Expansión de la adoración verdadera en las islas Salomón
HACE solo diez años llegó el primer testigo de Jehová a las islas Salomón para predicar las buenas nuevas del reino de Dios. Para 1958 todavía había menos de una docena de predicadores del Reino en todas las islas. Pero en los años desde entonces este grupito se ha multiplicado muchas veces hasta que, en 1964, ¡se alcanzó un máximo de 367 ministros activos!
Hace varios meses estos celosos isleños tuvieron el placer de hacer los arreglos para celebrar una Asamblea “Buenas nuevas eternas.” Los publicadores del Reino en la pequeña aldea de Magi en la isla de Malaita sirvieron de anfitriones para los asambleístas. Se sintieron felices por este privilegio, y trabajaron con meses de anticipación para asegurarse de que sus hermanos fueran bien alimentados y alojados con comodidad.
Se plantó una huerta grande exclusivamente con el propósito de suministrar comestibles para la cafetería. Las mujeres cosecharon más de 7,000 batatas, y, después de lavarlas en un arroyo, las llevaron al sitio de la asamblea. Seguramente esto bastaría para todos, pensaron. Pero al llegar cada vez más personas hubo que hacer otro viaje a la huerta. Para el fin de la asamblea todos los comestibles se habían consumido, incluyendo abastecimientos adicionales que se trajeron.
Los hombres también estuvieron ocupados haciendo preparativos. Construyeron dormitorios, porque era obvio que no habría bastante espacio en los hogares particulares para alojar a las personas que se esperaban. Pero, ¿dónde obtuvieron la idea de erigir tales dormitorios? ¡Pues, de la película “La sociedad del nuevo mundo en acción” en la cual habían visto los dormitorios que construyeron los hermanos africanos para sus asambleas!
¡Qué sorpresa fue ver que aun antes del primer día de la asamblea estaba lleno todo el espacio disponible! Sin embargo, nadie se inquietó a causa de esto. Más bien, todos dieron una calurosa bienvenida a los recién llegados e inmediatamente se ofrecieron voluntariamente para ayudar a construir abrigo adicional. Antes del desayuno, cuando el calor tropical todavía no había disipado la frescura de la mañana, un grupo partió para recoger material de construcción, y, con la cooperación de muchos ayudantes voluntarios, se completó una estructura de quince metros por cuatro metros al principiar la tarde.
El Salón del Reino fue la sala de conferencias de la asamblea. A pesar del hecho de que había sido ensanchado para la ocasión, se llenó hasta desbordarse desde el comienzo. La notable asistencia para la primera sesión fue de 500, ¡cerca de 200 más que el número total de Testigos en todas las islas! ¡Cuán felices estuvieron los trabajadores de instalación al derribar las paredes laterales y extender el techo de hojas de sagú! También derribaron árboles y los cortaron en tamaños adecuados para usarlos como bancas. Estas extensiones de última hora ciertamente se apreciaron al progresar la asamblea, ¡porque para la hora de la conferencia pública la muchedumbre había aumentado a un máximo de 675!
Incluidos en este auditorio grande había melanesios de varios grupos de idiomas y, además, personas de Australia, el Canadá, Indonesia, Lituania, Nueva Zelandia, Pakistán y Suecia. Unos sesenta Testigos de la ciudad de Honiara en la isla de Guadalcanal alquilaron un barco especial para hacer el viaje. Una sobresaliente delegación de unos doscientos hombres y mujeres, junto con sus hijos, vinieron desde la costa septentrional de Malaita. Algunos de ellos tuvieron que viajar tres días a pie y por canoa en mar abierto a fin de estar presentes. Trece de los veintiuno que se bautizaron fueron de aquella región.
Estos asambleístas no habían viajado largas distancias para asistir a un acontecimiento social. No, sino que habían venido para adquirir conocimiento dador de vida concerniente al Dios verdadero, Jehová, y su Hijo Jesucristo. (Juan 17:3) Para ayudarlos en esto, cada discurso fue suplementado con ilustraciones en calicó o en un encerado, y al fin de cada sesión la gente se apiñaba alrededor de los encerados colocados en la plataforma para copiar la información.
Este deseo celoso de aprender verdades bíblicas y llegar a ser mejores ministros es lo que ha sido responsable de la expansión rápida de la adoración verdadera en las islas Salomón. Al ver a los delegados guardar sus cuadernos en su equipaje y dirigirse a casa, nos sentimos seguros de que las buenas nuevas del reino de Dios tendrán aun mayor proclamación aquí en los días venideros.