La Corte Suprema de los EE. UU. defiende las libertades
En Havre de Grace, Maryland, los testigos de Jehová pidieron permiso para celebrar una reunión religiosa en el parque. El ayuntamiento rehusó darles el permiso, la reunión se celebró de todos modos, dos conferenciantes, Daniel Niemotko y Neil Kelley fueron arrestados, acusados de portarse desordenadamente, se celebró su juicio y fueron juzgados culpables y les impusieron la multa de $25 y costas. Por medio de apelaciones la causa por fin llegó a la Corte Suprema de los Estados Unidos. El 15 de enero, este tribunal, en una decisión unánime escrita por el Sr. Vinson, presidente del tribunal supremo, revocó los fallos de los tribunales inferiores y censuró a los funcionarios municipales.
El presidente del tribunal Vinson señaló que el alto tribunal anteriormente había condenado los estatutos y ordenanzas que lo hacen obligatorio conseguir permiso de los oficiales locales, basándose en la idea de que “el exigir permiso constituyó una restricción anterior de la libertad de palabra, de prensa y de religión, y, en la ausencia de normas definitivas que sean razonables y estrechamente redactadas para dirigir a los funcionarios, tendría que ser inválido”. Se mostró que Havre de Grace no tenía ninguna ley regulando o prohibiendo el uso del parque, sino que dejó toda autoridad en manos del comisario del parque y el ayuntamiento. Acerca de esto, el presidente del tribunal dijo: “No se ven normas en ningún lugar; ninguna limitación estrechamente redactada; nada para limitar este poder absoluto; ningún verdadero interés de la comunidad que servir.” En ese mismo día la corte derribó una ordenanza municipal de Nueva York que exigía que los predicadores consiguieran permiso de la policía para conducir servicios religiosos en las calles. El tribunal merece ser encomiado por causa de estos fallos, que son victorias para las libertades fundamentales.