Gedeones modernos en el África ecuatorial francesa
AL Gedeón de la antigüedad se le recuerda principalmente por haber sido usado por Jehová para libertar a los israelitas del yugo opresor de los madianitas con su pequeño bando de trescientos guerreros, cada uno armado solamente con una trompeta, un jarro en que había una luz, y un grito de guerra: “¡La espada de Jehová y de Gedeón!” Pero antes de que él fuera usado para efectuar esa liberación él sirvió como testigo a favor de la adoración pura de Jehová por medio de derribar el altar que su padre había levantado para la adoración de Baal y por medio de cortar el palo sagrado que había junto a él en obediencia a instrucciones que el ángel de Jehová le dió.
Su obra de destruir la adoración falsa prefiguró una obra parecida que hoy hacen por todas partes de la tierra los testigos de Jehová. Un caso a propósito en que esto se hizo literalmente se halla en lo siguiente, que proviene de testigos de Jehová del África ecuatorial francesa:
“La obra aquí continúa aumentando. Nuevos campos se abren y personas de buena voluntad que están interesadas en el mensaje del Reino empiezan a adorar a Jehová en espíritu y en verdad. Cada día los testigos que están asociados con la congregación de Bangui hallan nuevas ‘otras ovejas’ del Señor que se unen a la sociedad del Nuevo Mundo.
“Durante la predicación de casa en casa, un testigo de Jehová habló acerca de la esperanza del nuevo mundo que vendría después del Armagedón a un matrimonio del que se conocía que ‘invocaba y adoraba demonios.’ Conmovidos por el poderoso y alegre mensaje, la pareja pidió al testigo que volviera y les dijera más acerca de ello. Él volvió a visitarlos y les dió más testimonio sobre el tema: Reconcíliense con el Creador su Dios, antes de que sea demasiado tarde. Mirándose uno a otro como entendiendo algo, la pareja entonces pidió al testigo que los aliviara de la carga de sus dioses fetiches. El testigo hizo esto, y tuvo que hacer tres viajes para llevar todos sus ídolos al río, donde los arrojó.
“Un vecino, viendo lo que estaba pasando, rascó al testigo en la espalda y le dijo en un susurro: ‘Quiero que usted se lleve nuestros fetiches también, pero mi esposa se opondría. Pero venga de todos modos.’ El testigo siguió al vecino a su casa. El vecino entonces dijo a su esposa: ‘Este hombre quiere tener permiso para botar nuestros fetiches; ¿qué crees tú de eso?’ Su esposa contestó: ‘Yo no me opongo.’ Así que el hombre y el testigo llenaron una enorme canasta con los fetiches y la trajeron al río, donde una gran multitud estuvo observando, la cual hasta ayudó a echar los fetiches al río, pensando que por ello ayudaban a traer calamidades al testigo y al hombre, por la venganza que los fetiches ejecutarían en éstos. Hoy tenemos un estudio bíblico regular con estos que una vez adoraban dioses fetiches y ellos han dedicado su vida a Jehová y también han simbolizado esto siendo sumergidos en agua.
“En otra sección una anciana de sesenta años, quien también adoraba fetiches, había estado invocando los demonios desde que era muy niña. Unos pocos meses antes de morir ella, su yerno, un testigo de Jehová, habló con ella acerca de las buenas nuevas del reino de Jehová y ella manifestó interés profundo en el mensaje. Aunque estaba gravemente enferma, ella llamó al testigo, quien conducía un estudio bíblico de congregación en la vecindad y le dijo que ella tenía uno de los fetiches más temidos y formidables y que ella no se atrevía a destruirlo por temor de que trajera mal a sus hijos. Por lo tanto ella le dijo al testigo: ‘Hazme el favor de destruir este fetiche en el nombre de tu Dios Jehová.’ El testigo la exhortó y entonces, después de la oración, él y un grupo de otros testigos con hachas desarraigaron la planta fetiche y el altar del dios demonio, para consternación de los vecinos de todo alrededor, pues ellos consideraban este fetiche como el más peligroso de todo el país.”
Sí, hoy hombres de buena voluntad del África ecuatorial francesa pueden decir a los adoradores de fetiches como Joás, el padre de Gedeón, dijo a los adoradores de Baal de su día: “Si es un dios contienda él por sí mismo.” (Jue. 6:31) Esa actividad iconoclasta de parte de los testigos de Jehová en el África ecuatorial francesa resultó en un aumento de 183 por ciento en el número de adoradores de Jehová durante 1953, sobre la cifra que había en 1952.