Una decisión que nunca lamentará
CENTENARES de millones de hombres y mujeres nacieron después de la II Guerra Mundial y se hallan ahora en la mediana edad. Aunque muchos están satisfechos con sus logros, otros se sienten decepcionados. Se han casado, han trabajado, han tenido hijos, han criado una familia y quizás han visto morir a sus padres. Hoy, al encanecérseles los cabellos, ensanchárseles la cintura y empezar a crujirles las rodillas, algunos piensan que no han logrado sus objetivos. Frustrados, tal vez inquieran: “¿Qué sentido tiene la vida?”. Es posible que usted se haya hecho la misma pregunta.
Sin lugar a dudas, es muy conveniente reflexionar de vez en cuando en la vida que uno lleva. Por otro lado, darle vueltas a las decisiones que lamenta puede dejarle frustrado. En vez de pensar: “Ojalá hubiera...”, es mucho mejor centrarse en las decisiones prudentes que aún puede tomar, como examinar respuestas a sus preguntas sobre la finalidad de nuestra existencia. Por ello, le invitamos a leer la publicación ¿De veras se interesa Dios por nosotros? Aceptar nuestra invitación será una decisión que nunca lamentará.
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