¿Recuerda usted?
¿Ha leído usted cuidadosamente los números recientes de La Atalaya? En tal caso, sin duda recordará los siguientes puntos:
● ¿Qué prueba hay de que el nombre divino (YHWH o YHVH), por lo común vertido Jehová, aparecía en las Escrituras Griegas Cristianas?
La principal línea de prueba viene de fragmentos de manuscritos de la Versión de los Setenta griega, la primera traducción griega de las Escrituras Hebreas. En los manuscritos más completos de esta traducción que datan del cuarto siglo E.C., el nombre divino está reemplazado por las palabras griegas para “Dios” y “Señor.” Sin embargo, en fragmentos más antiguos aparece el nombre divino, en letras hebreas. Puesto que el nombre divino se halla en ejemplares de la Versión de los Setenta que estaban disponibles en el primer siglo, lógicamente se entiende que los escritores bíblicos cristianos tienen que haber usado el nombre al citar pasajes de las Escrituras Hebreas en los cuales el nombre aparecía. A medida que con el tiempo el nombre divino desapareció de los ejemplares de la Versión de los Setenta, parece que también fue removido de las Escrituras Griegas Cristianas.—15/9 págs. 7-11.
● ¿A qué se debe que ciertos versículos que se hallan en versiones antiguas de la Biblia no estén en traducciones modernas?
Durante los siglos diecinueve y veinte se hallaron muchos manuscritos antiguos de la Biblia. Esto les ha permitido a los doctos y eruditos emprender un estudio cuidadoso en un esfuerzo por determinar las lecturas originales del texto bíblico. Estos estudios de eruditos sacaron a luz el hecho de que ciertas palabras y frases no aparezcan en los manuscritos más antiguos disponibles, lo cual indica que los copistas habían hecho añadiduras posteriormente. Por eso, cuando se prepararon textos maestros que incorporaron los hallazgos recientes, estas palabras y frases fueron omitidas del cuerpo principal de la obra. Debido a que muchas traducciones bíblicas modernas se basan en estos textos más exactos y refinados, no contienen versículos de los cuales se conoce que son añadiduras de copistas.—1/10 págs. 12-14.
● ¿Cuáles son algunas cosas que muestran que Eliab, el primogénito de Jesé, no era apropiado para el puesto de rey?
Sin evidencia sólida, Eliab imputó malos motivos a David. Mostró falta de fe en Jehová, pues no hizo nada en cuanto al desafío del filisteo Goliat. Eliab aparentemente se preocupaba más acerca de unas cuantas ovejas que en cuanto a que el nombre de Jehová fuera santificado.—15/10 pág. 31.
● Al estimular a los cristianos de Antioquía a “continuar en el Señor con propósito de corazón,” ¿qué estaba haciendo Bernabé?—Hech. 11:23.
Estaba dando a sus compañeros de creencia la admonición de permanecer adheridos al Señor Jesucristo con su corazón, con todo su afecto. Este había de ser todo su propósito en la vida.—1/11 pág. 6.
● En cumplimiento de Isaías 61:3, ¿cuándo y cómo recibieron por primera vez los discípulos de Jesucristo una “prenda de adorno para la cabeza,” “el aceite de alborozo” y “el manto de alabanza”?
Esto fue en el día del Pentecostés del año 33 E.C. Sus cabezas fueron coronadas entonces con la aprobación divina. Fue como si se les hubiera derramado aceite calmante en la cabeza y esto los hubiera refrescado hasta el punto de producir alborozo en ellos. Ya no tenían un espíritu desalentado, sino que las alabanzas de Jehová los identificaban como si estuvieran vestidos con un “manto de alabanza.”—15/11 pág. 20.