Desde la isla de Madera
● Evidentemente este testigo de Jehová de la isla de Madera tomó a pecho el consejo que se da a los cristianos de estar “aprovechando cada oportunidad del bien hacer” (Efe. 5:16, Mod), juzgando por la siguiente experiencia que él relata:
● “Un día mientras estaba sentado en un banco en el parque examinando las hojas de revisitas que deseaba hacer observé a un hombre joven que estaba sentado al otro extremo. Se puso a leer unos folletos que tenía, y me interesé cuando me di cuenta de que eran tratados con textos de la Biblia y explicaciones. Dirigí la palabra al señor y empecé a darle el testimonio, mostrándole el folleto ‘Estas buenas nuevas del reino.’ La manera en que reaccionó me sorprendió, pues dijo que por largo tiempo había orado pidiendo que se encontrara con alguien que le ayudara a entender su Biblia. La literatura que tenía en su poder la había conseguido de una fuente extranjera y no la entendía. Parecía que éste era un caso paralelo al del eunuco. (Hech. 8:31) Después de considerar con él algo sobre el propósito de Jehová este señor tomó una Biblia y el libro ‘Sea Dios veraz,’ y se empezó un estudio. Este señor ahora concurre al estudio de La Atalaya que la congregación celebra y se siente muy feliz porque por fin ha hallado alguien que le explique las Escrituras.”—1960 Yearbook of Jehovah’s Witnesses.