Cubrirse la cabeza
En tiempos bíblicos, las mujeres solían cubrirse la cabeza, quizás con un velo o con el manto, cuando estaban en público. Pero Pablo no se estaba limitando a comentar una costumbre de la época cuando les escribió a los cristianos de Corinto sobre este tema. Inspirado por espíritu santo, les explicó que la mujer tenía que cubrirse la cabeza al orar en público o al profetizar en la congregación, ya que Dios les había encargado estas responsabilidades a los varones (1Co 11:5). Por eso, la cristiana que se cubría la cabeza demostraba que respetaba el principio de autoridad establecido por Dios (1Co 11:3).
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