3 ¡Mira! A un asirio,* un cedro del Líbano,+ bello en rama mayor,+ con espesura arbolada que ofrecía sombra, y alto en estatura,+ de modo que entre las nubes* resultaba estar su punta.+
10 ”’Ahora bien, sucedió que las visiones de mi cabeza sobre mi cama contemplaba,+ y, ¡mira!, un árbol+ en medio de la tierra, y la altura de este era inmensa.+