Prólogo
El mensaje de Dios a la humanidad, contenido en la Biblia, se dio con el propósito de que se entendiera. Desgraciadamente, este entendimiento es poco común hoy en día. La fe de muchas personas ha sido debilitada por las presiones de los tiempos modernos. No obstante, en la actualidad muchos sienten la necesidad urgente de adquirir un entendimiento claro de la Biblia. Estas personas desean un conocimiento que sea sólido y confiable, hechos sobre los cuales basar sus convicciones y su esperanza. Buscan una guía para resolver los problemas cotidianos de la vida y para tomar decisiones correctas en tiempo de crisis. Sobre todo, están interesadas en la promesa divina de vida eterna y en conocer los requisitos de Dios. (Juan 17:3.) La Biblia les ofrece esta información, pero tienen que entender lo que leen. (Pro. 4:7-9.) Con este propósito se publicó en 1971 y en un solo volumen el libro Aid to Bible Understanding (Ayuda para entender la Biblia). Esta traducción es una edición condensada de la obra inglesa.
En el relato bíblico se pueden apreciar diferentes componentes. Se habla de gente de muchas razas y naciones: lo que dijeron e hicieron, sus costumbres, emociones y su adoración correcta o errónea; los lugares: países, ciudades y aldeas, montañas, ríos y valles, con sus árboles y plantas, aves y animales autóctonos; los acontecimientos notables: el surgimiento y caída de imperios y reinos, conspiraciones y opresiones políticas, batallas notables; y, lo más importante, el registro de los tratos de Dios con los hombres: su misericordia y hechos milagrosos de salvación, sus juicios, promesas y profecías... todas estas cosas y muchas más tienen su lugar en el registro bíblico. Todas son significativas, y cuanto mejor las conozcamos, más claro puede llegar a ser para nosotros el propósito general de Dios.
La autoridad principal en la cual se basan todos los artículos es la Biblia misma. En este respecto esta obra difiere de otras publicaciones de naturaleza similar. Es un hecho que la investigación de los lexicógrafos ha resultado en que tengamos mucho mejor conocimiento de los idiomas originales de la Biblia: hebreo, arameo y griego. Del mismo modo, las investigaciones arqueológicas efectuadas en todas las tierras bíblicas —en Egipto, Palestina, Siria, Asiria, Babilonia, Persia y en otros muchos lugares— han sacado a la luz escritos, registros antiguos y objetos dignos de interés pertenecientes al tiempo en que se estaba escribiendo la Biblia. Sin embargo, hemos sopesado cuidadosamente estos datos para evaluar debidamente los puntos de vista que se han presentado así como las conclusiones a que han llegado los investigadores y otros doctos, y de este modo hemos distinguido entre lo que simplemente son teorías y lo que claramente son hechos. En todo caso se ha aceptado como más confiable el registro bíblico.
En nuestro interés y preocupación por presentar información confiable, también hemos tenido cuidado en eliminar aquello que suele presentarse como evidencia arqueológica en apoyo de la Biblia, pero cuyo apoyo es solo superficial o ni siquiera puede probarse su relación con la Biblia misma. Por ejemplo, la capa de sedimento (de varios metros de espesor en algunos lugares) que un famoso arqueólogo británico descubrió en ciertas excavaciones efectuadas en la cuenca mesopotámica ha sido usada en el pasado como “evidencia” del diluvio de los días de Noé. No obstante, este sedimento se encuentra únicamente en la región de los ríos Tigris y Éufrates, y por lo tanto indica una o varias inundaciones locales y no un diluvio de proporciones globales como el del día de Noé. Por eso, en el artículo DILUVIO no se presenta ese apoyo superficial, sino que se dan otras pruebas de más peso como evidencia de una inundación de proporciones verdaderamente globales.
Al tratar acontecimientos históricos hemos tenido en cuenta la diferencia entre historia verdadera y relatos reconstruidos. Nos hemos esforzado por presentar las declaraciones sobre sucesos antiguos directamente de las fuentes originales. Nos puede servir de ejemplo la conquista de Babilonia por Ciro. Hay muchas publicaciones que recogen lo que dicen los historiadores modernos acerca de este acontecimiento. Aunque los historiadores se ven obligados a recurrir a las mismas fuentes básicas para sus versiones de los hechos, estas versiones frecuentemente varían unas de otras. En vez de la descripción, a veces un tanto fantástica, de los historiadores modernos, hemos expuesto lo que estas mismas fuentes básicas dicen. De este modo el lector puede ver cómo concuerdan en general las fuentes antiguas así como los detalles en que difieren.
Al enfocar los asuntos de esta manera equilibrada, hemos intentado ‘retener el modelo de palabras saludables’, es decir, permanecer fieles a los hechos bíblicos, aunque se han tomado en cuenta también otras fuentes de información. (2 Tim. 1:13.) Creemos que el lector hallará la información presentada no solo objetiva sino también conducente a reflexión.
El estudiante de la Biblia tendrá en esta publicación, Ayuda para entender la Biblia, un instrumento muy útil. Le será provechoso buscar en ella cualquier expresión desconocida que encuentre en su lectura o estudio personal de la Biblia, o sobre la que no esté plenamente informado. Con muy pocas excepciones, los asuntos tratados en este libro son palabras y expresiones que se hallan en la Biblia. Para ahorrar espacio y con el fin de ofrecer al lector un mayor caudal de información, algunos temas afines no se tratan por separado sino que se agrupan bajo un encabezamiento general, como por ejemplo: ARMAS, ARMADURA; POSTURAS Y ADEMANES; e INDUMENTARIA.
La Biblia es el libro más absorbente e interesante de la Tierra, y el más provechoso para leer y estudiar. Hemos preparado este libro, Ayuda para entender la Biblia, con el fin de aumentar no solo el conocimiento y entendimiento de la Biblia sino también el aprecio de corazón por Su Autor, Jehová Dios, para que la mente y labios de todos los que usan esta obra alaben Su nombre. Oramos sinceramente que sirva para ayudar a centenares de miles de personas a que abran su corazón por completo ante Jehová Dios con plena confianza y devoción. (Isa. 40:8.)