De nuestros lectores

Respuesta a un relato autobiográfico Muchas gracias por la conmovedora historia de Larry Rubin “Ya no soy una roca ni una isla” (22 de noviembre de 1994). Mucha gente no toma en consideración a los que han sufrido en el pasado. Mi propio hijo me dijo en una ocasión que si yo realmente tuviera fe no estaría angustiada. Pero no todos podemos olvidar el pasado fácilmente. Por favor, sigan publicando experiencias humanas de este tipo. Le pido a Dios que esta ablande algunos corazones.

M. L., Gran Bretaña

No encuentro palabras para expresar mi gratitud. Muchas veces nos encontramos con personas que están marcadas por los abusos sufridos en el pasado. Ayudarlas a desempeñar su función en la congregación y a cultivar una relación con Jehová no es tarea fácil, pero el artículo mostró que tales personas pueden aprender a sentir amor y confianza.

J. D., Canadá

Soy cristiana desde hace veinticinco años. He servido a Dios fielmente con la mente, pero tengo el corazón duro como una piedra. Me crié en una familia con problemas de alcoholismo y sufrí golpes, abuso sexual y otros traumas. Jehová ha hecho mucho por mí, pero no siento amor por él. La historia de Larry Rubin me hizo concebir esperanzas de que tal vez algún día, solo tal vez, podré llorar al recordar el pasado y tener sentimientos. A lo mejor también llego a disfrutar de lo que Larry Rubin ya tiene: amor, confianza y aceptación.

A. F., Estados Unidos

Algunas biografías anteriores eran de personas que parecían superhombres: intrépidos sin conflictos internos y sin debilidades. La historia de Larry Rubin fue narrada desde un ángulo diferente. Él expuso francamente sus sentimientos íntimos. Esta clase de biografías se ven reales porque tratan de cosas que suceden en nuestra propia vida.

F. D. S., Brasil

El factor Rh Es verdaderamente loable el modo como ¡Despertad! aborda temas tan controvertidos. El enfoque del artículo “El factor Rh y usted” (8 de diciembre de 1994) no era el de un fanático religioso. Se trató el asunto con exactitud científica, usando terminología médica actualizada, pero a la vez clara y entendible. Esto refuta la acusación de que los testigos de Jehová son fanáticos irracionales que no valoran la vida humana.

I. R., Alemania

Estoy embarazada y el médico me dijo que debía ponerme una inyección para no generar anticuerpos contra la sangre de mi bebé. Yo no sabía nada sobre el factor Rh, y accedí. Cuando después me enteré de que la inyección está sacada de la sangre, temí haber transgredido la ley divina sobre la sangre. Su artículo me tranquilizó al explicar que la decisión de aceptar o no la inyección depende de la conciencia de cada uno.

C. W., Estados Unidos

Hablar de religión Aunque me crié como cristiana, me da vergüenza participar de lleno en la predicación pública, sobre todo ante mis compañeros de escuela. Los consejos que daban en el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Por qué hablar de Dios?” (22 de septiembre de 1994) me recordaron la importancia de esa obra. Voy a tomar a pecho su exhortación de llegar a estar adecuadamente capacitada como maestra de la Palabra de Dios.

K. K., Nigeria

Tengo 12 años, y siempre me ha dado mucha vergüenza decir que soy testigo de Jehová. Cuando estaba en el servicio del campo, deseaba que no me vieran mis compañeros de escuela. El artículo me hizo ver que no soy la única que he tenido que luchar con este problema, y me ayudó a superar la vergüenza que sentía.

M. V. S., Brasil