¿Una vez salvo, siempre salvo?
● Frecuentemente se oye a los adherentes de ciertas religiones decir: “Una vez salvo, siempre salvo.” Por esto ellos quieren decir que, habiendo una vez declarado que creen en Cristo, no pueden volver atrás o caer del estado de salvos. Pero eso no es así. Si lo fuera, el apóstol Pablo no hubiera escrito a los hermanos de Corinto: “Mas temo que como la serpiente engañó á Eva con su astucia, sean corrompidos así vuestros sentidos en alguna manera, de la simplicidad que es en Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz.”—2 Cor. 11:3, 14, Val.
●Tampoco, si fuera imposible el volver atrás, hubiera él dicho a la congregación de Éfeso: “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al ganado; y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí.” Ni, si fuera imposible caer del estado de salvos, hubiera él dicho a los que estaban inclinados a lo espiritual entre los gálatas que se examinaran a sí mismos “porque tú no seas también tentado.”—Hech. 20:29, 30; Gál. 6:1, Val.
●¿Qué significan estas cosas para el cristiano? Que él debe investigar continuamente su fe, sometiéndola a examen para ver si es exacta y probándola correcta con la Palabra de Dios; entonces debe hacer lo que los requisitos de Dios exigen y luchar por la fe, para no ser como aquellos israelitas de la antigüedad a quienes Dios salvó de Egipto pero después destruyó porque “no creían.”—Judas 5, Val.