31 Del mismo modo también los sacerdotes principales se burlaban entre sí junto con los escribas y decían: “A otros salvó; ¡a sí mismo no se puede salvar!+
35 Y el pueblo estaba de pie mirando.+ Mas los gobernantes hacían gestos de desprecio, y decían: “A otros salvó; sálvese+ a sí mismo, si este es el Cristo de Dios, el Escogido”.+