BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g77 22/6 pág. 11
  • Para mí, el estar preso fue una bendición

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Para mí, el estar preso fue una bendición
  • ¡Despertad! 1977
  • Información relacionada
  • Por qué se enseña la Trinidad
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1972
  • Preguntas para el estudio del folleto ¿Debería creer usted en la Trinidad?
    Nuestro Ministerio del Reino 1990
  • Hallé la verdadera riqueza en Australia
    ¡Despertad! 1994
  • Jehová es mi plaza fuerte
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1982
Ver más
¡Despertad! 1977
g77 22/6 pág. 11

Para mí, el estar preso fue una bendición

DESPUÉS de terminar mi instrucción en la escuela secundaria, conseguí un empleo en el Banco Nacional de Etiopía y también llegué a ser un diácono en la Iglesia Ortodoxa Griega (copta). En realidad, me vanagloriaba de mi conocimiento de la Biblia. Entonces en 1972 dos testigos de Jehová se acercaron a nuestro recinto cercado para hablar conmigo y mi esposa, y los invitamos a pasar adentro para hablar acerca de las Escrituras. Me dejaron un ejemplar del libro La verdad que lleva a vida eterna, pero tengo que confesar que no lo leí.

Cuando los Testigos volvieron, ofrecieron empezar un estudio bíblico conmigo y mi familia. Rechacé su oferta porque prefería considerar ciertos temas que me interesaban, como el bautismo y la Trinidad. En mi iglesia era la costumbre bautizar a los infantes... a los muchachos cuando tenían cuarenta días de edad, y a las muchachas cuando tenían ochenta. Yo pensaba que los Testigos estaban equivocados por no apoyar el bautismo de los infantes, pero, a pesar de todo mi conocimiento bíblico no pude probar que estaban equivocados.

Cuando consideramos la doctrina de la Trinidad, los Testigos me mostraron 1 Corintios 15:28, donde dice que Jesús entregaría la gobernación a su Padre. No pude explicar cómo esto sería posible y, al mismo tiempo, ser cierta la doctrina de la Trinidad. Pensando que tal vez mi entendimiento del asunto estaba defectuoso, le presenté este texto y algunos otros al sacerdote, que era un vocero de la iglesia. Al momento que lo hice, me preguntó si había estado hablando con los testigos de Jehová.

“Sí,” contesté.

Su respuesta fue que los Testigos simplemente estaban revivificando las enseñanzas del primitivo antitrinitario Arrio. Cuando insistí en que me diera una respuesta específica a los textos que le había presentado, me dijo que estaba muy ocupado y que tendría que volver más tarde en el día para una cita. Volví, solo para que se me informara que la cita había sido cambiada para otro día. Vez tras vez fui a su oficina sin poder verlo.

Mientras todavía esperaba tener una cita con el sacerdote, decidí que ningún mal podría venir de visitar las reuniones de los testigos de Jehová. ¡Imagínese cómo me sentí cuando, después de asistir a las reuniones solo un mes, la policía entró en una reunión en agosto de 1972 y nos llevó a todos a la cárcel! Los líderes religiosos de la localidad habían fomentado esta persecución.

En la prisión, donde estuvimos por unas dos semanas, pude ver directamente el amor genuino que los discípulos de Cristo manifiestan de todo corazón. Todos los Testigos compartieron sus provisiones, y se mostraron verdadera consideración. Se nos afeitó la cabeza, recordándome el tratamiento humillante que recibieron los embajadores del rey David a manos de los amonitas.—2 Sam. 10:1-5.

Las dos semanas en la cárcel me dieron la oportunidad de adquirir más conocimiento acerca de los propósitos de Jehová Dios. También reflexioné sobre el odio (parecido al que se expresó contra Cristo y sus primeros discípulos) que incitó a los líderes religiosos de la localidad a hacer que nos encarcelaran. Así sucedió que unos meses después de ser libertado, en mayo de 1973, mi esposa y yo nos bautizamos como testigos de Jehová. Felizmente seguimos sirviendo a nuestro Dios aquí en Etiopía.—Contribuido.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir