La poderosa Palabra de Dios transforma vidas
¿PUEDE la Palabra de Dios mover a un delincuente a abandonar el desafuero? ¿Ejerce suficiente poder para liberar a un borracho inveterado de su hábito degradante? Sí, el mensaje de la Biblia puede ejercer tremendo poder para lo bueno cuando las personas llegan a reconocer con aprecio que es la “palabra de Dios.” Esto se demuestra en la vida de muchos que ahora son testigos cristianos de Jehová.
Un joven católico que vivía en la Ciudad Quezón, República de las Filipinas, al principio trató de pelear contra la “palabra de Dios.” Su deseo era hacerse millonario para cuando cumpliera los cuarenta y cinco años de edad. Por consiguiente, compró equipo costoso para reproducir películas pornográficas a fin de distribuirlas. Pero cuando llegó a apreciar lo recto y lo justo que son los mandamientos de Dios, gracias a los testigos de Jehová que llamaron esto a su atención, cambió su actitud por completo. Destruyó todas sus películas inmorales así como las muchas imágenes religiosas que tenía en su hogar. A pesar de recibir persecución enconada de sus parientes, él y su esposa se pusieron firmemente de parte de la adoración pura.
En Cebú, otra ciudad de la República de las Filipinas, un hombre estaba ganando mucho dinero introduciendo mercancías de contrabando al país procedentes de Borneo e Indonesia por lancha de motor. Para proteger sus operaciones ilegales tenía seis guardaespaldas. Con el tiempo dos de sus guardaespaldas fueron muertos en batallas con las autoridades gubernamentales y pandillas rivales en las que se emplearon armas de fuego. Esto lo hizo pensar seriamente.
Por lo tanto, cuando uno de sus hombres oyó el mensaje de la Biblia que le presentaron los testigos de Jehová y le habló acerca de ello, inmediatamente aceptó un estudio bíblico para sí mismo y su familia. Esto resultó en que abandonara su ocupación ilegal. Hoy él, su esposa y tres de sus anteriores guardaespaldas son testigos activos de Jehová y animan a otros a poner su vida en armonía con las enseñanzas de la Biblia.
Allá en 1949 otro hombre en las Islas Filipinas oyó el mensaje de los testigos de Jehová. Pero no respondió favorablemente. Más tarde se mudó a la isla de Guam, pero no llevó consigo a su familia. Allí frecuentaba tanto las cantinas que llegó a ser muy popular con algunos de los dueños de las cantinas. Uno de ellos hasta le permitía dormir en la mesa de la cantina cuando se emborrachaba. Nunca sabía dónde despertaría... en el arroyo de la calle, en una celda de prisión, en el hospital o en casa. Una vez quedó horrorizado al despertar y descubrir que su auto estaba estacionado entre dos excavaciones de unos nueve metros de profundidad. Repetidas veces fracasó en sus esfuerzos por dejar de emborracharse.
Con el tiempo su esposa y familia se le unieron en Guam. Un día su esposa le pidió que llevara a la familia al Salón del Reino de los testigos de Jehová. Aunque no estaba interesado personalmente, quedó impresionado por la manera en que los Testigos usaban la Biblia y porque no creían en la adoración de antepasados. Concluyó que el ir al Salón del Reino sería bueno para sus hijos, pero no para él.
Al principio, esperaba a la familia fuera del Salón del Reino, a veces medio borracho y dormido en el auto. Más tarde los esperaba a la puerta, listo para “arrancar” en caso de que no le gustara lo que se estaba considerando. Pero empezó a gustarle lo que oía. Finalmente comenzó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. En el transcurso de tres meses tomó su decisión de ser Testigo. Actualmente este ex-borracho conocido por toda la población es un excelente ejemplo de conducta cristiana.
El evidente cambio en el modo de vivir de los testigos cristianos de Jehová no pasa inadvertido. Por ejemplo, la oficina de sucursal de la Sociedad Watch Tower en la República de las Filipinas recibió la siguiente carta: “Estamos reorganizando nuestro Departamento de Fabricación y en relación con esto nos gustaría saber si ustedes tendrían la bondad de ayudarnos en nuestra búsqueda de obreros expertos. La razón más fuerte que nos impelió a dirigirnos a su Sociedad principalmente es que nuestra observación, estudio cuidadoso y experiencia han demostrado que se puede confiar en sumo grado en que los hombres que pertenecen a su organización desempeñen con diligencia altruista y honradez cualquier tarea que se les asigne, y también estamos asombrados por la capacidad que tienen para entender los existentes problemas económicos y de trabajo y ajustarse a ellos.”
El hecho de que el estudio de la Biblia ha ayudado a muchos individuos a comenzar a vivir y continuar viviendo vidas ejemplares demuestra que la Palabra de Dios verdaderamente es poderosa. Esto debe ser una fuente de estímulo para las personas a quienes les gustaría cambiar su modo de vivir pero que sencillamente creen que jamás podrían hacerlo. La transformación es posible en el caso de todo el que permite que la Palabra de Dios ejerza toda su fuerza en su vida.—Heb. 4:12.