‘Satisface el deseo de todo ser viviente’
POR toda la tierra hoy hay un hambre de conocimiento verdadero acerca de Jehová Dios, hambre de su Palabra. Dios reconoce la necesidad espiritual de los mansos y por medio de sus testigos, que llevan Su mensaje de casa en casa, suple alimento dador de vida “a su tiempo,” haciéndolo disponible a “todo ser viviente.” (Sal. 145:15, 16) Lo que a continuación se relata demuestra cómo esto se está efectuando alrededor del globo.
Un gerente de negocios en Finlandia estaba afligido por causa de la corrupción que había en el país. Buscaba la verdad. Observó en la calle a un testigo que llevaba puesto un letrero que anunciaba el discurso de la asamblea de circuito: “¿Verdaderamente le importa a Dios?” ¡Eso mismo era lo que él se preguntaba! Fué a la reunión y quedó tan impresionado con el discurso que se quedó para oír el resumen de La Atalaya y el resto del programa. Pocos días después él telefoneó a la sucursal de la Sociedad Watch Tówer pidiendo más información. Se le fué a visitar y se le exhortó a asistir al estudio de un libro bíblico que un grupo de testigos celebraba cerca de su hogar y a las reuniones de la congregación. Empezó inmediatamente y siguió con regularidad. Justamente dos meses después que este señor empezó a estudiar e ir a las reuniones se bautizó y pidió su propio territorio. Se asignó a un ministro maduro a instruirlo en la obra de predicar y después de unos cuantos meses su necesidad espiritual había sido satisfecha a tal grado que él mismo conducía un estudio bíblico de casa y ya estaba capacitado para ayudar a otros.
Un joven matrimonio judío que estaba enfadado con la religión después de pasar dos años en las granjas colectivas de Palestina llegó a oír en Túnez el mensaje que los testigos de Jehová proclaman. Les interesó. A ellos les parecía que el movimiento sionista era puramente político. Un estudio bíblico en su hogar pronto les convenció de esto y les mostró quién es el verdadero Israel de Dios. Un estudio de las profecías y de la cronología bíblica también les mostró que Jesús en verdad es el heredero real, la Simiente de la mujer de Dios. Grande fué su gozo y pronto dieron a conocer estas verdades a su familia, y el número de las personas que asistían al estudio subió de tres a siete. Las nuevas de esto se extendieron rápidamente y llegaron a otros parientes y amistades que eran tradicionalistas. Con el fin de decidir la cuestión del Mesías se hicieron los arreglos para tener una discusión con uno de los principales rabinos del pueblo. Quince judíos estuvieron presentes para la discusión y la mayoría de ellos quedó grandemente sacudida por las verdades que se revelaron durante la emocionante revelación. El resultado fué que siete personas todavía asisten al estudio y, de éstas, cuatro ahora predican.
En el Japón, una viuda sorda, con cuatro hijos, apenas ganaba lo suficiente para vivir trabajando en casa y recibiendo pago por pieza producida. Deseaba vivir de la manera correcta, de modo que empezó a asistir a la iglesia, pero, como era sorda, no aprendía nada y nadie quería enseñarle. Un misionero que predicaba de casa en casa le colocó un folleto y empezó un estudio de la Biblia con ella. Aunque era pobre, contribuía semana tras semana por folletos, un libro, revistas. Impresionado por su celo, el testigo le dió una Biblia como regalo. En aprecio ella le escribió una carta que lo conmovió en gran manera. En ésta le contó como desde que emprendió su estudio de la Biblia había dejado de tomar desayuno para ahorrar dinero para literatura bíblica. A pesar de eso, se sentía en mejor salud para su trabajo, y ansiosamente esperaba seguir con su estudio. ¡Verdaderamente tal demostración de celo por conseguir alimento espiritual debe agradar a Jehová!
En Guadalupe una católica joven, “hija de María,” sintió el deseo de conocer más acerca de Dios. Le pidió al cura su propia Biblia y se puso a leer. Cuando la visitó un testigo tenía muchas preguntas. Primero, ¿qué hay de este infierno ardiente? En la Biblia católica había leído que ni siquiera ha entrado en la mente de Jehová quemar con fuego a hijos e hijas. Y, ¿no es San Pedro el sucesor de Jesús? ¿qué hay de adorar la cruz? Vino el fin del día, pero no de sus preguntas. El día siguiente se dedicaron tres horas a comprobar que María tuvo otros hijos además de Jesús, que sólo hay un medianero entre Dios y los hombres, y otras verdades básicas, junto con una explicación de la esperanza de un nuevo mundo de justicia. Ha seguido aceptando el “alimento a su tiempo,” y, ahora, dejando de ir a misa, empieza a predicar las buenas nuevas del Reino que satisfará “el deseo de todo ser viviente.”
¡Alabad a Jehová, todas las naciones! ¡alabadle, todos los pueblos! porque grande es su misericordia para con nosotros, y la verdad de Jehová permanece para siempre. ¡Aleluya!—Salmo 117.