La esperanza nebulosa
¿CUÁL es su esperanza? Esa es una pregunta que la persona del término medio contesta vagamente, si es que la contesta. Esto se debe a que la mayoría de los cristianos profesos no sabe con seguridad cuál es su esperanza. Quizás crean que tienen una esperanza, pero qué tiempo embarazoso pasan si se les pide que expliquen su esperanza claramente, concisamente y con razones lógicas y sanas. Tanto prevalece la esperanza nebulosa a través de la cristiandad que ha alarmado a algunos clérigos de alta posición. Así es que el obispo J. E. Lesslie Newbigin, uno de los teólogos que prepararon el tema para la asamblea general del Concilio Mundial de Iglesias en Evanston, admitió: “Probablemente el punto más débil en la hechura del cristiano moderno es el hecho de que él no espera con suficiente confianza. Él no puede decir qué es lo que él espera, porque no está seguro.”
¿Por qué será que tantos cristianos profesos están inciertos acerca de su esperanza? Hay tres razones: (1) renuencia de la persona a examinar su esperanza críticamente, a probarla en cuanto a confiabilidad, a ver si tiene una base firme; (2) el fracaso del clero en cuanto a repartir verdades bíblicas puras, resultando en que la gente no sepa nada acerca de las más importantes de todas las nuevas: el propósito de Jehová Dios de establecer un nuevo mundo, y (3) la influencia de Satanás el Diablo para desviar a la gente de la esperanza del reino de Dios y hacer que acepten las promesas vacías de los hombres.
Investiguemos un poco más a fondo. Primero, la tendencia de uno de evitar un análisis de su esperanza. La gente vacila en cuanto a escudriñar el tejido de su esperanza. Se asemejan mucho a la persona que vacila en ir al dentista para un examen por temor de que él halle una caries. Así como la caries dentaria eventualmente causa dificultad seria, de igual manera una esperanza nebulosa, si se deja sin corregir, conduce al desastre.
Debido a la esperanza nebulosa el suicidio ha llegado a ser un problema mundial. Dijo el periódico Scientific American en un análisis del suicidio: “Evidentemente para la mayoría de nosotros la idea de que las cosas mejorarán sirve como una protección en contra de una destrucción propia impulsiva.” Los cristianos profesos cuya esperanza está confinada por neblinas caen fácilmente en el hoyo de la desesperanza. De modo que la esperanza nebulosa ha producido en abundancia los cultos de “paz mental,” cuyos adherentes compran por millones libros sobre “cómo ser feliz.” Pero a pesar de todos estos volúmenes ellos están sin la felicidad genuina; aun no saben con certeza hacia dónde su esperanza, la brújula de la mente, los dirige. Ellos exhiben, y se comprende por qué, poco entusiasmo acerca de ir al purgatorio o infierno del clero, pero tampoco manifiestan entusiasmo feliz acerca de ir al cielo según lo concibe el clero. Si se dejara al juicio de la gente, más preferiría vivir en felicidad sobre la tierra. Pero puesto que el clero no les ha dicho que esto es posible y que no se trata simplemente de escoger entre “el cielo o el infierno,” los que van a las iglesias han tenido que acudir a la psicología para hallar felicidad. Pero esta felicidad es adorno exterior. Como dijo una autoridad: “No es probable que unos cuantos artefactos psicológicos o cambios de actitud resuelvan las tensiones que son realmente significativas.”
Esto nos trae a la segunda razón por la esperanza nebulosa: el clero ha abandonado la Biblia, abrazando en su lugar paganismo, tradiciones, credos sin fundamentos, teorías y pompa ceremonial. Esto no sólo es religión vacía, sino que es religión falsa. Sólo unos cuantos clérigos tienen el valor de admitir que la enseñanza religiosa hoy en día es casi toda neblina. El clérigo W. L. Pettingill dijo hace poco acerca de la religión en la ciudad de Nueva York: “El noventa y nueve por ciento de la religión en esta ciudad debe echarse a la basura. . . . La mayor parte es religión falsa que pasa por alto las enseñanzas de Cristo.”
La esperanza verdadera no proviene de las tradiciones de los hombres; proviene de Dios. Jehová es “el Dios que da esperanza.” La persona de corazón honrado tiene que dirigirse a la Palabra de él. “Porque todas las cosas que fueron escritas de antemano fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestro aguante y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos nosotros esperanza.” ¡Ahí está la única fuente de esperanza: la Palabra de Dios, la Biblia!—Rom. 15:4, 13, NM.
El clero ha aguado las verdades bíblicas que pegan fuerte y destruyen el error. Cada día queda más en boga el pasar completamente por alto la Biblia en los sermones. Y bien, la mayoría de las iglesias, si todas las Biblias en el mundo desaparecieran repentinamente, podría seguir funcionando como si nada hubiera ocurrido. Los juegos de bingo podrían continuar sin la Biblia. Las reuniones sociales, partidas de campo y bailes no necesitan ninguna Biblia. Los repasos de libros se basan en todo menos libros bíblicos. Los sermones acerca del “modo positivo de vivir” se basan en los principios fundamentales de la psicología y pueden darse sin la Biblia. La música de órgano, los coros y las procesiones religiosas podrían seguir sin la Biblia. Se podría seguir con las enseñanzas de trinidad, tormento eterno, alma inmortal y también con la práctica de quemar incienso y prender velas a los “santos,” hacer rezos con el rosario, usar imágenes y estatuas y pagar dinero para librar a alguien del purgatorio, todo sin la Biblia, porque ¡ninguna de estas cosas tiene el apoyo de la Biblia en primer lugar! Ahí lo tiene entonces: el hecho puro de que las iglesias funcionan hoy en día virtualmente sin la Biblia. ¿Ha de ser extraño entonces el que los feligreses no puedan definir su esperanza, o hasta duden que tengan una?
En fin, el Diablo ha cegado a la gente tan cabalmente que la gran masa de la gente está perpetuamente en una cortina de neblinas no sólo respecto a su esperanza sino también respecto al propósito de Dios: “Si, ahora, las buenas nuevas que declaramos están de hecho veladas, están veladas entre los que están pereciendo, entre quienes el dios de este sistema de cosas ha cegado la mente de los incrédulos.”—2 Cor. 4:3, 4, NM.
Ya es tiempo de dispersar la neblina de la religión falsa. Despréndase de los líderes religiosos que están encerrados en la niebla y que sólo pueden conducir a otros a la misma neblina en que están ellos. Haga que su esperanza sea brillante y segura por medio de aprender acerca del nuevo mundo de Dios. Estudie la Biblia en asociación con la sociedad del Nuevo Mundo.—2 Ped. 3:13.