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Los frascos de “crack” son como las balas de un arma de fuego
Los defensores de la Ley tratan de luchar contra esta droga. Hijos asesinan a sus padres cuando necesitan otra toma. Padres matan a sus hijos bajo la influencia de ella. Por su culpa se arruina la vida futura de muchas criaturas que todavía están en la matriz de su madre. Por el control de esa droga algunos barrios urbanos se convierten en campos de batalla, y los cadáveres que son secuela de esas indiscriminadas matanzas terminan siendo retirados en bolsas. El personal de las salas de urgencias de los hospitales está totalmente extenuado a causa de ella. Traficantes de todas las edades perciben enormes ganancias vendiéndola. Se la describe como “el sueño del traficante y la pesadilla del usuario”.