Simplicidad en la adoración
● Hoy las religiones de la cristiandad dan mucho énfasis a ceremonias y ritos. Pero no sucedió así entre los primeros cristianos. Como lo dice uno de ellos: “En el día que se llama domingo, todos los que viven en las ciudades o en el campo se reúnen en un lugar, y se leen las memorias de los apóstoles o los escritos de los profetas, por el tiempo que se pueda; entonces, cuando el que lee ha cesado, el presidente instruye verbalmente, y exhorta a que se imiten estas cosas buenas. Entonces todos nos levantamos juntos y oramos.”—Primera Apología de Justino Mártir, cap. 67, The Ante-Nicene Fathers, tomo 1, pág. 186.