¿Puede la sal dejar de ser “salada”?
■ Parecería extraño si la sal perdiera su sabor, pero puede suceder. En el Sermón del Monte, Jesucristo dijo: “Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal pierde su fuerza, ¿cómo se le restaurará su salinidad? Ya no sirve para nada, sino para echarla fuera para que los hombres la pisoteen.”—Mat. 5:13.
Aunque es cierto que la sal que se usa hoy en la mayoría de los países es un compuesto químico, de modo que si se le quitara la salinidad, no quedaría nada, note lo que el comentador bíblico Albert Barnes dice acerca de este asunto: “En los países orientales, sin embargo, la sal que se usaba era impura, mezclada con sustancias vegetales y de la tierra; así es que podía perder toda su salinidad, y quedar una cantidad considerable de materia de la tierra. Esto no servía para nada, excepto que se usaba, según se dice, para colocarlo en los senderos, o paseos, así como nosotros usamos la grava. . . . Se halla en la tierra en vetas o capas, y cuando se expone al sol y a la lluvia, pierde por completo su salinidad.”