Amanece una nueva época para los irlandeses
Por un misionero de la Watch Tówer en Eire
EIRE es el lugar de donde vienen los irlandeses. La gente casi siempre llama al país Irlanda. Este país de verdor es principalmente católico, en lo que concierne a su religión. Y los misioneros cristianos descubren que es un campo fructífero en donde predicar el evangelio del Reino.
Los irlandeses, sin embargo, son en conjunto un grupo que duda. Posiblemente esto se deba a que en tiempos pasados se cometieron muchos actos no cristianos en el nombre del cristianismo. Dado que son católicos, les causa resentimiento el que alguien les venga a predicar y no les parece que haya necesidad alguna de oír el evangelio del Reino. Por eso muchas veces se les dice a los misioneros: “¿Por qué no se van a la América pagana o a la Inglaterra pagana para hacer su trabajo? ¡Aquí no los necesitamos!” No obstante, los mismos que dicen eso ignoran lastimosamente todo lo que se puede aprender acerca de la Biblia y el mensaje del Reino. Según el parecer de muchos católicos irlandeses todo lo que no es católico es pagano. Pero, por supuesto, hay algunos que no van de acuerdo con este punto de vista.
El conocer y entender a la gente irlandesa es amarla. Es un pueblo interesante y da gusto trabajar con esta gente y hablar con ella. No todos los irlandeses son amadores de la diversión, amigables y amables, como los representan en canciones y cuentos. Hay que entender su herencia y cultura antes de que uno pueda aproximarse a entender su comportamiento. Por ejemplo: Un ama de casa puede recibirlo con una gran sonrisa y asegurarle que ella es cristiana, pero lo echará de su puerta con gritos luego que vea que usted tiene una Biblia en la mano. “¡Qué conducta más extraña para un cristiano!” dice usted. Tal vez, pero no para los irlandeses. Hay que entenderlos.
Desde la niñez se les ha enseñado a los irlandeses que todas las religiones del mundo están opuestas a la religión de ellos, que la de ellos es la única que tiene derecho divino de existir, que todas las demás religiones simplemente se toleran, y que se les deja seguir gracias al aguante benévolo del clero católico. Se les enseña que no es necesario que e1 cristiano tenga conocimiento bíblico, que lo único que importa es su creencia en la iglesia y en sus líderes religiosos y el apegarse estrictamente a eso. Para que sus rebaños no lean literatura bíblica el clero les dice a sus feligreses que dicha literatura es comunista. Esto parece producir en ellos suficiente susto como para que no la investiguen de su propia cuenta.
El temor tiene a la gente firmemente asida. La gente teme lo que piensen sus vecinos, sus amigos, sus parientes y el clero si se atreviera ella a leer aun la Biblia por sí sola. El clero ha dominado la vida de la gente por siglos, diciéndole lo que puede leer, lo que debe creer y hacer. El hacer una buena pregunta religiosa es demostrar falta de fe en Dios y en la iglesia, según el clero. Como resultado, el pensar independiente es poco usual entre los irlandeses. Son víctimas del clero y del temor; pero la libertad ya se deja ver.
La Palabra de Dios, la Biblia, “es viva y ejerce poder y es más aguda que cualquier espada de dos filos y penetra hasta dividir el alma y el espíritu, y las coyunturas y su tuétano, y puede discernir los pensamientos e intenciones del corazón”—este instrumento lleno de poder para libertar ha penetrado en el país de los irlandeses y está efectuando un despertamiento muy agradable. Hace poco un sacerdote católico comentó que los testigos de Jehová están haciendo más para animar a la gente católica a leer la Biblia católica que cualquier otro grupo. Esto es sumamente alentador, porque el conocimiento de la Biblia trae la verdad y es la verdad lo que hace libres a los hombres. Teniendo presente esto, podemos ver que amanece una nueva época para Eire.—Heb. 4:12; Juan 8:32.