16 Por lo tanto no nos rendimos; más bien, aunque el hombre que somos exteriormente se vaya desgastando, ciertamente el hombre que somos interiormente+ va renovándose de día en día.
10 Por lo tanto me complazco en debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones y dificultades, por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy poderoso.+