Confesiones de fracaso
La iglesia viva (periódico episcopal en inglés) dijo el 23 de noviembre de 1952: “No hace mucho se publicó el resultado de una encuesta de creencias religiosas efectuada en una parroquia distinguida de nuestra Iglesia. Fué aterrador notar cuán poco realmente creen algunas personas, a pesar del hecho de que supuestamente se ponen en pie y recitan los Credos todos los domingos en la iglesia. Se indicó correctamente que en la mayoría de los casos esta debilidad de fe algo desalentadora se debía a la falta de enseñanza definida. Sin embargo . . . un lego que dice automáticamente un Credo que no cree, o, a la verdad, que se une a una Iglesia que profesa una Fe que él no cree, es tan culpable como un clérigo que no enseña el cristianismo ortodoxo a su rebaño.”
Otras faltas de una gran parte de la religión de hoy se mostraron en la Asamblea anual de la unión congregacional de Inglaterra y Gales en la Capilla Wéstminster de Londres, en mayo de 1950. Allí el presidente Lóvell Cocks, rector del Colegio Occidental de Brístol, dijo en palabras fuertes: “¿Puede fe tan claudicante como la nuestra dejar atrás al dinamismo fiero del credo marxista? ¿Podemos esperar vencer a los comunistas antes de que los cristianos sepan su material tan bien como los comunistas saben el suyo? Hasta que lo sepamos los comunistas no tienen por qué tenernos miedo.” En cuanto a las grandes iglesias con poca concurrencia, él dijo: “Estas confraternidades han llegado a creer que la causa del reino significa mantener estos edificios en función y todo lo demás se sacrifica. . . . ¿No será que lo que Cristo realmente quiere que hagan es que efectúen una liquidación, que se deshagan de sus edificios, y alquilen un cuarto sobre una tienda-un aposento alto, y comiencen de nuevo de manera apostólica?”
Ningún conocimiento, ninguna creencia, una fe claudicante, adoración de edificios, el fuego del cristianismo verdadero ido—eso es la cristiandad. Su dinamismo se ha extinguido con el gas venenoso de teorías humanas, entremetimiento político y social y doctrinas falsas. Ha embotado los sentidos a la verdadera creencia y acción cristianas. Usted tiene una alternativa—la apatía del mundo o la fe firme y dinámica del cristianismo verdadero. ¿Cuál escoge usted?