25 Pero Jesús reprendió al demonio y le dijo: “¡Cállate y sal de él!”. 26 Y el espíritu maligno, después de provocarle convulsiones al hombre y de gritar con todas sus fuerzas, salió de él.
34 Así que curó a muchas personas que tenían diferentes enfermedades+ y expulsó muchos demonios, pero no dejaba hablar a los demonios porque ellos sabían que él era Cristo.*