“No devuelvan mal por mal a nadie”
El no devolver “mal por mal” tiende a destruir la oposición. En Tobago, en las Antillas, un hombre le soltó un perro a una testigo de Jehová, pero ella permaneció en calma donde estaba hasta que la esposa de este señor vino y llamó al perro. La esposa aceptó algunas revistas bíblicas e invitó a la Testigo a volver. Más tarde, al encontrarse con el mismo señor en la calle, la Testigo no dio evidencia alguna de guardar rencor sino que lo saludó como si nada hubiera pasado. Cuando la Testigo volvió a visitar a la esposa de este señor, ella le dijo que su esposo había confesado: “Hay que admirar a esta gente. La traté mal en mi casa, pero ella todavía me saluda en la calle.” Ahora él presta atención y hasta lee algunas de las revistas.