26 Oh hija de mi pueblo, cíñete de saco+ y revuélcate en las cenizas.+ Haz que tu duelo sea el que se hace por un [hijo] único, el plañido de amargura;+ porque de repente vendrá sobre nosotros el violento despojador.+
12 Al acercarse él a la puerta de la ciudad, pues ¡mira!, sacaban a un muerto,+ el hijo unigénito*+ de su madre. Además, ella era viuda. También estaba con ella una muchedumbre bastante numerosa de la ciudad.