25 Esposos, sigan amando a sus esposas,+ tal como el Cristo también amó a la congregación y se entregó por ella+26 para santificarla purificándola con el baño de agua por medio de la palabra,+
23 Que el mismísimo Dios de la paz los santifique completamente. Y que el espíritu, el alma y el cuerpo de ustedes, hermanos, se mantengan intachables y sanos en todo sentido durante la presencia de nuestro Señor Jesucristo.+
13 Sin embargo, siempre nos sentimos obligados a darle gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por Jehová, porque desde el principio Dios los eligió+ para ser salvados al santificarlos+ con su espíritu y por su fe en la verdad.
22 Ahora que ustedes se han purificado por su obediencia a la verdad y eso ha tenido como resultado un cariño fraternal sin hipocresía,+ ámense unos a otros intensamente desde el corazón.+