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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1975
w75 1/5 págs. 287-288

Preguntas de los lectores

● ¿Por qué no muestra la Traducción del Nuevo Mundo, en su prólogo, los nombres y posición escolástica de sus traductores?

A través de los años, la Sociedad Watch Tower Bible and Tract de Pensilvania ha impreso muchas diferentes traducciones de la Biblia. Al hacerlo no hemos pasado por alto los deseos de los traductores. Por ejemplo, en 1972 publicamos The Bible in Living English en el estilo y formato que deseó su traductor.—Vea la portada.

El 3 de septiembre de 1949, el Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo nos presentó una traducción completa de las Escrituras Griegas Cristianas al inglés. Este manuscrito, junto con su trabajo sobre las Escrituras Hebreas al inglés que siguió, vino a ser nuestra propiedad legal. Tocante a esto, en la página 260 del libro Los testigos de Jehová en el propósito divino se hace notar: “La solicitud expresa del comité de traducción fue que sus miembros permaneciesen anónimos aun después de su muerte.” Hemos cumplido con nuestro acuerdo y hemos respetado sus deseos.

Pero ¿por qué se hizo esta estipulación? Estos traductores no estaban buscando eminencia; no deseaban atraer la atención a sí mismos. Con el espíritu de ‘hacer todas las cosas para gloria de Dios,’ querían que el lector basara su fe en la Palabra de Dios, no en su “idoneidad” mundana. (1 Cor. 10:31) Otros comités de traducción han visto el asunto de modo similar. La cubierta de la Edición con Referencias (1971) de la New American Standard Bible declara: “No hemos usado el nombre de ningún docto para referencia o recomendaciones porque creemos que a la Palabra de Dios se le debe juzgar por sus propios méritos”

Los méritos de la Traducción del Nuevo Mundo se destacan fácilmente al estudiarla. Sus ediciones de letra grande en inglés tienen numerosas notas al pie de la página. Muchas de éstas muestran a qué manuscritos bíblicos se recurrió al tomar decisiones sobre maneras de verter en ciertos casos en particular. Y estas notas al pie de la página, junto con un extenso Prólogo, dan al estudiante cuidadoso más información acerca de las fuentes y obra del comité de traducción de la que pudiera hallar en la mayoría de las traducciones.

Además, en 1969 imprimimos The Kingdom Interlinear Translation of the Greek Scriptures, también obra del Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo. Esta obra en griego e inglés da a todos la oportunidad de examinar cuidadosamente los esfuerzos del comité de traducción en cuanto a esa porción de la Biblia.

Quizás algunos presenten el argumento de que aun los mismos libros de la Biblia llevan los nombres de los escritores. En muchos casos esto es cierto. Sin embargo, en varios libros de la Biblia los escritores no incluyeron sus nombres. De modo similar, notamos que dicen poco en cuanto a su idoneidad personal o antecedentes educativos. Al traducir la Palabra de Dios, el Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo fue del parecer que los pormenores de su entrenamiento universitario u otro entrenamiento educativo no es lo de importancia, aunque la traducción misma testifica de su idoneidad. Un examen cuidadoso de su trabajo debe dirigir al lector, no a los traductores, sino al Autor de la Biblia, Jehová Dios.

También, notamos la humildad del comité al reconocer en sus notas al pie de la página que hay otras maneras en que los pasajes pudieran verterse. Comprendiendo esto, siempre hemos reconocido la utilidad de una variedad de traducciones de la Biblia, y también hemos estimulado a que se usen.a Por consiguiente, aunque están profundamente agradecidos por la obra del Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo, los testigos de Jehová usan cualesquier Biblias que estén disponibles en los lenguajes locales. Sea la Traducción del Nuevo Mundo clara, en lenguaje moderno, u otra, estimulamos a todos a que usen la lámpara de la Palabra de Dios para que ilumine la vereda de la vida.—Sal. 119:105.

● ¿Por qué difiere la cuenta judía del tiempo de la cronología que publican los testigos de Jehová?

Desde el siglo doce E.C. el cómputo judío tradicional ha colocado la creación de Adán en el otoño de 3761 a. de la E.C. Sin embargo, los testigos cristianos de Jehová han presentado a 4026 a. de la E.C. como la fecha de este acontecimiento. La razón básica de la diferencia es que los testigos de Jehová no confían en antiguas fuentes judías tradicionales como el Seder Olam (que se atribuye a Yose b. Halafta del segundo siglo E.C.). En cambio, los testigos de Jehová dan la mayor importancia al material cronológico que se encuentra en la Biblia misma. Y enlazan este material cronológico con la caída de Babilonia en 539 a. de la E.C., una fecha cardinal establecida que aceptan las autoridades seglares.b

Hoy los doctos reconocen que tales fuentes judías tradicionales como el Seder Olam no son confiables. Por ejemplo, ésta asigna solo treinta y cuatro años al tiempo desde la reedificación del templo en los días de Zorobabel hasta la conquista de Persia por Alejandro Magno. En realidad, el período envuelto fue aproximadamente 150 años más largo, un error que se reconoce en la Encyclopædia Judaica (edición de 1971, tomo 14, pág. 1092), que dice: “La confusión más significativa en el cálculo de Yose es la condensación del período persa . . . a no más de 34 años.”

Otro error envuelve el tiempo del nacimiento de Abrahán. Según la cuenta judía del tiempo, Taré tenía setenta años de edad cuando nació Abrahán (Abrán). Esto se basa en su entendimiento de Génesis 11:26, que dice: “Siguió viviendo Taré setenta años, después de lo cual llegó a ser padre de Abrán, Nacor y Harán.” Note que este texto no dice en realidad que Taré tenía setenta años cuando nació Abrahán, sino que llegó a ser padre de tres hijos después de llegar a la edad de setenta años. Una comparación de Génesis 11:32 con Génesis 12:4 revela que Abrahán tenía setenta y cinco años de edad cuando salió de Harán después que su padre murió allí a la edad de doscientos cinco años. De modo que Taré no tenía setenta sino ciento treinta años cuando nació Abrahán. Esto equivale a una diferencia de sesenta años.

Los errores en cuanto al nacimiento de Abrahán (60 años) y el período persa (aproximadamente 150 años) así como algunos errores menores explican la diferencia de unos 265 años entre el cómputo judío tradicional que se basa en el Seder Olam y la cronología bíblica que publican los testigos de Jehová.

[Notas]

a Vea La Atalaya, 1951, pág. 75.

b Para una consideración detallada de la cronología, vea el libro Aid to Bible Understanding, págs. 322-348.

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