Jovencito ‘enlaza textos bíblicos’
El uso correcto de textos relacionados de la Biblia invariablemente ayuda a arrojar luz sobre determinado asunto bíblico. Para ilustrar esto se cita lo que ocurrió en la sala de clase del grado octavo de cierta escuela de Kentucky (E.U.A.). En esta sala, cuya clase se compone de treinta y cuatro estudiantes, todas las mañanas un estudiante lee parte de la Biblia o relata una historia de la Biblia. Se hacen las asignaciones para esto el día anterior. Parece que un día al maestro se le olvidó hacer la asignación el día anterior, de modo que pidió que Jaime, que es testigo de Jehová, pronunciara un discurso extemporáneo.
Jaime empleó tacto y pronunció un sermón sobre el nombre de Dios, Jehová. “¡Deberías ser predicador!” exclamó un compañero de clase. “¿Por qué será que nunca he oído el nombre de Dios en mi iglesia?” preguntó otro. Y, “Justamente, ¿por qué debe Dios tener un nombre?” preguntó todavía otro. El comentario del maestro fué: “Qué bueno que tengamos un estudiante que sepa enlazar sus textos. Yo he conocido esos textos toda mi vida, pero no sabía enlazarlos.”
Dentro de poco tiempo Jaime había pronunciado siete sermones, uno cada semana por siete semanas consecutivas, y se le había asignado pronunciar otros. Entre los temas que presentó estuvieron: “¿Quién está causando la angustia en la tierra?” “Nuevos cielos y una nueva tierra,” “Algunos vivirán en la tierra para siempre,” y “144,000 irán al cielo.” Hubo más de un estudiante que, después de buscar en la Biblia los textos que Jaime citó, tuvo que admitir: “¡Eso es precisamente lo que dice!”