ABUBILLA
Ave de plumaje rojizo que se distingue por las anchas franjas alternas blancas y negras de sus alas y cola. Es aproximadamente del tamaño de una paloma y tiene una llamativa cresta de plumas. Esta cresta se extiende desde la base del largo pico, fino y arqueado, hasta la parte trasera de la cabeza, y sus plumas tienen las puntas blancas y negras. Cuando se abre, forma una hermosa corona semicircular, y el ave la levanta y la baja como un abanico.
No obstante, y a pesar de su vistosidad y gran colorido, la abubilla es muy sucia tanto en sus hábitos como en el nido. Su dieta de insectos la obtiene explorando con su pico agudo no solo el suelo sino también estercoleros y otra suciedad. El nido, que hace en los huecos de los árboles, de las paredes o en las grietas de las rocas, despide un hedor insoportable producido por las secreciones de las glándulas del aceite del ave y por el hecho de que no lo limpia de los excrementos. Así, aunque no es un ave de rapiña ni se alimenta de carroña, la abubilla estaba entre las aves inmundas para alimento según la ley mosaica. (Lev. 11:13, 19; Deu. 14:12, 18.)
[Ilustración de la página 27]
La abubilla, un ave de gran colorido y de hábitos sucios