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  • Un hombre y la inflación
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¡Despertad! 1982
g82 22/3 pág. 27

Un hombre y la inflación

Temblando y sudando a causa del nerviosismo, un jornalero mal vestido abrió sobre el escritorio del alcalde de Votorantim, Brasil, un bulto envuelto en paños que trajo consigo. Vació sobre el escritorio varios paquetes de dinero en billetes y unas 300 monedas, y le rogó al alcalde que le guardara el dinero en un lugar seguro. Tal era la antigüedad de los billetes, que éstos estaban pegados unos a otros, y las monedas databan de 1938 en adelante. Benedito Antunes da Silva entonces relató su historia al alcalde asombrado.

Según el periódico “O Estado da São Paulo,” la madre de Benedito había sido la “banquera” de la familia por más de 40 años y guardaba el dinero bajo llave en un baúl. En el transcurso de los años agregó dinero con regularidad a la fortuna de la familia, de modo que se acumularon más de 170.000 cruzeiros. Pero a Benedito le asustó la idea de tener tanto dinero almacenado en su choza de barro y temía que alguien lo asaltara. Por eso acudió al alcalde y pidió que le guardara el dinero. El alcalde entonces llamó a la policía y ésta vino y corroboró lo que el alcalde temía: ¡la “fortuna” no tenía ningún valor en absoluto! Todos los billetes y las monedas irían a parar entre los cruzeiros “antiguos,” que hacía años habían dejado de circular.

El jornalero perplejo, que para entonces estaba llorando, se enteró de que si se hubiese utilizado el dinero cuando estaba en circulación, en vez de tenerlo guardado, pudieran haberse comprado 17 casas de clase media, cuyo valor actual podría representar una verdadera fortuna. En lugar de eso, Benedito salió tristemente de la oficina con 500 cruzeiros ($6,00, E.U.A.) en su bolsillo, que le había dado el compasivo investigador policíaco. ¡He aquí otra víctima de la inflación!

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