¿Se acerca el fin de las religiones del mundo?
POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN SUECIA
AL LEER este título, ¿dice usted: ‘¿Pero cómo? ¿Acaso no son instituciones muy sólidas e influyentes en el mundo actual?’?
En efecto, aunque las religiones han atravesado un mar de problemas, esa es la impresión que uno recibe. En nuestro siglo se cuestiona y denuncia la religión como nunca antes. Los astrónomos escrutan el universo con enormes telescopios, los astronautas surcan el espacio, y, como dijo un cosmonauta soviético, no ven “ni a Dios ni a los ángeles”. Los físicos dividen la materia en partículas cada vez más pequeñas sin descubrir ninguna chispa divina que haya iniciado la vida. Biólogos y paleontólogos afirman haber reconstruido la larga cadena evolutiva, de la ameba al hombre, sin hallar el más mínimo eslabón que revele la intervención de un creador.
Pero la sabiduría secularizada y la filosofía materialista, al igual que las potencias y filosofías ateas, no han conseguido borrar del planeta la religiosidad. Durante más de setenta años, los regímenes comunistas de carácter totalitario y ateo dijeron que la religión era una superstición y “el opio del pueblo”, depusieron a los caudillos religiosos y prohibieron sus labores, destruyeron y saquearon iglesias y templos, y sometieron a los feligreses a lavados de cerebro o los asesinaron. Aun así, estas medidas no lograron suprimir la religiosidad. Caídos aquellos gobiernos, la religión se alzó del polvo, al parecer con nuevos ímpetus. En los países ex comunistas la gente vuelve a afluir a sus antiguas iglesias y se arrodilla devotamente, como sus antepasados.
La religiosidad mantiene su pujanza en otras regiones del globo. Cada año, la ciudad saudí de La Meca acoge a millones de peregrinos musulmanes de todo el mundo. En el Vaticano, la plaza de San Pedro suele estar abarrotada de fieles católicos que anhelan ver al Papa y recibir su bendición. Millones de peregrinos hindúes llegan a raudales a centenares de santuarios situados a orillas de los ríos “sagrados” de la India. Los judíos fervorosos acuden al Muro de las Lamentaciones de Jerusalén para orar y dejar en los resquicios sus plegarias escritas.
Por consiguiente, parece imposible desarraigar la religión de la humanidad. “El hombre es, por naturaleza, un animal religioso”, dijo el estadista irlandés Edmund Burke. Las estadísticas indican que 5 de cada 6 personas tienen algún tipo de vinculación religiosa. Según las últimas cifras, hay en el mundo 4.700 millones de seguidores de religiones establecidas, frente a poco más de mil millones de personas no religiosas y ateas.a
En vista de lo expuesto, ¿es lógico creer que se acerca el fin de las religiones del mundo? Y si es así, ¿cuándo ocurrirá y cómo? ¿Subsistirá alguna religión? Examinemos estas preguntas en los siguientes dos artículos.
[Nota]
a La denominación “no religioso” abarca a “quienes no profesan religión alguna, incrédulos, agnósticos, librepensadores y laicistas indiferentes a todas las religiones”.
[Ilustración de la página 3]
Plaza de San Pedro (Ciudad del Vaticano)