“La nueva libertad”
Hoy los clérigos se están expresando con franqueza como nunca antes. Cuando los obispos católicos norteamericanos hicieron una declaración, un sacerdote católico prominente tachó públicamente a la declaración de “sin sentido, injusta y básicamente errónea.” Un prominente clérigo metodista tildó la acción adoptada por su iglesia: “Desalentadora... ignorante.” Muchos de estos ministros no son meramente almas amargadas con un motivo particular, sino simplemente hombres que expresan lo que les parece correcto. Un erudito lego católico calificó esta actitud como “la nueva libertad.” Tiene sus riesgos e incomodidades, agregó, pero ha de ser permanente. Un sacerdote de Minnesota declaró: “La era de dominación total del clero y de espiritualidad según horario ha terminado.” El “Mons.” Guillermo L. Doty recomendó un sistema para zanjar agravios en las instituciones eclesiásticas y diócesis, y dijo que las autoridades eclesiásticas deberían ayudar a desarrollar “un ambiente en el cual las legítimas diferencias de opiniones no se tratasen como si fueran declaraciones de herejía.” La cuestión actual, dijo el ex-obispo episcopal Jaime A. Pike, es de “honradez en la iglesia.” Otros dicen que se trata de una “crisis de autoridad,” una lucha entre “la libertad y el orden.”