La mente del africano

Por un misionero de la Sociedad Wátchtower en África del Sur

HASTA cierto grado sigue siendo cierto que el europeo no puede desentrañar o entender la mente del africano. En la Unión llega a ser cosa más complicada por el hecho de lo mucho que varían los nativos en medio ambiente y grado de educación civilizada. Las tres mayores divisiones, aparte de diversas tribus, giran en torno del medio ambiente (1) en las ciudades y pueblos, (2) en las haciendas europeas, (3) en las reservas nativas.

A pesar de la colonización europea de África del Sur desde 1652 es notable cómo la cultura y mente del africano, aun entre los “africanos poblanos,” han resistido cambiar a la mente del hombre blanco y aceptarla. Varios factores han impedido cambios reales: (1) la norma de “segregación” establecida por los europeos ha aislado al africano del trato social; (2) costumbres y supersticiones paganas profundamente arraigadas; (3) lealtad a su sociedad patriarcal; (4) antipatía y recelo a los conquistadores y explotadores amos blancos; (5) creciente nacionalismo africano.

Todos los caminos de Jehová son amor. El amor íntegro ha caracterizado todos los tratos de Dios con sus criaturas. El amor entre los miembros de la sociedad del Nuevo Mundo es lo que los unirá a Jehová el Teócrata y a todos los semejantes que consigan vida eterna. Verdaderamente, entonces, la perspectiva mental o “mente de Cristo” tiene que ser investigada y adoptada. Esto requiere que todos los hijos de Adán, hijos egoístas y bajo condenación, ‘rehagan su mente.’ Así como los israelitas del día de Jesús tuvieron ciertas ventajas sobre hombres de las naciones afuera, así también hoy la cristiandad ha tenido algunas ventajas sobre el paganismo, en que ella ha tenido mayor acceso a la Palabra escrita de Jehová y de vez en cuando ha sido testigo de los actos de fe y amor por parte de hombres sinceros y temerosos de Dios. Aunque el africano puede haber comenzado con desventajas de esta clase, de esta manera humilde y pueril ahora progresa rápidamente en la bondad inmerecida y misericordia de Jehová.

La gran desventaja que el africano ha arrostrado es que el amor ha sido bastante desconocido para él. No ha tenido un conocimiento acertado de la existencia de Dios, Y de cómo ‘llega a ser el remunerador de los que celosamente le buscan.’ Los africanos han sido víctimas de la demonolatría, y el lado religioso de su mente consideró los asuntos sobrenaturales y las cosas espirituales de una manera que jamás inculcó amor. La mentira de Satanás acerca de la inmortalidad les proporciona una base profunda y enteramente engañosa para su creencia en que los “espíritus de los antepasados” muertos pueden ayudarlos o castigarlos, dependiendo de los sufragios de los vivos. Además, ha habido una inclinación a “negociar” con dichos “espíritus,” no sobre una base del amor que se les tiene, sino basada en el temor y el deseo de conseguir una ventaja material en cambio de sacrificios animales prescritos. Crueles hechizadores han sido los agentes faltos de amor.

Así como la predicación de la verdad bíblica capacita al africano a ‘renovar su mente’ concerniente al Dios vivo y verdadero, así también le permite ver a una luz cristiana sus obligaciones morales hacia sus semejantes. La relación de familia que Jehová estableció y que su Hijo explicó y los discípulos de Jesús pusieron en operación entre los cristianos primitivos es algo que le es difícil a la mente del africano entender, porque se basa en el amor apropiado. En vez de apreciarse y amarse unos a otros, el vínculo unidor es en su mayor parte un vínculo material. El hombre, o más bien la “aldea” del hombre, le compró a él su esposa o esposas. El dote o precio de novia entre los zulus es lobola. Los africanos educados tratan de disculparse por esta base para el matrimonio y relación de familia, pero la verdad es que lobola efectivamente entorpece la expresión y cultivo del amor verdadero. El motivo por tener y criar hijos principalmente es un motivo materialista. Las hijas serán “vendidas” por lobola, y los hijos, por medio de comprar esposas y criar hijos, “aumentan la aldea” numéricamente.

Con la disolución de la restricción impuesta por la represalia rigurosa bajo el sistema social patriarcal, el africano ha sido arrojado al siglo veinte sin ninguna parte de “la armadura de Dios.” El derrumbe de la moral social entre los africanos cobra prisa en dirección al caos completo. La mayor parte de las áreas municipales para los africanos están apiñadas, no son sanitarias, están malamente alumbradas y llenas de inmoralidad, vicio, enfermedad, escalo, lucha, borrachera, motín y agitación política. La norma del presente gobierno es recurrir a métodos violentos de crueldad, más policía, condenas más fuertes.

La organización del Nuevo Mundo, gracias a Jehová, está provista de las “armas de la luz” y tiene el único programa airoso para renovar la mente y revestir a sus súbditos con una cambiada personalidad amoldada a Cristo Jesús, la Cabeza. La educación seglar, reconocidamente, no ha inculcado amor. La religión falsa, igualmente, no ha enseñado ni seguido los verdaderos principios cristianos, y el africano no ha sido impresionado profundamente por lo que es tan frecuentemente hipócrita y parcial. La religión verdadera, que no hace distinciones sino que opera sobre la base del amor y abunda en el “fruto del espíritu,” gana su aprobación, respeto, simpatía y cooperación. La mente del africano tiene una característica obvia: es pueril e imitativa. Las visitas de los siervos de circuito africanos están logrando mucho para poner un buen ejemplo. Lo que podría ayudar mucho sería que los hermanos africanos se mezclaran socialmente con los hermanos europeos. Esto no es admitido por los estrictos arreglos de segregación de África del Sur.

Todos los esclavos de Jehová en África del Sur se regocijan al hacer lo que él manda tocante a ayudar a los hombres de buena voluntad allí a salir de las tinieblas y entrar en su luz maravillosa.