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  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1968
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1968
w68 1/3 págs. 159-160

Preguntas de los lectores

● 1 Reyes 15:14 y 2 Crónicas 14:5 parecen contradecirse. Uno dice que Asa quitó los lugares altos; el otro dice que no. ¿Cómo ha de entenderse esto?

El registro de 2 Crónicas 14:2-5 dice: “Asa procedió a hacer lo que era bueno y recto a los ojos de Jehová su Dios. De modo que quitó los altares extranjeros y los lugares altos y quebró las columnas sagradas y cortó los postes sagrados. Además, le dijo a Judá que buscara a Jehová el Dios de sus antepasados y que pusiera por obra la ley y el mandamiento. En conformidad con eso quitó de todas las ciudades de Judá los lugares altos y los estantes de incienso.” De modo que Asa demostró celo por la adoración pura “como David su antepasado,” y animosamente se puso a limpiar la tierra de los prostitutos de templo y los ídolos. Hasta quitó a su abuela, Maaca, de su posición como una especie de ‘primera dama’ del país a causa de hacer un “ídolo horrible” al poste sagrado de Astoret, y quemó el ídolo religioso.—1 Rey. 15:11-13.

Sin embargo, inmediatamente después del relato de que el rey destruyó el ídolo de su abuela, 1 Reyes 15:14 dice que “los lugares altos no los quitó. No obstante, el corazón mismo de Asa resultó completo para con Jehová todos sus días.” Por lo tanto, parece que los lugares altos mencionados en el relato de Crónicas fueron los de la adoración pagana adoptada que infectó a Judá, mientras que el relato de Reyes se refiere a lugares altos en los cuales la gente participaba en adoración de Jehová.

Aun después de erigirse el tabernáculo y más tarde después de establecerse el templo de Salomón, sacrificios que le eran aceptos a Jehová de cuando en cuando se le hacían en lugares altos bajo circunstancias especiales, como en el caso de Samuel, David y Elías. (1 Sam. 9:11-19; 1 Cró. 21:26-30; 1 Rey. 18:20, 30-39) No obstante, el lugar regular aprobado para sacrificios era aquel que Jehová había autorizado. (Núm. 33:52; Deu. 12:2-14; Jos. 22:29) También se llevaban a cabo modos impropios de adoración en el nombre de Jehová (compare Éxodo 32:5) y éstos pueden haber continuado en ciertos lugares altos a pesar de haberse quitado los lugares altos paganos, quizás debido a que el rey no se esforzó por su eliminación con el mismo vigor que mostró al quitar los sitios paganos.

O es posible que Asa sí efectuó una remoción completa de todos los lugares altos pero que éstos brotaron de nuevo con el tiempo y no fueron quitados al tiempo de la conclusión de su reinado, dando ocasión para que fueran desmenuzados por su sucesor Josafat. El celo de Asa por la adoración correcta trajo un período de paz de Jehová de modo que su “reino continuó sin disturbio delante de él.”—2 Cró. 14:1, 5.

● ¿Es correcto el “brindis” entre los cristianos cuando se reúnen?—M. D., EE. UU.

En algunos países, cuando personas conocidas están por partir, se despiden con alguna bebida alcohólica, con las copas levantadas y chocándolas y acompañando esto con una expresión de ‘a su salud’ o algo semejante. En las recepciones de bodas frecuentemente se ofrece de manera semejante un brindis para la salud y felicidad de los recién casados. Comprensiblemente, algunos se han preguntado si sería bíblicamente correcto que los cristianos participaran en tales brindis o no.

Ciertamente no hay nada malo en que un cristiano desee a un amigo felicidad y buena salud. Tampoco sería incorrecto hacerlo como grupo. Los hombres de mayor edad espiritualmente en el primer siglo concluyeron una carta a las congregaciones cristianas con una expresión que significa, esencialmente, “¡Buena salud a ustedes!”—Hech. 15:29.

Pero, ¿es eso todo lo que hay en “brindar”? ¿Por qué levantan las copas quienes brindan, o levantan sus tarros y los chocan? ¿Es imitando alguna costumbre? Note lo que dice The EncycIopædia Britannica, edición 11.a, tomo 13, página 121:

“La costumbre de beber a la ‘salud’ de los vivientes muy probablemente se deriva del antiguo rito religioso de brindar por los dioses y por los muertos. En las comidas los griegos y los romanos derramaban libaciones a sus dioses, y en banquetes ceremoniales brindaban por ellos y por los muertos.” Luego, después de mostrar cómo sobrevivieron tales costumbres paganas entre los pueblos escandinavos y teutónicos, esta obra de consulta agrega: “Íntimamente asociado con estas costumbres de beber casi sacrificatorias debe haber estado el brindar por la salud de los hombres vivientes.”

Cuando la mayoría de la gente participa en un “brindis” probablemente no se imagina que pudiera estar copiando la costumbre de elevar una libación o sacrificio líquido a dioses paganos, no obstante eso pudiera ser. Sin duda, el cristiano fiel no participaría en un sacrificio pagano, comprendiendo que “no pueden estar bebiendo la copa de Jehová y la copa de demonios.” (1 Cor. 10:21) El cristiano maduro también evitaría aun el imitar los rituales religiosos falsos. Este derrotero espiritualmente maduro le agradaría a Jehová. Recuerde, Dios específicamente advirtió a los israelitas contra el copiar las prácticas religiosas de las naciones paganas a su alrededor.—Lev. 19:27; 21:5.

Si un cristiano va a hacer una petición de bendición divina sobre otro, entonces una manera apropiada de hacer eso es por medio de oración sincera a Dios, no por medio de seguir tradiciones que se basan en adoración pagana que Jehová aborrece.—Fili. 1:9; 2 Cor. 1:11.

Las costumbres y las tradiciones abundan por toda la Tierra. Si un cristiano maduro se entera que una costumbre o tradición en particular se basa directamente en la religión falsa, obviamente él la evita. Pero no todas las costumbres son objetables. Algunas quizás simplemente sean prácticas o etiqueta locales sin un origen religioso falso, como el saludar con un apretón de manos o el inclinarse. (Gén. 23:7) Cada individuo puede considerar lo que sabe acerca de una costumbre en particular y su propio motivo tocante a ella. ¿Exactamente por qué lo está haciendo? También pudiera preguntarse: ‘¿Causará tropiezo en otros el hacer esto, o la gente de la comunidad enlazará mis acciones con la religión falsa?’ (1 Cor. 10:32, 33) Nadie más puede actuar como la conciencia de un cristiano en particular; por consiguiente cada uno puede meditar en el asunto y tomar una decisión para mantener una conciencia limpia.—Hech. 23:1; 2 Cor. 1:12.

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