“El tabaco apesta”
EN los últimos años el Departamento de Sanidad de California ha lanzado una vigorosa campaña educativa en contra del tabaco. El mensaje, breve y directo, ha aparecido en muchas vallas publicitarias por todo el estado. ¿Cuáles son algunos de los mensajes? “Los fumadores son adictos. Las compañías tabacaleras son traficantes. El tabaco apesta.” “El humo del tabaco causará la muerte de 50.000 no fumadores este año. El tabaco apesta.” Otro, bajo el símbolo de un paquete de cigarrillos, dice: “Compre ahora. Pague después”. Con la vida, por supuesto. Otro letrero dice: “Me muero por fumar”. El juego de palabras es obvio, y subraya esta idea la fotografía de medio rostro cuya otra mitad es una calavera.
Otra táctica empleada en algunos países para disuadir a la gente de recurrir al tabaco y la nicotina es una marca de cigarrillos llamada Death (Muerte). La cajetilla, de color negro, lleva el símbolo de una calavera y dos tibias cruzadas con un mensaje que dice: “Los cigarrillos crean adicción y debilitan. Si no fuma, no empiece. Si fuma, déjelo”.
Es difícil determinar si los demás trucos de esta impactante campaña de vallas publicitarias tienen efecto en los fumadores. Lo cierto es que en los pasados seis años “el consumo de tabaco en California ha disminuido en un 27%, unas tres veces más que el promedio de disminución nacional”. (The Washington Post National Weekly Edition.) La campaña de carteles pudiera alejar de este hábito peligroso incluso a los fumadores en potencia. Por supuesto, los que afirman ser cristianos deben evitar este vicio inmundo y egoísta. El apóstol Pablo escribió: “Dado que tenemos estas promesas, amados, limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. (2 Corintios 7:1.)