19 ¡Ay, qué angustia! ¡Qué angustia!
Tengo un gran dolor en el corazón.
Mi corazón late con fuerza en mi interior.
No puedo quedarme callado,
porque he oído el sonido del cuerno,
la señal de alarma de guerra.+
20 Se ha informado de una calamidad tras otra,
porque todo el país ha sido destruido.
De repente mis propias tiendas fueron destruidas
y, en un instante, mis telas de tienda.+