Prólogo

¿Dónde puedo hallar los mejores consejos?

para las chicas

Te resulta imposible dejar de pensar en el chico nuevo. ¡Es guapísimo! “¿Y qué tiene de malo pensar en él? Total, ni siquiera sabe que existo”, te dices. Y no solo te gusta a ti: las demás no paran de hablar de él. Todas se vuelven locas cuando lo ven.

De repente, su mirada se cruza con la tuya, y te desarma con su sonrisa. Casi sin darte cuenta, se la devuelves. Y entonces... se acerca y te saluda:

—Hola —dice medio tímido.

—Hola —contestas.

—Me llamo Sergio.

—Eeeh, eres nuevo, ¿verdad? —preguntas sin saber muy bien qué decir.

—Bueno, llegué hace unas semanas.

¡Todavía no puedes creer que esté hablando contigo!

—Mira —te explica—, esta noche tengo una fiesta en casa. ¿Quieres venir?

Ahora se acerca un poco más, te guiña el ojo y te dice en voz baja:

—Solo para que lo sepas: mis padres van a salir, y habrá bebida. ¿Qué dices? ¿Te apuntas?

Sergio espera tu respuesta. Cualquier otra chica aceptaría sin pensarlo dos veces.

¿Y tú? ¿Qué vas a hacer?

para los chicos

Ves venir a dos compañeros y se te hace un nudo en el estómago. Ya sabes lo que te van a ofrecer. Esta sería la tercera vez en una semana.

Uno de ellos te dice: “¡Qué! ¿Otra vez estás solo? Toma, para que no te aburras”. Y saca algo que parece un cigarrillo.

Pero tú sabes que no es tabaco, y sientes que el estómago se te encoge todavía más. Le dices:

—No, gracias. Ya te dije que yo no...

—Es por tu religión, ¿verdad? —te interrumpe el otro compañero—. Nunca te dejan hacer nada.

—¿O es que no te atreves? —se burla el primer compañero.

—¡No! ¡No es eso! —dices con el poco valor que te queda.

Entonces, el otro te da una palmadita en la espalda y te dice: “Dale, fúmatelo. No va a pasar nada”.

El primer compañero se te acerca y te dice en voz baja: “No se lo vamos a decir a nadie”.

¿Qué harás?

SITUACIONES como estas se repiten todos los días en distintas partes del mundo. El problema es que no todos los jóvenes están bien preparados para enfrentarse a ellas. Un muchacho a quien presionan para que fume pudiera pensar: “No lo quiero hacer, pero insisten tanto... No quiero que piensen que soy raro”. O una muchacha a la que un joven invita a salir pudiera decir: “Es un buen chico. ¿Por qué no puedo decirle que sí? ¡Aunque sea una vez!”.

La presión pudiera ser muy grande, pero es posible hacerle frente. Curiosamente, los jóvenes que se preparan para defender con valor lo que creen sienten menos presión. ¿Te gustaría formar parte de ese grupo de jóvenes? ¿Quieres saber cómo prepararte?

Pues bien, los mejores consejos para enfrentar con valor los retos y desafíos de la juventud se hallan en la Biblia. ¿Por qué en la Biblia? Porque es la Palabra inspirada de Dios (2 Timoteo 3:16, 17). Pero ¿en qué aspectos de la vida te puede ayudar? A continuación te damos una lista. Marca los temas que más te interesen.

□ La relación con el sexo opuesto

□ Los cambios de tu cuerpo

□ Cómo hacer amigos

□ Las presiones en la escuelaa

□ Cómo administrar tu dinero

□ Tu relación con tus padres

□ Tus sentimientos y emociones

□ Qué hacer con tu tiempo libre

□ Cómo mejorar tu relación con Dios

Mira ahora las páginas 4 y 5, y notarás que cada tema está relacionado con una de las nueve partes en que se divide el libro. Podrías leer primero las secciones que tienen que ver con los temas que acabas de marcar. En este libro verás cómo los principios bíblicos pueden ayudarte en todos estos aspectos de la vida.b

Este libro también te da la oportunidad de expresarte. Al final de cada capítulo, por ejemplo, encontrarás un recuadro titulado “¡Manos a la obra!”. Ahí puedes anotar cómo vas a poner en práctica lo que has leído. También hay páginas con actividades y ejercicios —como “Estrategia contra la presión de grupo” (páginas 132 y 133)— que te ayudarán a identificar posibles situaciones difíciles y a pensar en maneras prácticas de resolverlas. Y eso no es todo: cada sección concluye con una página titulada “Tus reflexiones”, un espacio para expresar tus experiencias y opiniones y para poner por escrito cómo vas a aplicar la información en tu propia vida. Finalmente, hay nueve apartados con el título “Buenos ejemplos”, en los que se analizan ciertas características de varios personajes bíblicos que vale la pena imitar.

La Biblia aconseja: “Adquiere sabiduría, adquiere entendimiento” (Proverbios 4:5). No basta con conocer qué cosas están mal y qué cosas están bien. Tienes que aprender a ver el cuadro completo, a entender cuáles son las consecuencias de hacer lo que está mal y cuáles son las ventajas de hacer lo que está bien. Así tendrás el valor y la confianza que necesitas para enfrentarte a la presión de grupo.

Nunca olvides esto: por muy grandes que te parezcan tus problemas, no eres el único que los tiene. Muchos jóvenes se enfrentan a dificultades similares y logran superarlas. Si ellos pueden hacerlo, seguro que tú también. Te recomendamos que le saques el jugo a este libro. Después de leerlo no te quedará duda de que los mejores consejos para la vida se hallan en la Biblia.

[Notas]