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  • ¿Es usted víctima de un fraude?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1983
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1983
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¿Es usted víctima de un fraude?

Puesto que Jesús tiene su nombre, ¿no tiene uno su Padre?

HOY muchos millones de personas por todo el mundo son muy escépticas para con la religión. Pero tal vez les sorprenda saber que a Dios mismo le desagrada la mayoría de las religiones. Una de las muchas razones para esto es que las llamadas religiones cristianas han perpetrado uno de los más grandes fraudes de la historia. Este fraude tiene que ver con una revelación fundamental... la identidad de Dios.

La mayoría de las personas de las iglesias de la cristiandad conocen al Creador como “Dios”, “Señor”, “el Todopoderoso” o por alguna otra designación parecida. Pero ¿no tiene el Altísimo un nombre? Antes de liberar a los israelitas del cautiverio en Egipto, este Dios todopoderoso dio a conocer que su propósito era que ‘su nombre fuera declarado en toda la tierra’ (Éxodo 9:16). Por lo tanto, él ciertamente tiene un nombre. Y ciertamente no fue un Dios sin nombre aquél cuya presencia creó un maravilloso espectáculo en el monte Sinaí (el cual se ilustra en la portada de esta revista), causando que temblara la montaña, cuando se dieron los Diez Mandamientos mediante el profeta Moisés. Entre otras cosas, se les dijo a los israelitas en aquella ocasión: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna” (Éxodo 19:16–20:18). ¿Podía tal mandato proceder de un Dios sin nombre?

Los que afirman ser cristianos deberían conocer el Nombre Divino. Es cierto que emplean el nombre del Hijo de Dios. Pero rara vez pronuncian el nombre personal del Padre, si acaso lo hacen alguna vez. No obstante, cuando Jesucristo estuvo en la Tierra declaró en oración a su Padre celestial: “Yo les he dado a conocer tu nombre [a mis seguidores] y lo daré a conocer”. (Juan 17:26.)

Por lo susodicho y por la Oración Modelo de Jesús es evidente que Dios sí tiene un nombre. ¡Jesús hasta enseñó a sus seguidores a que oraran para que el nombre de su Padre celestial fuera “santificado”, o considerado santo (Mateo 6:9)! ¿Por qué, entonces, no emplean ese nombre las iglesias de la cristiandad? Y ¿por qué no se encuentra dicho nombre en la mayoría de las traducciones modernas de la Biblia?

[Ilustración en la página 3]

PADRE

EL TODOPODEROSO

ALTÍSIMO

SEÑOR

DIOS

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