Un día remunerador
JEHOVÁ DIOS bendice los esfuerzos sinceros de los que le sirven. Esto se manifiesta por la experiencia que tuvo una cristiana en Amsterdam. Debido a la oposición de su esposo, quien está jubilado y casi siempre está en casa, ella rara vez tiene la oportunidad de unirse a grupos de testigos de Jehová y predicar con ellos el mensaje del Reino de casa en casa.
Sin embargo, el esposo de esta cristiana hizo planes para irse de pesca cierto día. Esta sería la primera vez en varios años que él estaría fuera de casa por un día entero. Ella pensó en pasar el día de compras o descansando en la playa. Pero, en vez de eso, oró a Jehová y entonces aprovechó aquella oportunidad participando en la obra de predicar.
En una de sus visitas de aquel día esta señora colocó un folleto en manos de un hombre que todavía no estaba completamente vestido. Mientras ella se dirigía a la siguiente casa, él dijo: “Oiga, siento mucho que se esté retirando. Pensé que me quería hablar acerca del folleto.” Por eso, ella hizo arreglos para regresar poco después, cuando el hombre estuviera completamente vestido. El mostró gran interés en la verdad bíblica, pero explicó que su “esposa” e hijos lo habían abandonado. Conmovida por la triste situación del hombre, la Testigo visitó a aquella mujer, quien le dijo que el hombre bebía demasiado y entonces atropellaba violentamente a ella y sus hijos.
El resultado de todo esto fue que, al principio, se condujeron estudios bíblicos separados con este hombre y la mujer. Más tarde, éstos se reconciliaron, empezaron a asistir a las reuniones cristianas y pronto legalizaron su matrimonio. Ambos dejaron de fumar y han estado logrando excelente progreso espiritual. Con buena razón, pues, esta testigo de Jehová agradece a Dios el que él bendijera tan abundantemente aquel día tan remunerador en su servicio.