La dolorosa emancipación de los hijos
“Mi esposo me lo advirtió desde que tuve al primero: ‘Cariño, la crianza de los hijos es un largo adiós’.” (Ourselves and Our Children—A Book by and for Parents [Nosotros y nuestros hijos. Un libro para los padres escrito por padres].)
LA MAYORÍA de los padres están muy felices, sí, locos de contento, cuando nace el primer retoño. Aunque los hijos acarrean incomodidades, dificultades, dolores, frustraciones e inquietudes, también pueden brindar grandes alegrías. Hace tres milenios, la Biblia indicó: “Los hijos que nos nacen son ricas bendiciones del Señor” (Salmo 127:3, Versión Popular).
No obstante, el siguiente vaticinio bíblico nos invita a la reflexión: “El hombre dejará a su padre y a su madre” (Génesis 2:24). Los hijos suelen marcharse de casa por diversas razones: para educarse, realizar su vocación, expandir el ministerio cristiano o contraer matrimonio. Esta realidad es para muchos progenitores sencillamente insufrible, de modo que los esfuerzos naturales de sus vástagos por independizarse hacen que se sientan “insultados, indignados, abochornados, amenazados o rechazados”, como dijo cierto escritor. Con frecuencia, la situación se traduce en continuas riñas y tensiones familiares. Negándose a aceptar que un día dejarán el nido, algunos no los preparan para la vida adulta, a veces con consecuencias nefastas, como no saber administrar el hogar, cuidar de la familia o siquiera mantener un empleo.
La separación puede ser aún más dolorosa en las familias monoparentales. “Mi hija y yo estamos muy unidas —comentó Karen, madre sin cónyuge—; nos hicimos buenas amigas. La llevaba conmigo a todos los sitios.” En la familia monoparental es frecuente que el progenitor tenga una estrecha relación con el hijo, por lo que se comprende que le aterre perderla.
El libro Traits of a Healthy Family (Características de una familia sana) da este recordatorio a los padres: “La vida familiar se reduce a criar al niño que depende de nosotros para que sea un adulto independiente”. Luego advierte: “Muchos problemas de familia obedecen a la incapacidad de los padres para dejarlos salir del nido”.
¿Qué puede decirse de usted, si es padre? ¿Está listo para el día en que se emancipen sus hijos? Y ¿qué hay de ellos? ¿Los está preparando para cuando vivan por su cuenta?