27 Finalmente los sacerdotes, los levitas, se pusieron de pie y bendijeron+ al pueblo; y a su voz se le concedió ser oída, de manera que su oración llegó a la santa morada de él, los cielos.+
24 Porque Cristo entró, no en un lugar santo hecho de manos,+ el cual es copia de la realidad,*+ sino en el cielo mismo,+ para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor de nosotros.+