“Odio el divorcio”
Cuando la gente vuelve la espalda a su Creador, no pueden esperar bendiciones de él. Por ejemplo, la ley de Dios no permite el divorcio, a no ser por razón de la inmoralidad sexual de un cónyuge. Cuando la antigua nación de Israel violó las leyes de Dios sobre el matrimonio, se le dijo lo siguiente como razón por la cual Dios ya no aceptaba sus sacrificios religiosos:
“Ustedes preguntan por qué ya no los acepta. Se debe a que él sabe que has quebrado la promesa que le hiciste a la esposa con quien te casaste cuando eras joven. Ella era tu consorte, y has quebrado tu promesa a ella, aunque prometiste delante de Dios que le serías fiel. ¿No hizo Dios que fueras un cuerpo y espíritu con ella? ¿Cuál fue su propósito en esto? Fue que tuviesen hijos que realmente fueran pueblo de Dios. Por eso asegúrense de que ninguno de ustedes quiebre su promesa a su esposa. ‘Odio el divorcio,’ dice el Señor Dios de Israel. ‘Odio el que uno de ustedes haga una cosa tan cruel a su esposa.’”—Mal. 2:14-16, “Today’s English Version”; Mat. 19:9.