelto a verlo desde entonces. 29 Si ahora también se llevaran de mi lado a este hijo mío y él tuviera un accidente y muriera, del dolor harían descender mis canas a la Tumba’.*+

30 ”La vida de mi padre está ligada a la vida del muchacho. Si ahora yo regreso adonde está mi padre, tu esclavo, y el muchacho no viene con nosotros, 31 nuestro padre morirá en cuanto vea que el muchacho no está. De la tristeza haremos descender las canas de nuestro padre a la Tumba.* 32 Yo, tu siervo, le garanticé a mi padre que me encargaría del muchacho. Le dije: ‘Si no te lo traigo de vuelta, cargaré con ese pecado contra mi padre para siempre’.+ 33 Así que, por favor, mi señor, permite que sea yo y no el muchacho el que se quede como esclavo tuyo, para que él pueda regresar con sus hermanos. 34 ¿Cómo podría regresar yo adonde está mi padre sin llevar al muchacho? ¡No soportaría ver a mi padre sufrir esa desgracia!”.

45 Al oír esto, José no pudo contenerse más delante de sus sirvientes+ y gritó: “¡Hagan salir a todos de aquí!”. Y, cuando solo quedaban allí sus hermanos, José les dijo quién era.+

2 Entonces rompió a llorar tan fuerte que lo oyeron los egipcios y la casa del faraón. 3 Por fin, José les dijo a sus hermanos: “Yo soy José. Y mi padre, ¿sigue vivo?”. Pero sus hermanos no pudieron contestarle porque se quedaron asombrados. 4 Entonces, José les dijo a sus hermanos: “Acérquense a mí, por favor”. Y ellos se acercaron.

Él les dijo: “Yo soy su hermano José, al que ustedes vendieron a Egipto.+ 5 Pero ahora no sufran por haberme vendido ni se lo echen en cara unos a otros, porque Dios me ha enviado aquí antes que a ustedes para salvar vidas.+ 6 Con este ya llevamos dos años de hambre en el país,+ y todavía quedan cinco años en que no se pasará el arado ni se cosechará. 7 Dios me envió aquí antes que a ustedes para mantenerlos vivos librándolos de forma extraordinaria y así conservar a un resto+ de ustedes en la tierra.* 8 Por lo tanto, no fueron ustedes los que me enviaron aquí, sino el Dios verdadero. Lo hizo para nombrarme consejero jefe* del faraón y señor de toda su casa, y también gobernante de toda la tierra de Egipto.+

9 ”Así que suban rápido adonde está mi padre y díganle: ‘Esto es lo que ha dicho tu hijo José: “Dios me ha hecho señor de todo Egipto.+ Baja adonde estoy yo. No te tardes.+ 10 Vivirás en la tierra de Gosén,+ cerca de mí. Allí estarás tú con tus hijos, tus nietos, tus rebaños, tus manadas y todo cuanto tienes. 11 Yo me encargaré de que allí tengas alimento, porque todavía quedan cinco años de hambre.+ De lo contrario, tú, tu casa y todo lo que tienes caerán en la miseria”’. 12 Ustedes y mi hermano Benjamín pueden ver con sus propios ojos que de veras soy yo el que les está hablando.+ 13 Tienen que contarle a mi padre toda la gloria que he alcanzado en Egipto y todo lo que han visto. Apresúrense y traigan aquí a mi padre”.

14 Luego abrazó a* su hermano Benjamín y se echó a llorar, y Benjamín también lloró abrazado a su cuello.+ 15 Además, José besó a todos sus hermanos y lloró abrazado a ellos. Después, sus hermanos se pusieron a hablar con él.

16 Y a la casa del faraón llegó esta noticia: “¡Vinieron los hermanos de José!”. Entonces, al enterarse, el faraón y sus siervos se alegraron mucho. 17 Por lo tanto, el faraón le dijo a José: “Diles a tus hermanos: ‘Hagan esto: carguen sus animales y vayan a la tierra de Canaán, 18 y traigan a su padre y a sus familias aquí conmigo. Les daré las cosas buenas de la tierra de Egipto y comerán* los mejores productos* del país’.+ 19 Además, te ordeno que les digas:+ ‘Hagan esto: lleven carros+ de la tierra de Egipto para traer a sus niños y esposas, y traigan a su padre montado en uno de los carros.+ 20 No se preocupen por sus bienes,+ porque lo mejor de toda la tierra de Egipto es suyo’”.

21 Eso fue lo que hicieron los hijos de Israel. Además, José les dio carros, como había mandado el faraón, y también les dio provisiones para el viaje. 22 A cada uno de ellos le dio una prenda de vestir nueva, pero a Benjamín le dio 300 piezas de plata y cinco prendas de vestir nuevas.+ 23 Y a su padre le envió esto: 10 burros con cosas buenas de Egipto y 10 burras con grano, pan y otros alimentos para el viaje de su padre. 24 Así que José despidió a sus hermanos y, cuando ya se iban, les dijo: “No vayan peleándose por el camino”.+

25 Y ellos subieron de Egipto y llegaron adonde estaba su padre Jacob en la tierra de Canaán. 26 Entonces le dijeron a su padre: “¡José está vivo y gobierna toda la tierra de Egipto!”.+ Pero el corazón de Jacob no reaccionó porque no les creyó.+ 27 Sin embargo, cuando empezaron a contarle lo que José les había dicho y cuando él vio los carros que José había enviado para llevarlo, comenzó a revivir su padre Jacob.* 28 Entonces Israel exclamó: “¡Con esto basta! ¡Mi hijo José está vivo! ¡Tengo que ir y verlo antes de morir!”.+

46 Así que Israel reunió todo lo que tenía* y se fue. Al llegar a Beer-Seba,+ le hizo sacrificios al Dios de su padre Isaac.+ 2 Por la noche, Dios le habló a Israel en una visión y le dijo: “¡Jacob! ¡Jacob!”. “¡Aquí estoy!”, respondió él. 3 Dios dijo: “Yo soy el Dios verdadero, el Dios de tu padre.+ No tengas miedo de bajar a Egipto, porque allí te convertiré en una gran nación.+ 4 Yo mismo bajaré contigo a Egipto y yo mismo también te traeré de vuelta.+ Y José pondrá su mano sobre tus ojos”.*+

5 Después de eso, Jacob salió de Beer-Seba. Los hijos de Israel llevaron a su padre Jacob, así como a sus hijos y a sus esposas, en los carros que el faraón había enviado para transportarlo. 6 Llevaron el ganado y los bienes que habían acumulado en la tierra de Canaán. Y así Jacob y todos sus descendientes entraron en Egipto. 7 Con él trajo a sus hijos y a sus nietos y a sus hijas y a sus nietas, es decir, llegó a Egipto con todos sus descendientes.

8 Ahora bien, los nombres de los hijos de Israel —es decir, los hijos de Jacob— que entraron en Egipto+ son estos. Rubén era el primogénito de Jacob.+

9 Los hijos de Rubén eran Hanok, Palú, Hezrón y Carmí.+

10 Los hijos de Simeón+ eran Jemuel, Jamín, Ohad, Jakín, Zóhar y Shaúl,+ el hijo de una cananea.

11 Los hijos de Leví+ eran Guersón, Cohat y Merarí.+

12 Los hijos de Judá+ eran Er, Onán, Selá,+ Pérez+ y Zérah.+ Sin embargo, Er y Onán murieron en la tierra de Canaán.+

Y los hijos de Pérez eran Hezrón y Hamul.+

13 Los hijos de Isacar eran Tolá, Puvá, Yob y Simrón.+

14 Los hijos de Zabulón+ eran Séred, Elón y Jahleel.+

15 Esos son los hijos que Lea le dio a Jacob en Padán-Aram, además de su hija Dina.+ En total, todos los hijos y las hijas de Jacob fueron 33.

16 Los hijos de Gad+ eran Zifión, Haguí, Suní, Ezbón, Erí, Arodí y Arelí.+

17 Los hijos de Aser+ eran Imná,* Isvá, Isví y Berías, y la hermana de ellos era Sérah.

Y los hijos de Berías eran Héber y Malkiel.+

18 Esos son los hijos de Zilpá,+ la sierva que Labán le dio a su hija Lea. En total, los hijos* de Zilpá y Jacob fueron 16.

19 Los hijos de Raquel, la esposa de Jacob, eran José+ y Benjamín.+

20 Los hijos que José tuvo en la tierra de Egipto con Asenat+ hija de Potifera, el sacerdote de On,* fueron Manasés+ y Efraín.+

21 Los hijos de Benjamín+ eran Bela, Béker, Asbel, Guerá,+ Naamán, Ehí, Ros, Mupim, Hupim+ y Ard.+

22 Esos son los hijos que Raquel le dio a Jacob. En total, los hijos* de Raquel y Jacob fueron 14.

23 El hijo* de Dan+ era Husim.+

24 Los hijos de Neftalí+ eran Jahzeel, Guní, Jézer y Silem.+

25 Esos son los hijos de Bilhá, la sierva que Labán le dio a su hija Raquel. En total, los hijos* de Bilhá y Jacob fueron 7.

26 En total, los descendientes de Jacob que entraron con él a Egipto, sin contar a las esposas de los hijos de Jacob, fueron 66.+ 27 Y los hijos de José que nacieron en Egipto fueron 2. En total, las personas de la casa de Jacob que entraron en Egipto fueron 70.+

28 Jacob le dijo a Judá que se adelantara+ y le informara a José que ya iba de camino a Gosén. Cuando llegaron a la tierra de Gosén,+ 29 José hizo que le prepararan su carro y subió a Gosén a encontrarse con su padre Israel. Tan pronto como lo tuvo delante, lo abrazó* y estuvo llorando un largo rato.* 30 Luego Israel le dijo a José: “Ya puedo morir en paz, porque te he visto y sé que estás vivo”.

31 Entonces José les dijo a sus hermanos y a toda la casa de su padre: “Déjenme subir a informar al faraón+ y decirle: ‘Han llegado mis hermanos y toda la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán.+ 32 Los hombres son pastores+ y crían ganado.+ Han venido con sus ovejas, con sus vacas y con todo lo que tienen’.+ 33 Cuando el faraón los llame y les pregunte ‘¿A qué se dedican?’, 34 ustedes tienen que contestar ‘Nosotros, tus siervos, hemos criado ganado desde que éramos jóvenes, igual que nuestros antepasados’.+ Así les permitirá vivir en la tierra de Gosén,+ porque los egipcios detestan a los pastores de ovejas”.+

47 Así que José fue a decirle al faraón:+ “Mi padre y mis hermanos han venido de la tierra de Canaán con sus ovejas, con sus vacas y con todo lo que tienen. Están en la tierra de Gosén”.+ 2 Entonces José escogió a cinco de sus hermanos y fue a presentárselos al faraón.+

3 El faraón les preguntó a los hermanos de José: “¿A qué se dedican?”. Ellos le respondieron: “Nosotros, tus siervos, somos pastores de ovejas, igual que nuestros antepasados”.+ 4 Además, le dijeron al faraón: “Hemos venido a este país a vivir como extranjeros+ porque, como el hambre es terrible en la tierra de Canaán,+ no hay pastos para los rebaños de tus siervos. Por favor, permite que tus siervos vivan en la tierra de Gosén”.+ 5 El faraón ahora le dijo a José: “Tu padre y tus hermanos han venido a reunirse contigo. 6 La tierra de Egipto está a tu disposición. Lleva a tu padre y tus hermanos a vivir a la mejor parte del país.+ Que vivan en la tierra de Gosén. Y, si sabes de algunos hombres expertos entre ellos, ponlos a cargo de mi ganado”.

7 Luego José llevó a su padre Jacob ante el faraón y se lo presentó. Y Jacob bendijo al faraón. 8 El faraón le preguntó a Jacob: “¿Qué edad tienes?”. 9 Jacob le respondió al faraón: “Llevo 130 años yendo y viniendo.* Han sido años muy difíciles,+ pero han sido pocos comparados con los años que mis antepasados pasaron yendo y viniendo”.*+ 10 Después de eso, Jacob bendijo al faraón y salió de su presencia.

11 Así que José estableció a su padre y a sus hermanos en la tierra de Egipto y les dio una propiedad en la mejor parte del país, en la tierra de Ramesés,+ tal como había mandado el faraón. 12 José se encargaba de que su padre, sus hermanos y toda la familia de su padre recibieran alimento* según la cantidad de hijos que tenían.

13 Ahora bien, no había alimento* en toda la región, porque el hambre era terrible. De hecho, el hambre había consumido la tierra de Egipto y la tierra de Canaán.+ 14 José recogía todo el dinero de la tierra de Egipto y de Canaán que la gente pagaba por el grano+ y lo llevaba a la casa del faraón. 15 Con el tiempo se agotó el dinero de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán. Entonces todos los egipcios empezaron a acudir a José y a decirle: “¡Danos comida! ¿Vas a dejarnos morir porque nos hemos quedado sin dinero?”. 16 José les dijo: “Si se han quedado sin dinero, tráiganme su ganado y a cambio les daré comida”. 17 Así que ellos empezaron a llevarle su ganado. Y José les daba comida a cambio de sus caballos, de los animales de sus rebaños y manadas, y de sus burros. Durante ese año, José les dio comida a cambio de su ganado.

18 Pero aquel año terminó. Y, al año siguiente, ellos empezaron a venir adonde él estaba y a decirle: “No podemos ocultarle a nuestro señor que ya le hemos dado todo nuestro dinero y todos nuestros animales domésticos. Lo único que nos queda para darle a nuestro señor son nuestras tierras y a nosotros mismos. 19 ¿Vas a dejar que muramos y que nuestras tierras se echen a perder? Cómpranos y compra nuestras tierras, y danos comida a cambio. Seremos esclavos del faraón y nuestras tierras serán suyas. Danos semillas para que sobrevivamos y no nos muramos y para que nuestras tierras no queden abandonadas”. 20 Por lo tanto, como el hambre era terrible, los egipcios vendieron sus campos y José compró todas sus tierras para el faraón. De modo que todas las tierras llegaron a ser del faraón.

21 Luego hizo que, de un extremo al otro del territorio de Egipto, la gente se trasladara a las ciudades.+ 22 Las únicas tierras que no compró fueron las de los sacerdotes.+ Como el faraón les daba sus raciones de comida y ellos vivían de esas raciones, ellos no vendieron sus tierras. 23 Entonces José le dijo a la gente: “Miren, hoy los he comprado a ustedes y sus tierras para el faraón. Aquí tienen las semillas con las que deben sembrar sus tierras. 24 Cuando llegue la cosecha, entréguenle la quinta parte al faraón.+ Las cuatro partes que queden les servirán para volver a sembrar sus campos y para alimentarse ustedes, los que están en sus casas y sus hijos”. 25 Por lo tanto, ellos le dijeron: “Mi señor, nos has salvado la vida.+ Si te parece bien, seremos esclavos del faraón”.+ 26 Y José estableció un decreto que sigue vigente hasta el día de hoy en la tierra de Egipto: la quinta parte de la cosecha le pertenece al faraón. La única excepción fueron las tierras de los sacerdotes, que no llegaron a ser del faraón.+

27 Pues bien, Israel se quedó viviendo en la tierra de Gosén, en Egipto.+ Él y su familia se establecieron allí, tuvieron hijos y llegaron a ser muchísimos.+ 28 Jacob estuvo viviendo 17 años en la tierra de Egipto. Vivió hasta los 147 años de edad.+

29 Al acercarse el momento de su muerte, Israel+ llamó a su hijo José y le dijo: “Si cuento con tu favor, te ruego que hagas esto: coloca la mano debajo de mi muslo y júrame que me demostrarás amor leal y serás fiel a tu palabra. Por favor, no me entierres en Egipto.+ 30 Cuando me muera,* sácame de Egipto y entiérrame en la tumba de mis antepasados”.+ Así que José le dijo: “Haré lo que me pides”. 31 Pero él le pidió: “Júramelo”. Y José se lo juró.+ Entonces Israel se inclinó en la cabecera de la cama.+

48 Después de que pasaron estas cosas, le dijeron a José: “Tu padre se está poniendo muy débil”. Así que él fue a verlo con sus dos hijos, Manasés y Efraín.+ 2 Entonces le dijeron a Jacob: “Tu hijo José está aquí. Ha venido a verte”. De modo que Israel hizo un gran esfuerzo y se sentó en la cama. 3 Y Jacob le contó a José:

“El Dios Todopoderoso se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo.+ 4 Me prometió: ‘Te daré hijos y te multiplicaré. Haré que seas un gran grupo de naciones.+ Le daré esta tierra a tu descendencia y haré que sea suya de forma permanente’.+ 5 Ahora, los dos hijos que tuviste aquí en la tierra de Egipto antes de que yo viniera a reunirme contigo son míos.+ Efraín y Manasés llegarán a ser hijos míos tal como lo son Rubén y Simeón.+ 6 Pero los hijos que tengas después llegarán a ser tuyos. Y serán llamados por el nombre de sus hermanos en su herencia.+ 7 En cuanto a mí, yo venía de Padán cuando Raquel murió+ a mi lado en la tierra de Canaán. Pero, como todavía quedaba un buen trecho para llegar a Efrat,+ la enterré allí en el camino a Efrat, es decir, Belén”.+

8 Entonces Israel vio a los hijos de José y preguntó: “¿Quiénes son esos?”. 9 “Son los hijos que Dios me ha dado en este lugar”, le respondió José.+ Y su padre le dijo: “Por favor, acércamelos para que los bendiga”.+ 10 Israel casi no podía ver porque los ojos le fallaban debido a la edad. Así que José le acercó a sus dos hijos, y él los besó y los abrazó. 11 Después, Israel le dijo a José: “Nunca pensé que volvería a verte+ y, mira ahora, Dios me ha permitido ver a tu descendencia”. 12 Entonces José separó a sus hijos de las rodillas de Israel y se inclinó rostro a tierra.

13 Luego José tomó a sus dos hijos y se los acercó a Israel. A Efraín+ lo tomó con la mano derecha y lo puso a la izquierda de Israel, y a Manasés+ lo tomó con la mano izquierda y lo puso a la derecha de Israel. 14 Pero Israel puso su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, aunque era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés. Él puso así las manos a propósito, aunque sabía que Manasés era el primogénito.+ 15 Luego bendijo a José y dijo:+

“Que el Dios verdadero, a quien sirvieron* mis padres Abrahán e Isaac,+

el Dios verdadero, que ha sido mi pastor durante toda mi vida hasta este día,+

16 el ángel que me ha rescatado de todo mal,+ bendiga a los muchachos.+

Y que ellos lleven* mi nombre y el nombre de mis padres, Abrahán e Isaac,

y que lleguen a ser un pueblo numeroso en la tierra”.+

17 Pero José vio que su padre mantenía su mano derecha sobre la cabeza de Efraín y eso no le gustó. Por eso trató de mover la mano de su padre de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. 18 José le dijo a su padre: “Así no, padre mío, el primogénito es este.+ Pon tu mano derecha sobre su cabeza”. 19 Pero su padre se resistió a hacerlo y le dijo: “Lo sé, hijo mío, lo sé. Él también se convertirá en un pueblo, y también será importante. Pero su hermano menor llegará a ser más importante,+ y su descendencia será tan numerosa como para formar naciones enteras”.+ 20 Luego continuó bendiciéndolos ese día+ y dijo:

“Que los hijos de Israel te mencionen en sus bendiciones al decir:

‘Que Dios te haga como a Efraín y a Manasés’”.

Así que él siguió poniendo a Efraín por delante de Manasés.

21 Después, Israel le dijo a José: “Mira, estoy a punto de morir,+ pero Dios de veras seguirá con ustedes y los devolverá a la tierra de sus antepasados.+ 22 Y a ti te doy una porción de tierra* más que a tus hermanos, una tierra que les quité a los amorreos con mi espada y mi arco”.

49 Y Jacob llamó a sus hijos y les dijo: “Reúnanse para que les diga lo que les va a suceder en la parte final de los días. 2 Reúnanse y escúchenme, hijos de Jacob. Escuchen a su padre Israel.

3 ”Rubén,+ tú eres mi primogénito,+ mi vigor y el primer fruto de mi capacidad reproductiva. Tú eras superior en dignidad y fuerza. 4 Pero no sobresaldrás, porque fuiste impetuoso como las aguas turbulentas y te subiste a la cama de tu padre.+ En aquella ocasión deshonraste* mi cama. ¡De veras lo hizo!

5 ”Simeón y Leví son hermanos.+ Sus armas son instrumentos de violencia.+ 6 Oh, alma* mía, no busques su compañía. Oh, honor mío,* no te unas a su grupo, porque en su furia mataron hombres+ y por gusto dejaron cojos a* toros. 7 Maldita sea su ira, porque es cruel, y maldita sea su furia, porque es despiadada.+ Yo los dispersaré en Jacob. Los esparciré en Israel.+

8 ”A ti, Judá,+ tus hermanos te alabarán.+ Pondrás tu mano sobre el cuello de tus enemigos.+ Los hijos de tu padre se inclinarán ante ti.+ 9 Judá es un cachorro de león.+ Tú, hijo mío, subirás desde donde tienes la presa. Él se ha agachado y se ha estirado como un león. ¿Y quién se atreve a despertar a un león? 10 El cetro no se apartará de Judá,+ ni el bastón de mando se apartará de entre sus pies, hasta que venga Siló,*+ y a él le pertenecerá la obediencia de los pueblos.+ 11 Él atará su burro a una vid y la cría de su burro a una vid selecta. Lavará su ropa en vino y su manto en la sangre de las uvas. 12 Sus ojos son de color rojo oscuro debido al vino y sus dientes son blancos debido a la leche.

13 ”Zabulón+ vivirá junto al mar, junto a la orilla donde están anclados los barcos.+ Y su extremo más lejano estará en dirección a Sidón.+

14 ”Isacar+ es un burro de huesos fuertes que está echado entre las dos bolsas de carga. 15 Y verá que el lugar para descansar es bueno y que la tierra es agradable. Inclinará su hombro para llevar cargas y se someterá a trabajos forzados.

16 ”Dan,+ una de las tribus de Israel, juzgará a su pueblo.+ 17 Dan será una serpiente junto al camino, una víbora cornuda junto al sendero, que muerde los talones del caballo y hace caer de espaldas a su jinete.+ 18 Oh, Jehová, esperaré a que tú nos salves.

19 ”A Gad+ lo atacará una banda de ladrones, pero él se defenderá e irá detrás de ellos.+

20 ”Aser+ tendrá pan en abundancia* y suministrará comida digna de un rey.+

21 ”Neftalí+ es una cierva* esbelta y habla con palabras hermosas.+

22 ”José+ es el retoño de un árbol fructífero, un árbol fructífero que está junto a un manantial, que extiende sus ramas por encima del muro. 23 Pero los arqueros estuvieron acosándolo, dispararon contra él y no dejaron de odiarlo.+ 24 Sin embargo, su arco se mantuvo firme+ y sus manos continuaron fuertes y ágiles.+ Esto fue gracias a las manos del poderoso de Jacob, gracias al pastor, la piedra de Israel. 25 Él* procede del Dios de tu padre, y Dios te ayudará. Él está con el Todopoderoso, y Dios te bendecirá con las bendiciones de los cielos arriba, con las bendiciones de las profundidades abajo+ y con las bendiciones de los pechos y la matriz. 26 Las bendiciones de su padre serán superiores a las bendiciones de las montañas eternas y superiores a las cosas valiosas de las colinas duraderas.+ Continuarán sobre la cabeza de José, sobre la coronilla del que fue escogido entre sus hermanos.+

27 ”Benjamín+ irá desgarrando a su presa como un lobo.+ Por la mañana se comerá a su presa y al atardecer repartirá el botín”.+

28 Todos estos formaron las 12 tribus de Israel, y esto fue lo que les dijo su padre cuando los bendijo. A cada uno le dio la bendición que le correspondía.+

29 Después de eso les dio estas instrucciones a sus hijos: “Voy a ser reunido con mi pueblo.*+ Entiérrenme con mis antepasados en la cueva que está en el campo de Efrón el hitita.+ 30 Es la cueva que está en el campo de Macpelá, frente a Mamré, en la tierra de Canaán. Ese fue el campo que Abrahán le compró a Efrón el hitita para tener un lugar de sepultura. 31 Allí enterraron a Abrahán y a su esposa Sara.+ Allí enterraron a Isaac+ y a su esposa Rebeca. Y allí enterré yo a Lea. 32 El campo y la cueva que hay en él fueron comprados a los hijos de Het”.+

33 Así acabó Jacob de dar instrucciones a sus hijos. Luego volvió a meter los pies en la cama, dio su último suspiro y fue reunido con su pueblo.*+

50 Así que José se echó encima de su padre,+ lloró sobre él y lo besó. 2 Luego José mandó a sus siervos, los médicos, que embalsamaran+ a su padre. De modo que los médicos embalsamaron a Israel. 3 Le dedicaron un periodo completo de 40 días, pues es el tiempo que se emplea para embalsamar. Y los egipcios siguieron llorando por él 70 días.

4 Cuando terminaron los días de duelo, José habló con los miembros de la corte* del faraón y les dijo: “Si me he ganado el favor de ustedes, denle este mensaje al faraón: 5 ‘Mi padre me hizo hacer un juramento.+ Me dijo: “Mira, estoy a punto de morir.+ Entiérrame en mi sepultura,+ que he excavado en la tierra de Canaán”.+ Por favor, déjame subir y enterrar a mi padre, y después de eso volveré’”. 6 Entonces el faraón respondió: “Ve a enterrar a tu padre, tal como te lo hizo jurar”.+

7 De modo que José subió a enterrar a su padre. Lo acompañaron todos los siervos del faraón, los ancianos+ de la corte y todos los ancianos de la tierra de Egipto, 8 y toda la casa de José, sus hermanos y la casa de su padre.+ Solo dejaron en la tierra de Gosén a sus niñitos, sus rebaños y sus manadas. 9 También subió acompañado de carros+ y jinetes. El grupo era muy numeroso. 10 Entonces llegaron a la era de Atad, que está en la región del Jordán. Allí se pusieron de duelo con un amargo y profundo dolor, y José siguió de duelo por su padre durante siete días. 11 Cuando los habitantes del lugar, los cananeos, los vieron de duelo en la era de Atad, exclamaron: “¡Qué gran duelo es este para los egipcios!”. Por eso aquel lugar, que está en la región del Jordán, se llamó Abel-Mizraim.*

12 Los hijos de Jacob hicieron exactamente lo que él les había pedido.+ 13 Así que sus hijos lo llevaron a la tierra de Canaán y lo enterraron en la cueva del campo de Macpelá, el campo que estaba frente a Mamré y que Abrahán le había comprado a Efrón el hitita para tener un lugar de sepultura.+ 14 Después de enterrar a su padre, José volvió a Egipto con sus hermanos y con todos los que lo habían acompañado a enterrar a su padre.

15 Tras la muerte de su padre, los hermanos de José empezaron a decirse: “Quizás José nos guarde rencor y nos haga pagar por todo el daño que le hicimos”.+ 16 Por eso le enviaron a José este mensaje: “Antes de morir, tu padre dio este mandato: 17 ‘Esto es lo que deben decirle a José: “Te ruego, por favor, que perdones la ofensa de tus hermanos y el pecado que cometieron al hacerte este daño”’. Así que, por favor, perdona la ofensa de los siervos del Dios de tu padre”. Cuando le dijeron estas cosas, José se echó a llorar. 18 Entonces sus hermanos también fueron y cayeron ante él, y le dijeron: “¡Aquí nos tienes, somos tus esclavos!”.+ 19 José les dijo: “No tengan miedo. ¿Acaso estoy yo en el lugar de Dios? 20 Aunque ustedes quisieron hacerme daño,+ Dios se valió de eso para hacer un bien y salvarles la vida a muchos. Y eso es lo que está haciendo hoy.+ 21 Por eso, no tengan miedo. Les seguiré dando alimento a ustedes y a sus niñitos”.+ Así que los consoló y los tranquilizó con sus palabras.

22 Tanto José como toda la familia* de su padre siguieron viviendo en Egipto. Y José vivió 110 años. 23 Además, José llegó a conocer a la tercera generación de los hijos de Efraín+ y también a los hijos de Makir,+ hijo de Manasés. Ellos nacieron sobre las rodillas de José.* 24 Finalmente, José les dijo a sus hermanos: “Estoy a punto de morir, pero Dios se fijará en ustedes.+ Él de veras los sacará de esta tierra y los llevará a la tierra que juró darles a Abrahán, a Isaac y a Jacob”.+ 25 Así que José hizo que los hijos de Israel le hicieran un juramento al decirles: “Sin duda, Dios se fijará en ustedes. Llévense de aquí mis huesos”.+ 26 Y José murió a la edad de 110 años. Entonces lo embalsamaron+ y lo pusieron en un ataúd en Egipto.

O “desierta”.

O “agitadas”.

O “el espíritu”.

Es decir, un espacio abierto.

O “fuentes de luz”.

O “de enjambres de almas vivas”.

O “monstruos”.

O “todas las almas vivas”.

O “almas vivas”.

O “animales movientes”, que según parece incluyen reptiles y cualquier otro animal que no forme parte de los grupos ya mencionados.

O “vida como alma”, “alma viva”.

Ver glosario, ¡mira!

Lit. “y todo su ejército”.

O “la obra que había estado haciendo”.

Esta es la primera vez que aparece en la Biblia el nombre propio de Dios, יהוה (YHWH). Ver apén. A4.

O “un alma viva”, “una persona viva”. La palabra hebrea es néfesh, que literalmente significa ‘criatura que respira’. Ver glosario.

Lit. “se convertía en cuatro cabezas”.

O “Tigris”.

O “alma viva”.

O “permanecerá con”. La palabra hebrea da la idea de adherirse, como con pegamento.

O “un solo ser”.

O “astuto”.

O “para taparse el área de las caderas”.

Lit. “se ocultaron del rostro”.

O “que haya hostilidad”.

Lit. “simiente”.

O “magullará”, “herirá”.

O “magullarás”, “aplastarás”.

Que significa ‘hombre terrestre’ o ‘humanidad’.

Lit. “Con dolor comerás su producto”.

O “rostro”.

Que significa ‘viviente’.

Lit. “de todos los vivientes”.

O “hasta tiempo indefinido...”.

Lit. “He producido”.

Lit. “y decayó su semblante”.

O “¿no habrá ensalzamiento?”.

Lit. “fuerza”.

Lit. “de la faz de la tierra”.

Lit. “oculto de tu rostro”.

O “a la tierra de Nod”.

O “el caramillo”.

Que significa ‘nombrado’, ‘puesto’ o ‘colocado’.

O “ha nombrado para mí”.

O “Adán”, “Humanidad”.

Lit. “el Dios”. Ver glosario.

Que probablemente significa ‘descanso’ o ‘consuelo’.

O “consolará”.

En hebreo, esta expresión se refiere a los ángeles.

O quizás “porque actúa de acuerdo con la carne”.

Que posiblemente significa ‘los derribadores’, es decir, los que hacen caer a otros. Ver glosario.

O “tristeza”.

O “se sintió herido en el corazón”.

Lit. “halló favor a los ojos”.

O “sin culpa”.

Lit. “entre sus generaciones”.

Lit. “Toda carne”.

Lit. “toda carne”.

Lit. “cofre”, una caja enorme.

O “brea”.

Un codo equivalía a 44,5 cm (17,5 in). Ver apén. B14.

Otra posibilidad es que esta expresión se refiera a un tejado con una inclinación de un codo en vez de a una ventana o una abertura para la luz. La palabra hebrea es tsóhar.

Lit. “toda carne”.

O “espíritu de vida”.

O quizás “siete parejas”.

O quizás “siete parejas”.

Lit. “carne”.

O “espíritu de vida”.

Lit. “carne”.

Un codo equivalía a 44,5 cm (17,5 in). Ver apén. B14.

Lit. “toda carne”.

O “el aliento del espíritu de vida”.

Lit. “Él”.

O “cuadrúpedos”.

Lit. “Dios se acordó”.

O “la lluvia de los cielos se contuvo”.

Lit. “un lugar de descanso para la planta de su pie”.

Lit. “los seres vivos de toda clase de carne”.

O “cuadrúpedos”.

O “enjambrar”.

O “que aplaca”, “que calma”. Lit. “relajante”.

O “invocaré el mal contra”.

O “bajo su autoridad”.

O “cuadrúpedos”.

Lit. “toda carne”.

O “toda alma viva de toda carne”.

Lit. “toda carne”.

O “toda alma viva de toda carne”.

Lit. “toda carne”.

Es decir, de Sem.

O “guerrero”.

O “El principio de su reino fue”.

O quizás “Ellas forman la gran ciudad”.

O quizás “era el hermano mayor de Jafet”.

Que significa ‘división’.

Lit. “se dividió la tierra”.

O “un solo vocabulario”.

Lit. “betún”.

O “dirigió su atención hacia”.

Que significa ‘confusión’.

O “conseguirán una bendición para ellas mismas”.

Lit. “y a Lot, el hijo de su hermano”.

O “para vivir allí como extranjero”.

O “para que mi alma siga viva”.

O “la llanura baja de Sidim”.

Es decir, el mar Muerto.

Lit. “betún”.

Lit. “el hijo del hermano”.

O “estaba viviendo en tiendas”.

Lit. “hermano”.

Lit. “hermano”.

O “la llanura baja”.

O “la palabra”.

Lit. “hijo”.

Lit. “uno que salga de tus entrañas”.

O “se lo contó como justicia”.

O “puso cada mitad para que encajara con la otra”.

O “porque todavía no es el momento de castigar a los amorreos”.

Lit. “tu seno”.

Que significa ‘Dios escucha’.

O “un onagro”, un tipo de asno salvaje. Algunos piensan que se refiere a una cebra. Es probable que aluda a su carácter independiente.

O quizás “enfrentado a”.

Que significa ‘pozo del Viviente que me ve’.

O “sin culpa”.

O “Cumpliré”.

Que significa ‘el padre es alto (ensalzado)’.

Que significa ‘padre de una muchedumbre (multitud)’ o ‘padre de muchos’.

Lit. “la carne de su prepucio”.

Que posiblemente significa ‘contenciosa’.

Que significa ‘princesa’.

Lit. “reyes de pueblos”.

Que significa ‘risa’.

O “principales”.

O “cuando la carne de su prepucio fue circuncidada”.

O “cuando la carne de su prepucio fue circuncidada”.

Lit. “si he hallado favor a tus ojos”.

Lit. “fortalezcan su corazón”.

Lit. “medidas de sea”. Un sea equivalía a 7,33 L (6,66 dry qt). Ver apén. B14.

Lit. “ya no tenía lo que es la norma habitual de las mujeres”.

Es decir, Dios.

O “conseguirán una bendición para ellas mismas”.

O “protección”. Lit. “sombra”.

Lit. “que tu siervo ha hallado favor a tus ojos”.

O “amor leal”.

O “al mantener viva mi alma”.

O “mi alma seguirá viviendo”.

Que significa ‘pequeñez’.

O “estatua”.

O “vivía como extranjero”.

Es decir, no había tenido relaciones sexuales con ella.

O “justa”.

O “estaba obrando con un corazón honrado y manos inocentes”.

Lit. “Mira, son para ti un velo para los ojos”.

O “había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimélec”.

O “reír de alegría”.

O quizás “se reirá de mí”.

Es decir, de Ismael.

Lit. “Escucha su voz”.

Que significa ‘pozo del juramento’ o ‘pozo de siete’.

O “vivió como extranjero”.

Lit. “muchos días”.

O “cuchillo de degüello”.

O “cuchillo de degüello”.

Que significa ‘Jehová proveerá’ o ‘Jehová verá’.

Lit. “simiente”.

Lit. “tomará posesión de la puerta”.

O “y poblador”.

O “un principal de”.

O quizás “eres un gran jefe”.

Un siclo equivalía a 11,4 g (0,367 oz tr). Ver apén. B14.

Es decir, la cueva que estaba en el campo.

Un siclo equivalía a 11,4 g (0,367 oz tr). Ver apén. B14.

Probablemente se refiere a Labán.

Lit. “delante de quien he andado”.

O “familia”.

Lit. “hija”.

Lit. “yo me vuelva a la derecha o a la izquierda”.

O “hablarte lo malo ni lo bueno”.

Lit. “su hermana Rebeca”.

Es decir, la mujer que la amamantó y que ahora era su sierva.

O “la madre de miles de miríadas”.

Lit. “tome posesión de la puerta”.

O “descendientes”.

Esta es una forma poética de referirse a la muerte.

O “campamentos amurallados”.

O “principales”.

O “grupos familiares”.

Esta es una forma poética de referirse a la muerte.

O quizás “vivió enfrentado a”.

Que significa ‘velludo’.

Que significa ‘el que agarra el talón’ o ‘el que suplanta’.

O “un bocado”.

Lit. “de lo rojo, esto rojo”.

O “muy hambriento”.

Que significa ‘rojo’.

O “vio que Isaac estaba abrazando a”.

O “wadi”.

O “wadi”.

Que significa ‘discusión’ o ‘contienda’.

Que significa ‘acusación’.

Que significa ‘lugares anchos’.

O “juramento de obligación”.

Lit. “amargura de espíritu”.

Que significa ‘el que agarra el talón’ o ‘el que suplanta’.

Lit. “romperás su yugo de sobre tu cuello”.

O “se consuela con la idea de matarte”.

O “conseguirán una bendición para ellas mismas”.

Que significa ‘casa de Dios’.

O “si regreso en paz”.

Es decir, a un país al este de Canaán.

Lit. “hermano”.

O “mi pariente de sangre”. Lit. “mi hueso y mi carne”.

Lit. “hermano”.

Lit. “Lea era odiada”.

Lit. “le abrió la matriz”.

Que significa ‘¡vean, un hijo!’.

Que significa ‘oír’ o ‘escuchar’.

Que significa ‘adherencia’ o ‘unido’.

Que significa ‘objeto de alabanza’ o ‘alabado’.

O “que ha retenido de ti el fruto de la matriz”.

Lit. “dé a luz sobre mis rodillas”.

Que significa ‘juez’.

Que significa ‘mis luchas’.

Que significa ‘buena fortuna’.

Que significa ‘feliz’ o ‘felicidad’.

O “un salario de persona alquilada”.

Que significa ‘él es salario’.

Que significa ‘tolerancia’.

Lit. “La escuchó y le abrió la matriz”.

Forma abreviada de Josifías, que significa ‘que Jah añada’ o ‘que Jah aumente’.

O “Los agüeros”, “Las pruebas”.

O “justo”.

Es decir, el árbol conocido como plátano oriental.

O “dioses domésticos”. Lit. “terafim”.

Es decir, el río Éufrates.

O “parientes”.

Lit. “camino de siete días”.

Lit. “Cuídate de decirle a Jacob desde lo bueno hasta lo malo”.

Lit. “hijos”.

Lit. “y el temor de Isaac”.

Nombre arameo que significa ‘montón del testimonio’.

Nombre hebreo que significa ‘montón del testimonio’.

Lit. “por el temor de su padre Isaac”.

Lit. “hijos”.

Que significa ‘dos campamentos’.

Lit. “campo”.

O “viviendo como extranjero”.

O “abuelo”.

O “valle torrencial”, “wadi”.

Que significa ‘el que contiende (lucha) con Dios’ o ‘Dios contiende’.

Que significa ‘rostro de Dios’.

O “Peniel”.

Lit. “el tendón del nervio del muslo”.

Lit. “mi bendición”.

Que significa ‘cabañas’ o ‘refugios’.

Lit. “habló al corazón de la muchacha”.

O “El alma de mi hijo Siquem quedó cautivada por”.

O “Formemos matrimonios mixtos”.

Lit. “que tiene prepucio”.

O “seré alguien apestoso para”.

O “en el camino por donde”.

O “escondió”.

Que significa ‘Dios de Betel’.

Que significa ‘roble del llanto’.

Lit. “Y reyes saldrán de tus lomos”.

O “libación”.

O “el alma se le saliera”.

Que significa ‘hijo de mi duelo’.

Que significa ‘hijo de la diestra (mano derecha)’.

Esta es una forma poética de referirse a la muerte.

Lit. “viejo y lleno de días”.

O “viviendo como extranjeros”.

O “Samah”. Ver apén. A2.

Un jeque era un jefe tribal.

O “Samah”. Ver apén. A2.

O “Aqán”. Ver apén. A2.

Lit. “hijos de Israel”.

Lit. “campo”.

O “Elah”. Ver apén. A2.

O “una preciosa prenda de vestir larga”.

O “atados”.

O “de la llanura baja”.

O “No hiramos su alma”.

O “no le pongan las manos encima”.

O “resina aromática”.

O “encubriendo su sangre”.

Lit. “y es nuestra carne”.

O “Seol”. Es decir, el lugar simbólico donde descansan los muertos. Ver glosario.

O “y oficial”.

Es decir, Judá.

O “desperdiciaba”.

O “Timnah”. Ver apén. A2.

O “Timnah”. Ver apén. A2.

O “Timnah”. Ver apén. A2.

Que significa ‘ruptura’. Probablemente se refiere a la ruptura del perineo.

O “y oficial”.

Lit. “días”.

Lit. “levantará tu cabeza”.

Lit. “la cisterna”, “el hoyo”.

Lit. “levantará tu cabeza de ti”.

Lit. “y les levantó la cabeza”.

Lit. “su espíritu”.

Lit. “de la cisterna”, “del hoyo”.

O “en cuanto al trono”.

Según parece, este término se usaba para exigir que se le mostrara honra y respeto a alguien.

Lit. “ningún hombre alzará la mano ni el pie”.

Es decir, Heliópolis.

O “empezó a recorrer”.

O “cuando empezó a trabajar para”.

Lit. “a manos llenas”.

Es decir, Heliópolis.

Que significa ‘el que hace olvidadizo’ o ‘el que hace olvidar’.

Que significa ‘doblemente fructífero’.

O “a ver la situación delicada”.

Lit. “No pequen contra el muchacho”.

O “sacos”, “receptáculos”.

O “Seol”. Es decir, el lugar simbólico donde descansan los muertos. Ver glosario.

O “Seré fianza por él”.

O “sacos”, “receptáculos”.

Lit. “ellos”.

O “agüeros”.

O “Seol”. Es decir, el lugar simbólico donde descansan los muertos. Ver glosario.

O “Seol”. Es decir, el lugar simbólico donde descansan los muertos. Ver glosario.

O “el país”.

O “nombrarme padre”.

Lit. “cayó sobre el cuello de”.

O “vivirán a base de”.

O “la grasa”.

Lit. “el espíritu de su padre Jacob”.

O “a todos los suyos”.

Se refiere a que le cerraría los ojos a Jacob cuando muriera.

O “Imnah”. Ver apén. A2.

O “descendientes”.

Es decir, Heliópolis.

O “descendientes”.

Lit. “Los hijos”.

O “descendientes”.

Lit. “cayó sobre su cuello”.

O “lloró sobre su cuello una y otra vez”.

O “viviendo como extranjero (residente temporal)”.

O “viviendo como extranjeros (residentes temporales)”.

Lit. “pan”.

Lit. “pan”.

O “descanse con mis padres”.

Lit. “delante de quien anduvieron”.

O “perpetúen”.

O “una ladera de montaña”. Lit. “un hombro”.

O “profanaste”.

Ver glosario.

O quizás “disposición mía”.

O “desjarretaron”.

Que significa ‘aquel de quien es’ o ‘aquel a quien pertenece’.

Lit. “graso”.

O “hembra del venado”.

Es decir, José.

Esta es una forma poética de referirse a la muerte.

Esta es una forma poética de referirse a la muerte.

O “casa”.

Que significa ‘duelo de los egipcios’.

Lit. “casa”.

Es decir, los trató como hijos suyos y les mostró un favor especial.

    Publicaciones en lengua de señas costarricense (2000-2024)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • lengua de señas costarricense
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir