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“GENERALMENTE, el elefante sólo adopta esta posición [orejas abiertas] cuando está alarmado y preparado para atacar.” (Cynthia Moss, en “Portraits in the Wild”.)
También es el momento para que el objeto de su atención se alarme... van a abalanzarse sobre él siete toneladas de furia.
Pero la amenaza del hombre sobre el elefante es mucho mayor que la que este animal puede suponer para el hombre. El precio del marfil se ha puesto por las nubes y las autoridades no pueden detener la caza furtiva (los dos colmillos de los mayores especímenes pueden pesar más de ciento ochenta kilogramos [cuatrocientas ochenta libras]). Los cazadores se llevan los colmillos y dejan que el resto del animal se pudra. Qué cruel. Qué triste.