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  • ¿Quiénes están haciendo discípulos?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1973
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1973
w73 1/8 págs. 454-455

¿Quiénes están haciendo discípulos?

VEINTENAS de religiones afirman ser cristianas. ¿Lo son todas verdaderamente? ¿Cómo se puede saber? Una manera es por el asunto de hacer discípulos.

Un cristiano es un seguidor de Jesucristo. El ser seguidor de él no solo significa ser creyente sino imitador. Desde el tiempo de su bautismo hasta su muerte, Jesús pasó mucho de su tiempo en predicar y enseñar las buenas nuevas del reino de Dios. De hecho, al dirigirle la palabra lo llamaban “Maestro.” (Juan 13:13; Mat. 23:8) También se le llama “el testigo fiel y verdadero” pues él fielmente da testimonio de la voluntad y propósito de su Padre.—Rev. 3:14; Juan 18:37; 1 Tim. 6:13.

Jesús mandó a sus discípulos que procedieran como él. Antes de ascender al cielo les dijo: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” Les dijo además: “Serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.”—Mat. 28:19, 20; Hech. 1:8.

En realidad, sin tal testificación no hay salvación para los cristianos. El apóstol Pablo claramente muestra esto, diciendo: “Con el corazón se ejerce fe para justicia, pero con la boca se hace declaración pública para salvación.” Jesús recalcó el mismo punto cuando dijo que confesaría delante de su Padre en el cielo a los que lo habían confesado delante de los hombres sobre la Tierra.—Rom. 10:10; Mat. 10:32, 33.

Por lo general, los líderes eclesiásticos reconocen la obligación del cristiano de dar testimonio y hacer discípulos. El bien conocido predicador Billy Graham declaró: “Todos deberíamos ser testigos de Cristo.” Ministros y sacerdotes de otras religiones a menudo se han expresado de modo similar. Pero, ¿cuál es la situación verdadera entre las iglesias?

¿Dan testimonio de Dios y de su Hijo los miembros de las iglesias en general, y están haciendo discípulos enseñando a otros como Jesús dijo que deberían hacerlo sus seguidores? ¿Qué hay de usted mismo? ¿Lo ha animado su pastor a hacer esto? ¿Le ha enseñado y equipado él o su iglesia para cumplir esta comisión de predicar y enseñar?

Si usted fuera a dar testimonio a otros, ¿qué diría? ¿Cómo emprendería el hacer discípulos cristianos de otros? ¿Trata usted de testificar a sus vecinos o a sus socios en el trabajo acerca de las buenas nuevas? Realmente, muy pocos que afirman ser cristianos hacen esto. Sin duda es por eso que el libro What Americans Believe and How They Worship (1962) declara: “Stanley Jones se acercó de modo perturbador a la verdad cuando comentó que la iglesia moderna es más un campo para el evangelismo que una fuerza para él.” ¿A qué se debe esto?

Muchos miembros de las iglesias admiten francamente que no se sienten equipados para hacer discípulos. A muchos otros jamás se les ha ocurrido que su iglesia esperaba esto de ellos. Sin embargo las propias palabras de Cristo Jesús que manifiestan esta comisión para sus seguidores son inequívocamente claras. Y hoy hay personas que están efectuando las mismísimas cosas que él mandó y están efectuándolas como cuerpo unido. Considere algunos de los comentarios por líderes religiosos que muestran que éste es el caso.

Un diario de importancia de Dinamarca, el Berlingske Tidende (9 de agosto de 1969), dijo en su sección de editoriales: “Uno desearía que la iglesia trabajara siquiera la mitad de celosamente para esparcir información sobre lo que es el cristianismo como lo hacen los Testigos [de Jehová] al propagar” sus creencias. Y un pastor protestante de nota en Brooklyn dijo a su congregación: “Admiro a los Testigos por hablar acerca de su religión. . . . Nosotros nos entregamos a una conspiración de silencio. La religión es la única cosa de la que jamás hablamos. . . . Los Testigos dan evidencia, evidencia verbal, de su fe cada día. Ellos hablan claro.”

El sacerdote y editor paulino J. B. Sheerin escribió en una ocasión que los Testigos “nos presentan un desafío a nosotros los católicos.” ¿Por qué? Porque “están tomando ciertos rasgos de la religión verdadera y los están practicando a fondo mientras que nosotros los católicos estamos desatendiendo estos rasgos de nuestra religión.” Después de hablar del celo de los Testigos preguntó: “¿Ha sabido usted de alguna Asamblea Católica cuyos miembros se levantaran temprano por la mañana para repartir impresos en las esquinas de las calles de la ciudad donde se celebraba la asamblea?”

Cuando usted oye que hay más de un millón y medio de testigos de Jehová a través del mundo, esto no significa que ese mismo número de personas están asociadas con ellos en sus reuniones. No, significa que ese número de Testigos participó en predicar las buenas nuevas del reino de Dios y en hacer discípulos cada mes durante el año de “servicio” pasado, 1971-1972. ¡Los testigos de Jehová cuentan como Testigos solo a los que realmente dan testimonio!

Se concede que no es fácil dar testimonio de Dios y de Cristo y de su reino en un mundo inicuo sin Dios. Hay escarnecedores, mofadores que absolutamente rehúsan escuchar cualquier cosa que tenga que ver con Dios y la Biblia. Además de éstos, hay algunos que tienen la mente y oídos cerrados a cualquier mensaje religioso excepto el de su propia Iglesia. Heredaron indisputablemente su religión de sus padres y no les gusta que alguien los perturbe pidiéndoles que piensen en por qué creen de la manera que creen. De modo que es una prueba de la fe de uno el ser un seguidor verdadero de Jesús, dando testimonio como él lo hizo.

¿A qué se debe que los testigos cristianos de Jehová pueden hacer este trabajo duro del cual otros se retraen? Debido a su entendimiento de la Palabra de Dios y a estar equipados para este ministerio. Han llegado a conocer a Jehová Dios y lo aman con todo su corazón, alma, mente y fuerzas, y aman a su prójimo como se aman a sí mismos. Por verdadera gratitud a su Padre celestial y por interés altruista en sus semejantes participan en la obra de hacer discípulos.—Mar. 12:29-31.

A fin de poder testificar apropiadamente de Dios y de Cristo, hacerlo con sabiduría, perseverancia y valor, los testigos cristianos de Jehová se reúnen tres veces a la semana para reuniones. En estas reuniones aprenden a entender las verdades bíblicas, ven cómo se están cumpliendo las profecías bíblicas, se les enseña a aplicar principios bíblicos en su vida y reciben instrucción sobre cómo llevar a cabo la testificación a otros.

Salen a predicar los domingos y en otras ocasiones convenientes, los principiantes recibiendo ayuda de los más experimentados. Vienen a la gente con una sonrisa amigable y se esfuerzan por entablar conversación con los amos de casa acerca de las condiciones presentes, la necesidad de la humanidad de gobierno mejor y cómo éste será provisto por el reino de Dios acerca del cual habló Jesús y por el cual enseñó a sus seguidores que oraran. Donde se encuentra interés, se deja literatura bíblica y se hacen visitas nuevamente con el propósito de establecer un estudio bíblico en el hogar. Viejos y jóvenes, hombres y mujeres, y hasta niños participan en esta actividad de hacer discípulos.

El apóstol Pablo dijo a los cristianos en Corinto: “Háganse imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo.” Pablo participó activamente en hacer discípulos, predicando y enseñando públicamente, así como enseñando a los interesados en sus hogares privados. Puesto que el apóstol Pablo fue predicador y maestro de modo sobresaliente, se desprende que todos los que quisieran prestar atención a su exhortación también tendrían que ser predicadores y maestros. ¿Desea usted ser imitador de Jesús y de Pablo en este sentido?—1 Cor. 11:1; Hech. 20:20.

Si su pastor no lo está equipando para esto, si su iglesia no le está enseñando a ser testigo de Dios y de Cristo, ¿por qué no asiste a las reuniones de los testigos cristianos de Jehová, donde puede hallar los debidos ejemplos y ayuda? ¡Se le dará una cordial bienvenida!

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