Los ministros recibieron el peor trato

EL LIBRO Conscription of Conscience, por Mulford Q. Sibley y Felipe E. Jacob, de los Estudios de Cornell sobre Libertad Civil, relata cómo frecuentemente se les negó la debida clasificación ministerial a los ministros de los testigos de Jehová durante la II Guerra Mundial. “Las juntas locales frecuentemente negaron las clasificaciones de IV-D a los Testigos de Jehová,” dicen los escritores, “aun cuando ellos pudieron probar que eran ‘precursores’—es decir, cuando dedicaban por lo menos 150 horas al mes a deberes ministeriales. Esto parecería ser casi trabajo de tiempo cabal. Pero a pesar de la decisión del general Hershey en 1942 de que las personas que participaban en obra ministerial por más de 80 horas al mes podían pedir clasificación IV-D, las juntas locales persistieron en dar clasificaciones de IV-E o I-A a los ‘precursores’ y a otros cuyo tiempo mensual dedicado a la obra de los Testigos de Jehová pasaba de 80 horas. A veces esta discriminación se debía a prejuicio local contra los Testigos de Jehová; en otros casos sin duda se podía atribuir a la ignorancia de la junta; y en todavía otras circunstancias católicos romanos influyentes en la junta quizás fueron responsables. . . . Es cierto que algunos Testigos recibieron la clasificación de IV-D de las juntas locales, pero el número fue mucho menor que el de aquellos a quienes se les negó la clasificación. . . .

◀ “Hasta la mitad de 1943, el promedio de tiempo a que se sentenciaba a todos los violadores del Servicio Selectivo era de 30,6 meses. Para los violadores de la ley sobre los narcóticos, el promedio era de 20,8 meses; de las leyes en cuanto a bebidas embriagantes, 10,6; de las leyes postales, 27,3; de las leyes de trata de blancas, 28,3. . . . Considerando el asunto desde un ángulo diferente, la sentencia promedio de los Testigos de Jehová para el año que terminó el 30 de junio de 1944 fue de 42 meses; para otros objetores de conciencia, fue de 34; para los violadores del Acta de Entrenamiento y Servicio Selectivo que no reclamaron objeción de conciencia, fue de solo 28. Para 1945 los promedios habían sido alterados solo ligeramente, siendo, respectivamente, de 45, 37 y 28 meses. Bastante consistentemente durante la duración de la guerra, a los Testigos de Jehová se les trató más duramente en términos de sentencias que a los otros objetores de conciencia, mientras que los objetores de conciencia como clase recibieron sentencias más elevadas que los violadores del Acta del Servicio Selectivo que no reclamaron ser objetores de conciencia. En orden de severidad aumentante de sentencias tenemos, por lo tanto, violadores de leyes en cuanto a bebidas embriagantes, violadores de las leyes de los narcóticos, desafiadores de las leyes postales, participantes en la trata de blancas, violadores del Acta del Servicio Selectivo que no afirmaban ser objetores de conciencia, los objetores de conciencia, y los Testigos de Jehová.”