Nota
c Un matrimonio concertado no tiene por qué ser infeliz. Por ejemplo, en tiempos bíblicos, Isaac se casó con Rebeca por acuerdo familiar y después “se enamoró de ella” (Génesis 24:67). ¿Conclusión? No hay por qué apresurarse a descartar las costumbres locales, siempre y cuando no estén en conflicto con la ley de Dios (Hechos 5:29).