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  • La propagación de microbios asesinos

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¡Despertad! 1996
g96 22/2 pág. 3

La propagación de microbios asesinos

Transcurría el mes de mayo de 1995. Durante un vuelo de Londres a Nueva York, Eloise y los demás pasajeros recibieron la tarjeta Aviso al personal médico, que decía en el anverso:

“AL PASAJERO: Guarde esta tarjeta en su billetera o bolso durante seis semanas. Si enferma en ese lapso, entréguela a su médico e infórmele sobre su viaje reciente al extranjero.

”Es posible que usted haya estado expuesto a enfermedades transmisibles antes de llegar a Estados Unidos; conocer esta posibilidad puede facilitar a su médico el diagnóstico.”

Los auxiliares de vuelo también repartieron periódicos que contenían reportajes acerca de la epidemia de Ebola, una enfermedad viral que estaba cobrando la vida de muchas personas en Zaire.

Eloise comenzó a leer sobre el Ebola, afección espantosa y letal. Los primeros síntomas de los infectados eran fiebre, dolores de garganta y cefaleas, seguidos de vómitos, dolores abdominales y diarrea. A continuación se presentaban hemorragias copiosas e incontrolables, tanto internas como externas. En nueve de cada diez casos, la muerte sobrevenía rápidamente.

Meses antes se habían difundido noticias de otras enfermedades extrañas y letales, como la peste neumónica de la India. En varios lugares hubo personas que murieron en cuestión de horas, víctimas de lo que los medios de comunicación denominaron “bacteria comecarne”.

Eloise miró el reverso de la tarjeta donde leía:

“Al médico: El portador de esta tarjeta viajó al extranjero hace poco y quizás estuvo expuesto a enfermedades transmisibles infrecuentes en Estados Unidos. Si usted sospecha que este paciente es portador de una enfermedad infecciosa (cólera, fiebre hemorrágica, paludismo, fiebre amarilla, etcétera), infórmelo de inmediato al inspector de sanidad de su ciudad, condado o estado; además, llame (gratuitamente) a la División de Cuarentenas del Centro para el Control y la Prevención de la Enfermedad ubicado en Atlanta (Georgia).”

La tarjeta reflejaba la creciente preocupación internacional por la diseminación de microbios letales —parásitos, bacterias y virus—, que podrían propagarse como un fuego en la maleza desde cualquier foco epidémico de la Tierra. A diferencia de Eloise y los demás pasajeros, los microbios no necesitan pasaportes ni respetan las fronteras nacionales. Viajan ocultos en sus huéspedes humanos con increíble facilidad.

Mientras Eloise guardaba la tarjeta Aviso al personal médico en su bolso, se preguntaba: ‘¿De dónde proceden estas enfermedades mortales? ¿Por qué parece que la ciencia médica moderna es incapaz de vencerlas?’. Es posible que usted también se haya hecho estas preguntas.

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