Las novelas de la TV... cómo pueden afectarle
“CUANDO comencé a ver los seriales de televisión, o novelas sentimentales, pronto llegué a estar absorta en la vida de los personajes”, informó una cristiana. “Llegué a ser como parte de su familia. Con el tiempo mi corazón llegó a estar tan envuelto con esos personajes como lo estaba con los miembros de la congregación cristiana.”
Tal envolvimiento del telespectador es característico de la mayoría de los seriales de televisión, a los que comúnmente se les llama novelas sentimentales. Por eso la revista Time se refirió a ellos como “el entretenimiento más potente dentro o fuera de la televisión”, y añadió: “No hay obra teatral ni película cinematográfica que exija una entrega como ésa a largo plazo; no hay programa de TV que atraiga con regularidad la atención de tantas personas”. En los Estados Unidos, ¡cuatro seriales de novelas sentimentales han durado más de 25 años!
Esta clase de seriales se escribe para llegar al corazón del telespectador. “Busco las cosas que afectan la vida de la gente”, explica William Bell, escritor de seriales. “Me decepciono si mis programas no hacen llorar al auditorio tres veces a la semana.” Millones de mujeres y hombres de entre todas las edades, razas y antecedentes rara vez se pierden un episodio. Entre ellos hay obreros comunes y profesionales ricos, como un juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos y un ex gobernador del mismo país. En Brasil, las telenovelas (novelas televisadas) son una influencia dominante durante las primeras horas de la noche. Se cree que de 30 a 70 millones de personas ven los seriales en los Estados Unidos.
Si su corazón está dedicado a Jehová Dios, ¿qué factores debe considerar usted con relación a estos programas? ¿Son tales seriales simple entretenimiento inofensivo, un modo de relajarse y dejar de pensar en las preocupaciones del día? Recuerde, la Biblia insta: “Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida” (Proverbios 4:23). Puesto que el corazón es traicionero y se puede influir en él fácilmente, el cristiano tiene que evaluar de continuo aquello con lo cual lo está alimentando (Jeremías 17:9; Proverbios 28:26). Pero ¿qué contribuye a que los seriales atraigan tanto la atención?
“Una establece una relación con un personaje de la novela debido a que lo ve casi diariamente”, admitió una telespectadora de 32 años de edad. “Mientras más aprendía acerca de él, más quería saber. Era algo muy natural.” Las novelas se aprovechan de este deseo natural. Una vez que esos personajes están “arraigados en el corazón de los oyentes”, escribió una anterior escritora de seriales, Elaine Carrington, los telespectadores “tienen que sintonizar la novela [...] debido a lo que sienten por ellos”.
Los personajes llegan a ser parte de la realidad y el telespectador se preocupa por ellos. ¡Algunos telespectadores hasta le “hablan a la pantalla”, en un esfuerzo por aconsejar a sus personajes favoritos! Como lo expresó un terapeuta: Los personajes realmente se convierten en “un círculo de amigos”. ¿Es este rasgo seductor un peligro sutil? ¿Puede corromper gradualmente el corazón del cristiano este tipo de programas? ¿Qué han mostrado las experiencias y la investigación?